RAQUETA, del fr. raquette íd., antiguamente ‘palma de la mano’, y éste del ár. Ʌa, que tiene este último sentido.

1.ª doc.: Antonio Agustín, † 1586.

Falta todavía en C. de las Casas y en Percivale, pero ya está en Covarr.; Cej. V, § 41. En francés, en el sentido moderno, aparece ya en el S. XV (Coquillart), y en el antiguo a princ. S. XIV (Mondeville). El it. racchetta, que sólo se cita en el sentido moderno, aparece desde principio del XVII por lo menos (Galileo, Buonarroti), pero es probable que sea muy anterior; comp. la variante lacchetta, que parece indicar trasmisión directa del árabe. En cast. no hay indicio de que sea voz antigua. Está fuera de dudas que entró en romance como arabismo culto de Anatomía, y el país de entrada en Europa hubo de ser Francia, según parece indicar la documentación disponible, o bien Italia, donde había la Escuela Médica de Salerno, que introdujo tanta terminología arábiga; sólo en estos países, no en Castilla, es posible la trascripción de Ʌ por k romance. En cuanto a la terminación -eta, no es imposible que se trate de una adaptación romance de la forma árabe Ʌat, sea en una pronunciación culta y artificial del árabe, sea por el uso de la misma en el estado constructo, sobre todo si era habitual en árabe decir Ʌat al-yad ‘palma de la mano’, como puede sospecharse en vista del uso hispánico de Ʌat al-qádam [S. XI, glos. de Leyden], propiamente ‘palma del pie’1 (‘planta del pie’); pero esta opinión sugerida por Wartburg (en Bloch, 2.ª ed.) es insegura, ya que una pronunciación Ʌe (o el constructo Ʌet) sólo tiene extensión local y moderna en árabe vulgar2; hay que contar, por lo tanto, con la posibilidad de un diminutivo romance. Para esta etimología, vid. Devic, s. v.; Sainéan, La Langue de Rabelais I, 23; Sources Indig. II, 405; y comp. NUCA.

DERIV.

Raquetero.

1 Sin embargo, según Freytag, el ?auharí (fin S. X) y el Fairuzabadí sólo dan Ʌa «vola manus».―

2 En la Doctrina de Ayala en árabe valenciano (S. XVI) tras tafȟîm hay 27 ejs. de a y ninguno de e; en tarqîq cuento 16 de e por 25 de a; en PAlc. lo mismo, pero con mayor rareza de e. Luego la regla parece ser que no había e más que en tarqîq, y aun ahí no era general (quizá por cultismo, en parte). Esto es también lo regular en las hablas magrebíes. En consecuencia no debe haber e tras Ʌ