CASTA, ‘especie animal’, ‘raza o linaje de hombres’, ‘clase, calidad o condición’, voz oriunda de la Península Ibérica y común a sus tres lenguas romances, de origen incierto; quizá de un gót. *KASTSgrupo de animales’, ‘nidada de pájaros’ (comp. ingl. cast, sueco y noruego kast íd.).

1.ª doc.: 1417, Villena, Trabajos de Hércules.

Para el origen de esta palabra es importante, a mi entender, una forma que no ha llamado la atención a los filólogos: el gall. caste, f., ‘generación, linaje’, ‘especie, calidad’1. La forma casta es común con el portugués y antigua en este idioma; también debe de ser genuina en catalán, pues allí aparece desde el S. XV (Alcover), y si bien no tiene más que derivados existentes en castellano (descastat; castís parece venir del cast. castizo)2, la gran riqueza de significados de tono popular que tiene el vocablo en las Baleares (fer casta ‘procrear’, deixar per a casta, clavells de tota casta; casta ‘manera’ en B. Ferrà, Comèdies I, 15; de casta forta ‘mucho’) nos asegura por lo menos de que es palabra antigua en el idioma; aun en lengua de Oc, si bien carecemos de ejemplos medievales, como el vocablo se usa más allá del Ródano y en frases populares (mau-dicho casto «engeance maudite», i’a de gènt de touto casto, de pèis de touto casto, con ejs. de dos autores de Provenza, en Mistral) es probable que sea autóctono.

Los portugueses aplicaron el vocablo, ya en 1516, a las castas o clases sociales hereditarias de la India, privadas de mezcla y contacto con las demás (Dalgado, I, 225-9; comp. Jules Bloch, RL XXIV, 300), y desde allí se propagó, con esta aplicación peculiar, a todos los idiomas modernos: francés [1676], inglés [1588], alemán [S. XVIII], italiano [fin S. XVI: Zaccaria]; de ahí posteriormente frases como la casta militar, orgullo de casta y análogas, que pertenecen al caudal idiomático común de Occidente. Este sentido más divulgado, aun en español común moderno, tuvo influjo predominante en las investigaciones acerca de la etimología.

Covarrubias se guiaba todavía exclusivamente por la coincidencia fonética al dar su forzada explicación semántica de la etimología CASTUS: «Díxose de castus, porque para la generación y procreación de los hijos, conviene no ser los hombres desenfrenados en el acto venéreo, por cuya causa los recogidos, y que tratan poco con mujeres, tienen muchos hijos». Pero los etimologistas posteriores, extranjeros todos ellos, evidentemente piensan sólo en las castas de la India («al pie de la letra, algo puro, sin mezcla, de CASTUSpuro’, ‘perfecto’», Diez, Wb. 437; «féminin pris substantivement de l’adjectif casto ‘chaste, pur’; les voyageurs créèrent ce mot au XVIe. siècle pour désigner les castes de la société hindoue», Bloch, s. v.; análogamente DGén., Gamillscheg, Wartburg, Nascentes, Acad., Skeat, Kluge).

