REQUETÉ, ‘organización radical del partido carlista’. Fue primero el nombre popular del Tercer Batallón de Navarra, durante la primera guerra carlista.
1.ª doc.: 1833-1840.
No hay duda de que la canción existió durante la primera guerra carlista. El término requeté que aparece en ella bien pudo aplicarse a la denominación de esa fuerza de choque, como ocurrió también con el resto de los batallones, que tomaron sus nombres de los estribillos de sus canciones favoritas: «el primero la Salada / el segundo la Morena / el tercero el Requeté / y el cuarto la Hierbabuena»2. Más difícil resulta explicar por qué se dió entrada a requeté en el estribillo citado. Lo probable es que se trate de un término creado para evitar el empleo de un vocablo obsceno, adquiriendo por ello el sentido de la voz o voces que se trataba de evitar. Por otra parte, de ninguna manera se puede descartar la posibilidad de que requeté surgiera como abreviación de el requetevaliente o el requetebeato, expresión intensiva con que amigos o enemigos podrían haber denominado al Tercer Batallón; y en este camino es incluso posible la explicación tradicional, por frase atribuída a Zumalacárregui -si es que no se trata de un mito seudoetimológico-: «todos bien, pero el Tercer Batallón requetebién»3.
A pesar de la coincidencia entre los testimonios que señalan unánimemente la aparición de requeté en 1833 y la inexistencia del vocablo en fuentes navarras inmediatamente anteriores a esa fecha, no debe evitarse, sin embargo, en palabras como la presente (es el caso también de suripanta, cursi, etc.) cuya explicación puede haber dado lugar a leyendas etimológicas, la posibilidad de que hubiera existido un uso anterior al que nos muestran los documentos mismos. Quizá el vocablo que estamos estudiando se tomara de un fr. requêté ‘toque en la exploración de los bosques para la caza del ciervo’4; pero con ser explicación coherente y que algunos han aceptado como cierta, no se da justificación cumplida en lo semántico ni apoyada en datos documentales anteriores, del proceso histórico de aplicación del vocablo. Pero también resulta difícil pensar que existiera antes de 1833 un uso sustantivado de requeté con carácter familiar, y por ello no reflejado en los textos de aquellos años, que aplicado al Tercer Batallón se utilizara partiendo de ahí en el estribillo ya citado5; entre otras razones es poco verosímil que, llamados los demás batallones con nombres tomados de sus canciones, se hubiera seguido para el Tercero un camino diferente en su formación.
El hecho es que requeté se aplicó al Tercer Batallón de Navarra; es ese el punto de partida para el uso del vocablo, común en el primer tercio de nuestro siglo (y existente aun en la actualidad) como nombre colectivo de una organización del partido carlista, empleado también en plural cuando se hacía referencia, por ejemplo, a los requetés locales. Lo que realmente es muy posterior es aplicar requeté a cada uno de los individuos de la organización6.
Sigue siendo necesario un estudio histórico más detenido, y si se hace olvidando preocupaciones políticas se podrá llegar a un resultado.
Agradecemos a don Luis Michelena el habernos señalado importantes datos orientadores.
1 V. J. M. Azcona, Zumelacárregui. Estudio crítico de las fuentes históricas de su tiempo, M. 1946, p. 41, donde se proporcionan estos datos y algunos más de autores españoles del S. XIX, como es el caso de las Memorias íntimas del Marqués de Mendigorría. De un artículo anterior de J. M. Azcona, incluído en este libro, procede básicamente la información que utilizan J. M.ª Iribarren, El Porqué de los Dichos, M., 1974, pp. 540-541 y G. Moldenhauer, «Über Ursprung und Bedeutung von span. requeté» VKR XI, 1938, 146-149.― ↩
2 J. M. Azcona, op. cit., p. 44 cita el estribillo que Ignacio Beleztena había oído cantar de la traducción castellana del Mambrou s’en va-t-en guerre («Mambrú se fué a la guerra / pimentón, alirón, hierbabuena»), así como un recuerdo propio («con el tango, tarango y té, / dame un besito salada, / ahora que nadie nos ve»), que sin necesidad de suponer que se cantaran por los batallones navarros durante la primera guerra carlista, sirven para ver lo razonable de la posibilidad de que esas fuerzas tomaran el nombre de sus canciones predilectas.― ↩
3 Para el prefijo requete- y rete-, V. las referencias que se dan en DHA II, 373; para Cuba, Ca, 117. Quizá rete- resulte de metátesis de tarre- (tarregrande < tan regrande, BDHA II, 172) y requete- de qué tarre- (¡qué grande es! > qué tarregrande, luego estereotipado), comp. chirriquitico < chicarritico. Mi sospecha acerca de la formación del prefijo afectivo e intensivo requete- parece confirmada por la forma más antigua del mismo, tal como la vemos en un pasaje de Lope, donde se lee: «¡reviejo y catarreviejo!» (BRAE XXVI, 451), que según mi hipótesis pudo salir de qué ta(n) reviejo. Spitzer, MLN LXXIV, 148, cree que catarreviejo sería disimilación de *tataraviejo, lo cual no convence.― ↩
4 Es la explicación que acepta Pio Baroja, Memorias, M. 1955, p. 976. V. G. Colón ZRPh. LXXVIII, 86. Más lugares donde se acepta esta explicación en Moldenhaner, art. cit., p. 147.― ↩
5 De poder demostrarse esto, la explicación más razonable sería la de una abreviación de requetevaliente, requetebeato, etc.― ↩
6 Fabra en su diccionario catalán de 1932, fundándose en el conocimiento del viejo uso tradicional (el autor nació en 1868), da requetè como equivalente de «rapaz, muchachito» y además «bandada de gente joven que llevaban las partidas carlistas». Esto podría confirmar la idea de Moldenhauer, pues hay nombres populares del niño o muchacho que propiamente significan ‘miembro viril’ (cat. carallet, caralló, mall. atzeb, BDC XXIV, 27). Claro que puede haber otras explicaciones de esta ac. poco difundida. La Acad. todavía no recogía requeté en su ed. de 1936-9. Para otros usos del vocablo V. J. M.ª Iribarren, l. c. ↩