SARRIO ‘gamuza de los Pirineos’, arag., voz afín al bearn. sàrri, arag. chizardo, sisardo, cat., gasc. y langued. isard, de origen prerromano, pero es incierto cuál sea su etimología exacta: parece tratarse de una palabra ibérica o protovasca IZARR-, cuyo significado originario es dudoso.

1.ª doc.: h. 1625, Huerta («el sarrio es también generación de cabras monteses»).

Citado con algunas explicaciones por Aut. Aunque ahí no se le atribuye localización, es palabra únicamente aragonesa, ya recogida como tal por Peralta y Borao; en Aragón es propio de la zona de Ansó y Echo (BDC XXIV, 167; Bergmann, Grenzgebiet Aragon u. Navarra, p. 75), más al Este encontramos xixardo en Espuña (Rohlfs, ZRPh. XLVII, 401-2; BhZRPh. LXXXV, § 31), chizardo en Plan y Gistáin, chizarz (seguramente un antiguo plural) en Bielsa (BDC XXIV, 167), ixarso en Venasque (Ferraz), ixarzo en Graus (Rohlfs). La zona del vocablo continúa en Cataluña, donde he oído isard desde el Valle de Boí hasta el Este de Camprodón1, y prosigue en la vertiente Norte de los Pirineos, donde Rohlfs lo recogió desde el Ariège hasta el Lavedán inclusive. Pero en esta comarca vuelve a aparecer una variante semejante a la occidental de Aragón, a saber: sàrri, que se extiende desde ahí a todo el Bearne (Cordier, p. 20; Rev. des Patois Gallo-Romans IV, 229; Rohlfs, Misc. Alcover, s. v., y l. c.; Palay; ALF, mapa 1491). Isard corre también en francés, pero sólo con referencia a los Pirineos, y ya lo emplea Pierre Belon en 1553. En catalán hay un testimonio manuscrito medieval, desde luego anterior a 1450 y posterior a 1300 (Faraudo, Misc. Fabra, 156-7); del gran arraigo que allí tiene el vocablo es testimonio su empleo como adjetivo en el sentido de ‘montaraz’, ‘agreste’ y ‘arisco, huraño’, con femenino isarda y derivado isardívol. En lengua de Oc aparece una vez el plural uzars y otra usarns en el Elucidari (Raynouard V, 455) redactado en el 3.er cuarto del S. XIV por un escritor del Ariège; como no tenemos buena edición de esta obra, inédita en gran parte, no podemos estar seguros de esta lección aislada (según Bloch-W. la versión francesa de la misma obra traería le bouc izart); verdad es que un francés que viajaba por la vertiente Norte de los Pirineos en 1612 escribió «chamoix, qu’ilz appellent isarn» (RH LIX, 363): en general, como en casi todos los valles de la vertiente francesa -rn se reduce a -r y en muchos le ocurre lo mismo al grupo -rt, estas formas en -rn no tienen mucho valor.

Podría olvidarse ya el primer ensayo etimológico, de Baist (ZRPh. V, 559), quien relacionando con el cast. bicerra ‘sarrio’ y becerro ‘novillo’, quería derivar de un vasco bei-zekorr-a (‘el novillo de vaca’), a pesar de los insuperables obstáculos fonéticos2. Rohlfs se limita a registrar el hecho de que nada semejante a isard se encuentra en vasco3, pero admite que a pesar de ello el vocablo ha de ser de origen vasco o prerromano. M-L. (REW1 4548) se limita a suponer para isard y uzarn una base ISAR- que sospecha de origen ibérico, y agrega que por razones fonéticas sarri(o) ha de ser otra cosa. Pero como indiqué en RFH V, 9, no hay por qué establecer este dualismo: en los iberismos y vasquismos hay una especie de I- caduca, que ora aparece, ora se suprime: BAI-CA (> VEGA), Baigorri, Baetis, Baetulo, frente a ibai ‘río’, Ibarra, etc.; Cauco-liberis e Iliberis; LURO (> Llorona) e ILURO; Lérida e ILERDA; TURISSA e ITURISSA, ITURRI (comp. ZRPh. XXXIII, 462-6); por otra parte no es menos frecuente en voces de este origen que alternen RR y RD, y aun RN (VRom. II, 455), y por otra parte también alternan -RR con -RRI (cat. -erri, -arri, frente al cast. -ier, -erre, -arre).

