SICOTE, ‘suciedad que se forma entre los dedos de los pies’, palabra antillana de origen incierto; quizá del náhuatl tzokuítlatl ‘suciedad del cuerpo’, pero es extraño que el vocablo no se emplee hoy día en Méjico.
Que en su
Dicc. de Voces Cubanas define «palabra sucia mejicana que significa el polvillo o masilla negruzca, hedionda, que se forma entre los dedos de los pies de las personas desaseadas o mal humoradas». De ahí, y quizá de otros informes, tomaría la Acad. su artículo
sicote (ya 1925, no 1884) «cochambre del cuerpo humano, especialmente de los pies, mezclada con el sudor», vocablo que atribuye a Cuba, Costa Rica, Vizcaya y Méjico; para esto último es probable que sólo se fundase en la afirmación ambigua de Pichardo (quien probablemente pensaría sólo en la etimología): el caso es que Malaret en su
Dicc. de Americanismos afirmó, fundándose en un informador anónimo, que el vocablo no se empleaba en Méjico (falta en Ramos Duarte, y en el índice de
BDHA II y IV); el prof. Luis Leal me confirma que no se conoce en la República Mejicana. En cambio asegura Malaret que se emplea en Puerto Rico, aunque en su
Vocab. de Puerto Rico sólo recoge
sicotera, con la definición algo singular «sicote, o el sucio o mal olor de los pies»; también dice que según Arriaga (no encuentro el dato en mis abundantes notas de este léxico) vizc.
sicote es «el sucio de las manos o de los pies de las personas». Tampoco puedo confirmar que
sicote se emplee en la América Central, pues falta en Gagini y Membreño. El empleo en Cuba sí es seguro, V. la copla popular que cita Martínez Moles s. v. (falta también en
BDHA V y en Sundheim).
La afirmación de Pichardo de que sea palabra mejicana debe de fundarse en la terminación -ote, que naturalmente es prueba muy insuficiente. Robelo no trata de esta palabra. Sin embargo, quizá acertara Pichardo, pues hay una palabra náhuatl tzocuitlatl que Molina (1571) traduce por «suciedad del cuerpo» en su parte española-náhuatl y por «sudor espesso del cuerpo» en la otra parte: es compuesto del sinónimo tzotl, y cuitlatl que el propio Medina traduce concisamente «mierda» (V. otro compuesto pasado al castellano, s. v. PAZOTE). Nada de extraño tendría que los conquistadores, enredándose en el complicado consonantismo y vocalismo de tzokuítlatl lo alteraran en *tzikuótlatl o *tzikuotl, que normalmente habían de castellanizarse en sicote; también sería concebible que esta corrupción no prosperase mucho en Méjico, donde seguía vivo el sentimiento lingüístico del náhuatl, pero llegara a cuajar en las Antillas.