Sin embargo, este punto de vista es contrario a la historia, pues ni en portugués mismo estuvo el vocablo vinculado a las castas de la India; por el contrario, el primer viajero que habla de esta institución índica, Duarte Barbosa, emplea también el vocablo en la ac. general de ‘linaje, familia’: «estas saom fidalgas e de boa casta». En castellano las referencias a la India son de fecha reciente y el vocablo está documentado con mucha anterioridad al descubrimiento portugués de aquellas tierras. Indudablemente esto no basta para descartar el étimo CASTUS, pues la pureza es algo preferido en los linajes de todas partes. Pero los ejemplos más antiguos de casta no apuntan precisamente en esta dirección: en el texto de Enrique de Villena, nuestra autoridad más antigua, se trata, como en mallorquín, de la propagación de la especie: «vacas o bueyes que de España había traído para casta», uso muy común en autores de los SS. XV-XVII; «los elefantes... jamás se juntan para hacer casta en parte que puedan ser vistos de persona alguna», A. de la Torre, h. 1440; «macho cojudo para casta», en Nebrija; «las que tienen grandes overas son mejores para casta», G. A. de Herrera, 1513; «los caballos todos son capados... si no es aquellos que quieran para casta», Viaje a Turquía, 1555; «MOLINERA: ¿te atreves, deslenguado, maldiciente, / a la virtud del mundo y a la honesta, / a la casta y recasta?; di, perjuro. / MOLINERO: Si es casta el hacer casta, yo os lo juro», Quiñones de B., NBAE XVIII, 689; y como Quiñones, Quevedo opone, jugando con las palabras, el hacer casta a la castidad: «Y que llame castidad / el hacer casta a escondidas, / concertadme essas medidas».

No es esto lo único antiguo, pero lo general en esta época es que casta tenga un sentido neutro, que no afirma ni niega la pureza de la especie, y que se refiere tanto a plantas o a cosas3 como a animales o personas. G. A. de Herrera habla de las «castas, razas o variedades de plantas» que propaga el labrador; Lope de Rueda, de un «veduño de la casta de los de Córdoba»; «sois de casta de raposa... edificio sobre arena, engaño bien manifiesto» en C. de Castillejo; «son los pleitos de casta de empleitas: vanles añadiendo de uno en uno los espartos, y nunca se acaban» en G. de Alfarache (ed. Rivad., p. 293); «aquella espada de nuestro juez es de casta de rayo» en Fr. J. de la Madre de Dios; «somos los hombres de casta de gallinas ponedoras, que si queremos hacer algún bien, lo gritamos y cacareamos» en el Lazarillo. Ni hablando de animales, se hallan por lo general referencias a la pureza de raza, como cuando Sebastián de Horozco habla de la casta mular (híbrida por naturaleza) o Rodríguez de la Cámara (1439-40) de «la casta de los perros que conocer quería».

Estas acepciones generales y neutras, y en especial la primera, ‘especie animal’, son también antiguas en portugués y siguen firmes en el uso popular y dialectal de los dos idiomas: de ahí port. castiço «o que se tem para fecundar os rebanhos e manadas: carneiro, cavallo castiço; d’aquí homem castiço, dado a mulheres», en Moraes, que ya señala este uso en Ferreira de Vasconcellos (h. 1537), ast. encastar ‘extender la casta por semillas, injertos o padres; procrear’ (Rato), Tucumán castear ‘cubrir el gallo a la gallina’ (Ciro Bayo), Cespedosa encastación ‘abundancia extraordinaria’ (RFE XV, 260), santand. castiza ‘muy fecunda’ (G. Lomas), gall. castizo ‘verraco en la época de la monta’, castizar ‘padrear (los cerdos)’, y nótese que el sardo, que tomó el vocablo del castellano, pero ya en fecha bastante antigua, nos confirma todavía la antigüedad y popularidad de este matiz semántico en castellano, pues ahí accastare (o accartare) es «far leva di bestiame scelto, tirar razza».

Por otra parte, como también hay algunos testimonios antiguos de la idea de ‘linaje puro’ o por lo menos ‘buena raza’ («casta: buen linage; genus», en Nebr., si bien este humanista pudo ya pensar en el étimo CASTUS; de casta le viene, ya h. 1500 en el Canc. de Castillo, quizá pensando en el proverbio posterior de casta le viene al galgo; «el caballo era de casta, / esfuerzo fuera a tomar», en un romance que algunos califican de viejo), se puede defender, de todos modos, la etimología CASTUS, alegando que la idea se generalizó posteriormente a cualquier linaje o especie.

