En francés
raalingue ya aparece en el S. XII (en el
Brut de Wace). En castellano leemos «ojo al marear, que
relinga la vela» en los
Refranes que dizen las Viejas (
RH XXV, 167);
ralinga en el diario de Colón, 1493 (Fz. de Navarrete,
Colección I, 144), y en Fz. de Oviedo (XX, ii, 4); la fomma con
e ya en la Relación de Mendaña (1567): «vimos unas velas, aunque no vimos el caxco, y deseosos de saber della, nos tuvimos a la
relingua, y assí la perdimos de vista», y en A. G. Fernández (Jal, 1272
b); falta todavía en
Aut. Es voz perteneciente a la terminología atlántica, cuya correspondencia mediterránea es
grátil; así no es de extrañar que en catalán sea voz poco empleada y que el it.
ralinga no aparezca hasta Stratico (Zaccaria). La etimología neerlandesa del fr.
ralingue fué indicada correctamente ya por Jal (1256
a) y Diez (
Wb. 664). El cambio de
*raligue en
ralingue se explica, como indica Gamillscheg, por el influjo recíproco con el nombre de otros dos cabos náuticos, la
boulingue (=
BOLINA) y la
étalingue, que a su vez deben la
g al influjo de
ralingue.