SALA, del germ. SAL ‘edificio que consta solamente de una gran pieza de recepción’; es inseguro si el vocablo llegó al cast. por conducto del catalán o el galorrománico, o bien procede directamente del gótico; lo más probable parece que hubiera confluencia de las dos corrientes.
Además cita Oelschl. ej. en doc. riojano de 1206. En Juan Ruiz, después de la opípara cena de Don Carnal quedan los comensales dormidos en su palacio, y entonces «faza la media noche, en medio de las
salas, / vino Doña Quaresma» a atacar al ejército enemigo (1099
a). Nebr.: «
s.: aula, atrium;
s. alta: coenaculum;
s. baxa;
s.,
combite público: epulum». Está en el
Quijote, etc. No tengo anotados otros ejs. medievales, y así es difícil asegurar si era vocablo castizo o bien importación galorromance o catalana. Esto último es lo que admiten Gamillscheg,
R. G. I, p. 188, y el
REW 7523. En apoyo de este punto de vista puede citarse la conservación de la
-L- en el port.
sala, y el hecho de que
Sala es incomparablemente más frecuente en la toponimia catalana (y aun la aragonesa) que en Castilla. Por otra parte, hay
Sáa en la antigua toponimia y onomástica portuguesa, muy frecuente y antiguo en este país (ejs. de los SS. XI-XIII en el
Onomástico y en los
Subsídios de
CortesƟo)
1; y desde el punto de vista germánico sería posible que el vocablo fuese autóctono en todos los países romances, pues además del a. alem. ant.
sal, hay el b. alem. ant.
seli, el ags.
sele y el escand. ant.
salr, y aunque en gótico no hay noticias directas de este sustantivo, las hay de los derivados
saljan ‘encontrar albergue’,
salithwos ‘comedor’, ‘albergue’. Desde luego la teoría de que el vocablo se propagó únicamente desde Francia parece inadmisible, dada la gran difusión en la toponimia italiana (Gamillscheg II, p. 67). Y así lo más verosímil me parece ser que hubo varios focos de difusión: el fráncico en Francia y Cataluña (desde donde llegó a Aragón), el longobardo y quizá ostrogodo en Italia, y el visigótico, que como de costumbre ejerció principalmente su influjo en el Occidente peninsular llegando hasta León. En Castilla, quizá a un antiguo y débil estrato autóctono visigótico, se superpondría posteriormente una oleada forastera de influjo caballeresco, procedente de Francia o Cataluña. El cambio del masculino o neutro germánico
SAL en el romance
sala, no ha de preocuparnos, pues no sólo puede ser debido al influjo del fr.
halle (< fráncico), sino al género del sinónimo románico
corte, de donde
*sal f. y luego
sala (comp.
CASTA), forma que además mereció la preferencia por razones de homonimia.