Pero ocurren varias objeciones graves: 1.ª ¿Cuál sería el sustantivo que, al omitirse, hubiera dado lugar a que el adjetivo casta le reemplazara? No por cierto raza, según dicen Nascentes y otros, vocablo que en castellano y portugués aparece mucho después de 1417; tampoco el latino genus, que no es femenino; y por una u otra de estas razones deben excluirse linaje, generación, y estirpe, omitiendo ya proles y progenies, que nunca fueron romances, de suerte que sólo quedaría gens, que en latín vulgar no parece haber tenido el sentido de ‘raza’. 2.ª El caso paralelo de raza (RATIOmanera’) nos muestra cómo el concepto de pureza es de introducción moderna y cómo es más fácil pasar de la idea general de ‘clase, especie’, a la de ‘especie aparte’, ‘linaje puro’, que al revés. 3.ª El lat. CASTUS era poco apropiado para el oficio que se le atribuye. Al romance sólo pasó como voz culta o semiculta, propagada por la Iglesia y con alusión precisa a la abstención sexual4. Ya en latín antiguo sus acs. son morales o traslaticias en casi todos los casos, y los derivados castigare, incestus, así como la etimología5 nos muestran que esto fué lo primitivo y lo de siempre6. 4.ª Con CASTUS es muy difícil explicar el gall. caste f., evidentemente antiguo. No es de extrañar que el gallego haya conservado la forma primitiva caste, alterada en castellano: algo análogo ha ocurrido con el gall. y ast. occid. grade frente al cast. grada de CRATIS, y con el port. trave frente al cast. traba de TRABS, gall.-port. ámedes = andas.

En definitiva, el problema es lo bastante claro para afirmar decididamente que la etimología CASTUS es inverosímil en alto grado. Quizá sea casta una de tantas voces góticas que no nos fué trasmitida por el texto de Úlfilas. Un vocablo parecido está bien documentado en escandinavo, de donde pasó al inglés ya en fecha antigua. En este idioma cast significa, entre otras cosas, según el NED: ‘el número de halcones o de otras aves que la madre pone a un tiempo’, ‘pareja de macho y hembra’ [1470; Palsgrave traduce caste of haukes por «niée d’oiseaux»], ‘grupo de arenques o de otros peces, por lo común tres o cuatro’ [1577], ‘molde, modelo, en la fundición de metales’ [1502], ‘clase, especie, de personas o animales’ [1673]. Varias de estas acs. están documentadas en los idiomas escandinavos: sueco kast ‘grupo de cuatro arenques’, ‘medida de madera amontonada o estivada’, utkast ‘plan, esquema’, danés ant. kast ‘pedazos’ (Halkar), landsmaal noruego kast ‘grupo de cuatro peces, etc.’ (A. Torp). Como nota Torp, este vocablo (del cual deriva el verbo ingl. cast., dan. kaste, sueco, isl. kasta ‘tirar, lanzar’), significó originariamente ‘montón de objetos’, y deriva de la misma raíz que el noruego kŏs ‘montón’ y que los lat. gerere, (con)gestus, congeries, gestare. De ‘montón de objetos’ pudo pasarse ya en gótico a ‘nidada de pájaros, grupo de animales’, como se pasó en escandinavo y en inglés, y desde ahí se explicarían bien las acs. castellanas (comp. fr. ant. aire ‘nidada de aves’ > ‘raza, manera de ser’, fr. debonnaire ‘de buen natural’). El gall. caste f. induciría a suponer un gót. *kasts f. (o quizá *kastei), que en otras partes tomaría la terminación -a por influjo del género7.

DERIV.

Castizo [1529, Guevara: de cavallos castizos suelen salir potros indómitos e rixosos]8; casticidad, casticismo, casticista. Descastar, descastado [ya Acad. 1884]. Encastar, encastación (V. arriba).

