RÓBALO, antiguamente pronunciado robálo, como hoy en América, Galicia y Portugal: es metátesis de *lobarro (cat. llobarro), derivado de lobo, que como el lat. LUPUS se aplicó metafóricamente a este pez.

1.ª doc.: h. 1550, Bart. de las Casas; 1558, Amato Lusitano, cit. Sarm.; Oudin («robalo: loup, poisson de mer»).

Según Pagés está también en Sorapán de Rieros (1615-6), y se lee en la Filomena de Lope de Vega (1626), pronunciado indudablemente robálo, pues rima con phisalo y thymalo (canto III, ed. Sancha II, 410); no está en Covarr. ni en otros léxicos clásicos y preclásicos, ni tampoco en Aut. ni Terr.; la Acad. lo recogía ya en 1832, no 1780, con la acentuación róbalo, que es también la que dan R. Cabrera ((† 1833), en su Dicc. Etimológico, y Cisternas el ictiólogo (1867), según Carus II, 608. Pero en América y en toda la costa andaluza del Mediterráneo y el Atlántico (incluyendo Melilla y el portugués del Algarbe)1 se ha conservado la acentuación paroxítona, como advierte el cubano Pichardo; así lo he oído, en efecto, en la costa chilena, donde designa un pez de piel blanca brillante, y de 40 a 70 centímetros de largo (ej. chileno en Draghi, Canc. Cuyano, p. 361). Medina Conde (Conv. Hist. Malagueñas, 254) lo identifica con la Perca Labrax L., Carus con el Dicentrarchus labrax Jord., otros le llaman Labrax Lupus Cuv. En Galicia robalo es pez de río, Perca fluviatilis, y robaliza es el robalo del Mediterráneo (Vall.); pero Sarm. CaG. 81r, lo enumera en medio de los peces de mar que ha visto y comido, y su manuscrito acentúa robálo, juntándolo con robaliza ‘pez pequeño de ría’. El port. robálo, también acentuado en la a, vuelve a ser el pez de mar [Bluteau], en Viana do Castelo robalo y robaliço (RL XV, 75); en el asturiano de Avilés roballiza (V; s. v. llobina). Cat. llobarro común al Principado, Valencia (El Archivo II, 155) y las Islas, y ya documentado en 1599: «la otra máscara... como aquel que representava la quaresma... traya colgando... langostas, lissos y llobaros y sardinetas» (doc. valenciano, BRAE III, 543). Indudablemente robálo es metátesis de *lobarro2, aunque no veo motivo suficiente para considerarlo préstamo del catalán, según hacen M-L (REW 5173) y J. Casares (Homen. a M. P. II, 52); la variante roballo que citan algunos, lo mismo que el ast. roballiza, se explican por la ll- asturiana de llobu.

Sin duda l(l)obarro es derivado del lat. LUPUS, ya registrado como nombre de pez en la Antigüedad, comp. además llop, empleado como nombre del mismo pez en Menorca y algún punto de Cataluña, oc. loubàs, genovés lovazzo, it. lupaccio, sardo y sic. lupu (Carus), y además el sinónimo cast. cantábrico lubina o llubina, ast. llobina (V), cat. llobina, oc. loubine (Ant. Thomas, Rom. XXXIII, 364); etimología ya indicada por Cabrera, Schuchardt (ZRPh. XXXI, 643) y M-L. Como motivo de esta denominación suele citarse la voracidad del robalo, pero Sainéan (BhZRPh. X, 60) cree se trata más bien del color plateado de su piel, de lo cual aduce paralelos. En cuanto a la acentunción róbalo, sólo atestiguada claramente por la Acad. y Cabrera, Schuchardt quiere explicarla por un cruce con el nombre griego λάβραξ (latinizado en *labràcus), lo cual no convence, mientras que Cabrera piensa en un diminutivo LŬPŬLUS, cuya existencia parece comprobada por el sic. lúvaru, que cita Schuchardt) y quizá por el mozár. lóbra3 («breca, pescado» PAlc.), marroq. úbra («pescado poco mayor que el besugo» Lerchundi). Esto ya es más razonable; sin embargo, habría que suponer para ello que LUPULUS se disimiló en *RŬPŬLUS ya en latín vulgar hispánico, lo cual es muy atrevido: pues una metátesis *lóbaro > róbalo no es de creer que se produjese, por la diferente calidad de las dos r. Habrá que comprobar bien la extensión de la pronunciación esdrújula, pues si sólo es local o sólo empleada en el interior de España, puede tratarse de una mera alteración debida al influjo o confusión de sábalo y análogos.

Vid. G. Colón, ZRPh. LXXVIII, 86-87 y Butll. Soc. Castellon. de Cult. XXXVI (1960), 129-134: como es portugués desde 1340 y la -l- portuguesa correspondería a -LL-, así que no se explicaría la -l- castellana, existe la disyuntiva: a) el cast. lo tomó del port. y el étimo tendría -LL-; b) así en portugués como en castellano, robálo sería metátesis de lobarro: lo cual sigue siendo lo verosímil.

DERIV.

Robaliza [Acad. ya 1817]; roballiza ‘lobina’ en el ast. de Avilés (V, s. v. llobina).

1 V. el mapa 541 del Atlante Lingüístico Mediterráneo, Saggio delle Carte (Florencia, 1974).―

2 GdDD n.º 3987 y 3989a-3990 explica el murc. lobarro como metátesis de lobarro ―en realidad es al revés― y cree que éste vendría de LŬPŬLUS, lo cual resulta imposible por las razones fonéticas que he dado y por la fecha moderna de esta acentuación.―

3 Sin embargo, tengo por más verosímil que esta forma mozárabe resulte de un cruce de λάβραξ con LUPUS, tanto más si BRECA es otra supervivencia mozárabe de λάβραξ, que es una de las posibilidades admitidas en aquel artículo. En el catalán alicantino de Benidorm, según el Atl. Ling. Medit. (punto 12) se emplea un extraño jabarro (ajeno al resto del cat.) que acaso tenga que ver con λάβραξ y llobarro a la vez. La vitalidad del gr. λάβραξ en la ictiología mediterránea está probada porque su diminutivo λαβράκƳον) sigue siendo hasta hoy el nombre general de este pez marino en todas las localidades mediterráneas de lengua griega, turca, búlgara y ucraíno-rusa.