SOLO, del lat. SĶLUS, -A, -UM, íd.

1.ª doc.: 1040, Oelschl.; Cid.

«Todos eran idos, ellos quatro solos son» Cid, 2712, «sola salló como ladrón, / que non demandó companyón» Sta. M. Egipc., 140. De uso general en todas las épocas y común a todos los romances de Occidente. Desde los orígenes se emplea también como adverbio sólo, así ya en Berceo; en combinación con no se emplea entonces la forma apocopada sol non ‘ni aun, ni siquiera’, p. ej. en J. Ruiz 196, Alex., 131c (con separación de los dos elementos aquí: «que sol por catarlo non eran osados»). En los clásicos no es raro que el adjetivo solo, sola, funcione ideológicamente con el valor de este adverbio («casa de locos, donde cada uno grita y trata de sola su locura» G. de Alfarache, Cl. C. V, 118.2). Modernamente tiene a veces verdadero valor conjuntivo, (a manera de adversativo): en este caso suele pronunciarse átono en Navarra y seguramente en otras partes (N. Tomás, RFE XII, 371n.). Documentación clásica en Cej. IX, § 150.

DERIV.

Soledad [APal. 191b, 463b; «solitudo» Nebr.]; en la ac. ‘añoranza’ es hermano del port. saudade1: en cast. se documenta ya en la 2.ª mitad S. XVI («Madalena anda hoy con gran s. de su yerno, que partió hoy para ahí», carta de Felipe II citada en Cuervo, Ap.7, p. 533; don Quijote, en casa de los Duques cuando parte Sancho para su Ínsula «sintió su s., y si le fuera possible revocarle la comissión y quitarle el Govierno, lo hiziera» II, xliv, 165; más documentación reúne Rz. Marín en su ed. del Quijote, 1928, VII, 350-64), hoy se emplea sobre todo en Canarias (BRAE VII, 340) y Arg. (BDHA III, 64); soledoso [Acad. 1884 ‘solitario’; 1925 ‘que siente añoranza’, ac. usual en santand. -ej. de Pereda en Pagés2- y arg.]. Soledumbre, raro. Solista. Solitario [Berceo; APal. 463b, 471b], tomado de solitarius íd.; solitario m. ‘cierta ave’ («s., ave: passer solitarius» Nebr.); -aria f. ‘especie de dengue de lienzo blanco que ha caído en desuso’ ast. (V), ‘tenia’ [Acad. ya 1817]. Solitud ant.

CPT.

Solamente [Berceo]3. Soliloquio [1515, Fz. Villegas (C. C. Smith, BHisp. LXI); Oudin; 1613, Cervantes, Aut.; no Covarr.], de soliloquium íd., compuesto con loqui ‘hablar’; soliloquiar.

1 Éste aparece ya tres veces en las Ctgs. (en la forma soidade) con el sentido de ‘deseo’: «el Rei de ver esto avia gran soidade» 79.11. Como gallego mod. Sarm. (CaG. 199r) sólo reconoce una forma suidades («lo mismo que el saudades portugués»). Castelao admite saudade también como gallego moderno y profundiza en los matices y resonancias del concepto, 252.7, 272.11ss., pero advierte que lo estrictamente gallego es soedades: con el matiz portugués emplea éste (teño soedades 290.22) y establece distinciones semánticas entre las dos formas (267.7f. y 268); en fin, emplea también soedade en el sentido etimológico ‘soledad, aislamiento’ (o sol é unha choiva de lume a caer na soedade das prazas 150.5). Para el concepto de la saudade o soledad, Vossler, Sitzungsber. d. Bayrischen Akad. 1931, cuad. 1.―

2 Y ya en 1876 en Gumersindo Laverde Ruiz, cita de Mz. Pelayo, La Ciencia Esp. I, 17, quien lo imprime en cursiva.―

3 Es vulgar la variante soldemente, que ya figura con este carácter en Tirso, La Villlana de Vallecas, v. 3500 (III, x). Lamano dice que hoy en Salamanca se ha hecho raro, mientras que siguen empleándose mucho sólido por solo y solidez por soledad, a cuyo influjo, por lo visto, atribuye esta alteración vulgar. No estoy seguro de que esté en lo cierto. ¿No habrá imitación de la pareja aldemenos = a lo menos?