Luego tenemos derecho a reconstruir un proto-vasco ISARR- o IZARR-, que pudo dar a un tiempo isard, isarn y sarri (o sarrio). Pero más lejos que esto es muy difícil llegar, entre otras razones porque siendo bajas las montañas vascas era difícil que se nos conservara este vocablo en el vasco actual. Si fuese exacta la afirmación de Azkue de que en la toponimia vizcaína, guipuzcoana y navarro-española izar (izarra) significa ‘altura’, esto podría dar la clave de todo, pues ‘cabra de las alturas’ sería nombre apropiado para la gamuza; pero los demás dicc. vascos (Van Eys, Lhande, Larrasquet) no confirman este aserto de Azkue, ni hay pruebas del mismo en los derivados de la raíz izarr- que allega el propio Azkue4. Por lo tanto hay que dejar esta posibilidad en suspenso, en espera de un estudio más sistemático de la toponimia vasca y pirenaica. Queda finalmente la etimología propuesta por Giese en RIEV XXII, 584, quien relaciona con el vasco izar ‘estrella’; éste significa también ‘mancha blanca del ojo’ y en Lapurdi «centro por donde parte el pelo»: cree Giese que izar con referencia a la gamuza sería «el pelluzgón característico de pelos largos en la línea dorsal de este animal, muy estimado como trofeo de los cazadores de gamuzas». No puedo confirmar ni negar este detalle5, pero aunque fuese cierto, esta etimología dejaría fuerte duda a pesar de adhesiones tan autorizadas como las de M-L. (REW3, p. 809), Wartburg (en Bloch2) y Bertoldi (ZRPh. LVII, 146-7; Fs. Jud, 239n.); el FEW IV, 826-7, aporta algún dato de detalle de poco valor, pero no conoce el art. de Giese más que indirectamente (a través de Bertoldi) y no obstante no acepta la etimología, sin aportar argumentos de valor. Que Hesiquio en su diccionario griego hable de unas cabras (αƸƔες) llamadas κƓλάƌες porque llevan señales (κŲλα en la frente, nada prueba para el nombre del sarrio6. Otras etimologías sugeridas carecen de todo valor7. Claro que no viene de un *IBICIARIUS, derivado de IBEX (como opina GdDD 3319).

1 Personalmente lo tengo anotado en Boí, Espot, todos los pueblos de Cardós y Vall Ferrera, Arcavell, Bescaran, Cerc, Lles, Riu y en todo el valle de Camprodon; en BDLC IX, 212, se agregan Cabdella y Rocabruna, en los dos extremos. Variante no hay otra que llisard, en Tor, con aglutinación del artículo. Si no me engaño, isard se extiende también a la Cataluña francesa. El concurrente cabirol sólo lo tengo de Adraén, Saldes y Bagà, o sea la vertiente meridional del Cadí.―

2 Schuchardt (brevemente en ZRPh. XXIII, 199) sólo relacionaba el tipo isard con bicerra-becerro para explicar en este último el cambio semántico ‘novillo’ > ‘gamuza’ por influencia de aquél. En cuanto al «cat. sicard ‘gamuza’» lo derivaba Baist directamente de zekor ‘novillo’, pero esta otra palabra catalana, de la cual hablan todos, es de existencia más que dudosa. Vogel la saca de Bulbena y Labernia, y éstos del Thesaurus Puerilis de Onofre Pou (ed. 1580), donde se lee sicart entre los animales salvajes, con la traducción pygargus (fº 41 ; falta todavía en el Nebrija catalán de 1560). Seguramente ha de tratarse de la ac. ‘gacela’ de esta voz griega, y no de su otra ac. ‘especie de águila de cola blanca’, pues las aves van en capítulo aparte en este diccionario; aunque el Dicc. de Torra (ed. 1701; falta en la príncipe, del S. XVII) duda entre las dos acs. y Bulbena elige la segunda. No así Sanelo, que también cita a Pou como fuente. Se trata de un vocablo sólo documentado en diccionarios, absolutamente desconocido en los textos y en los dialectos actuales. ¿Cuál fué la fuente de Pou? Creo que la he encontrado. En el Fill del Senescal d’Egipte, texto cat. del S. XIV o XV se lee (ed. N. Cl. XLVIII, 153) «l’endemà lo rey cavalcà e anà-sse’n al bosch siquart»; el editor, Aramon, en la lista de erratas enmienda si quart, con acierto indudable, pues según la sintaxis medieval esto significa evidentemente ‘el día siguiente cabalgó el rey y se fué al bosque con otros tres caballeros’, al pie de la letra ‘siendo él el cuarto’, construcción muy frecuente en el catalán medieval, pero anticuada desde fines de la Edad Media (comp. el cap. 89 de Muntaner, donde Bofarull, no entendiéndola, da también un texto corrompido). Sin duda Pou leyó boch siquart y entendió ‘fué a cazar el macho cabrío silvestre’ acordándose del parónimo isard. La semejanza con el nombre de persona occitano Sicart es casual. En una palabra, la voz sicard no existe y ya es hora de que desaparezca de las discusiones etimológicas.―