1 Valladares y Cuveiro no indican género, pero Saco y Arce, Gram. Gallega, p. 30, lo da como femenino; también Ibáñez Fernández, y éste define «casta; generación, raza, linaje, descendencia»; duas castes, Castelao 182.5, 214.3, 53.8, 278.8; y Crespo Pozo lo recoge en Redondela (Pont.).―

2 Sin embargo es antiguo como apellido. Hay carta del S. XV dirigida a un notario barcelonés Petrus Castís (E. Martorell, Epistolari del Segle XV, p. 45).―

3 De aquí tal vez ‘especie de cosa’, ‘cosa’, en Quiñones de B.: «Yo soy casta y recasta. DOMINGO: Aqueso basta; que yo creo de vos cualquiera casta. CLARA: Tenéis mal alma» (p. 664). La ac. ‘clase, especie’ sigue siendo popular, como en. Mallorca y Provenza, en Navarra y Santo Domingo (BDHA V, 74, 88).―

4 El carácter manifiestamente impopular del fr. chaste, no es tan evidente en los idiomas hermanos por la misma estructura fonética de éstos; mas la i del derivado castidad, oc. ant. castitat, nos muestra que en todas partes es cultismo.―

5 Según Ernout-M. se confundieron en castus dos homónimos. Uno, de origen religioso, significaba propiamente ‘que se conforma con las reglas y los ritos’ (hermano de scr. çiɊƫáɅ ‘instruído, bien educado’); el otro se formó en latín como participio de carēre ‘abstenerse’.―

6 Para probar que castus pudo significar ‘puro’ en general, se aducen por todos los diccionarios dos. ejs. únicos, frente a centenares de los que ya presentan algo parecido a lo moderno: «eo sumus gnatae genere ut deceat nos esse a culpa castas», Plauto; y «res familiaris, cum ampla, tum casta a cruore civili», Cicerón. Pero nada nos impide ver ahí un uso figurado: ‘el que se abstuvo de pecar o de matar’ bien puede compararse al casto. Es verdad que Aulo Gelio habla del sermo Caesaris castissimus, y que esta ac. fué imitada por Lope y por Jiménez Patón (1604) al aplicar casto al lenguaje puro y sin afectación (Aut.), pero en todos los pasajes que el ThLL cita en apoyo de esta autoridad se percibe claramente que el sentido es traslaticio: «genus dicendi cum caste pudiceque ornatur» en el propio Gelio, «tueamurque orbam eloquentiam ut adultam virginem caste», Cicerón, «oratio philosophorum casta verecunda virgo incorrupta quodam modo» (ThLL III, 569b3 ss.; 571a26 ss.). Más importante aún sería hallar castus ‘puro’ en el latín medieval, pero tampoco ahí parece haber nada, pues si bien un autor escribe «invadunt castrum, franco de milite castum» (Du C.) observa con razón Carpentier que se trata de la misma metáfora que en el fr. une forteresse vierge ‘nunca tomada por el enemigo’. Quedaría finalmente el recurso de pensar que en gens casta > casta tenemos una aplicación figurada similar, pero siempre queda la dificultad de que esta metáfora no fué nunca popular en romance.―

7 Como se ve el vocablo vendría del gótico y no del escandinavo, luego no es extraño que no haya huellas del mismo en el léxico de la halconería francesa (a juzgar por los trabajos de Tilander). D. Américo Castro sugería la posibilidad de que hubiese en casta un calco del ár. ɊarîɅ ‘puro, sin mezcla’, que se aplica a animales y personas de raza pura (Lane, s. v.). Pero como ɊarîɅ no significa ‘casto’, sino únicamente ‘sin mezcla’, no veo paridad real con el románico casta. Leída mi etimología me escribe el mismo maestro que le parece probable, y compara oportunamente la relación entre *kasts y kasta ‘lanzar’ con la existente entre el cast. echadura ‘nidada de pollos’ y el verbo echar.―

8 Para el uso de castiço en la India en el sentido de ‘hijo de portugueses nacido en la India’, y para usos semejantes del cast. castizo en América (‘mestizo’, etc.), vid. Schuchardt, ZRPh. XIII, 483.