3 Bera-Me. en su Supl. citan un basardi (que no está en Azkue), evidentemente compuesto de baso ‘desierto, bosque, precipicio’ con ardi ‘oveja’. Antes de hacer caso de ese neologismo habría que confirmar su existencia. Nos da derecho a escepticismo, el hecho de que ya no hay (o apenas quedan) rebecos en el territorio pirenaico de lengua vasca. Es cierto, sin embargo, que Iribarren y Azkue (Supl.) dicen que éstos reciben el nombre de sarrio en Roncal, Salazar y la Aézcoa.―

4 Sin pronunciarme, haré observar que las pruebas citadas por Azkue no son inequívocas: Izarraitz en Guipúzcoa podría ser ‘peña de la estrella’ (alusivo a la aparición del Lucero p. ej.), que el pueblo de Izarra en Álava esté muy alto no prueba que su nombre no pueda significar ‘la estrella’ o ‘la señal’ y en cuanto al Izarra de Navarra ya el propio Azkue supone que Estella es su traducción romance, fundada en el lat. STELLA.―

5 A nada de eso se refiere el libro de Armand Praviel ahí citado por Giese. Dudo que pueda pensar éste en el «épais bouquet de poils noirs» que protege la ligera prominencia que a la edad de 2 meses aparece en el cráneo del animal, y de la cual salen más tarde los cuernos, según la detallada y técnica descripción del cuerpo y las costumbres del isard publicada por Maurice Gourdon en el Bulletin d’Histoire Naturelle de Toulouse, 1880 (reproducida en Emm. Brousse fils, La Cerdagne française, pp. 25-28). Pero ni esto se halla en el animal adulto ni le conviene el nombre de izar ‘estrella’. La idea de Giese se la sugirió Duvoisin, creando un izardun «animal qui porte une étoile au front», pero este autor, con sus obsesiones etimológicas, merece poco crédito, y ni Azkue ni Lhande encontraron confirmación de la existencia real de este vocablo (que Lhande supone aplicable a un caballo).―

6 Más dudosa me parece todavía la explicación de Bertoldi de la -d catalana por el sufijo vasco -di, pues creo que lo primario es siempre el consonantismo -RR- y no -RD-. No quiero oponerme por ahora al supuesto de que -di sirviera como sufijo de adjetivos, a pesar de que esta función la asume normalmente -ti (cambiado en -di sólo tras n y l según los datos de Azkue, pero no tras r: adurti, negarti, gezurti, bildurti), mientras que -di es sufijo colectivo (arantzadi, lizardi, etc., sólo cambiado en -ti tras s o z). ¿Serían ambos sufijos uno solo en el origen? Acaso, pero habría que dar mejores pruebas que izurdi ‘especie de delfín’, «cetaceo pieghevole», derivado de izur ‘dobladillo, pliegue’: Azkue trae sólo izurda, izurde, y analiza más llanamente ‘cerdo (urde) de mar (iz)’. Como en realidad iz ‘mar’ es imaginario, Michelena BSVAP XIII, 1957, 496, afirma que izurde está por gizurde, cpto. con giza ‘hombre’ y a ello me atengo-

7 Sainéan, Sources Indig. II, 85, fundándose solamente en un viajero francés de fecha moderna, afirma que el nombre verdadero es lizard (claro que este viajero entendió mal el artículo), y que se trata del fr. lézard «lagartija» con la cual se comparó al sarrio por su agilidad en trepar rocas. Aparte esta semántica, recuérdese que LACERTUS ha dado y sólo podía dar luzert en lengua de Oc, lluert o llagard(aix) en catalán, y que además no se trata de la lagartija, sino del lagarto, que no trepa.