RANDA, voz cast. y cat., probablemente emparentada con el oc. randar ‘adornar’, ‘hacer una orla’, derivado de randa ‘extremo, fin’, ‘cercado’, de origen incierto, quizá céltico.

1.ª doc.: Nebr.

Este lexicógrafo lo traduce con el lat. rete ‘red’; ediciones posteriores agregan reticulum, que designa una especie de cofia, y esto es lo que parece haber entendido PAlc., pues la voz hispanoárabe con que traduce randa, a saber rutfúl, lleva la equivalencia ‘alvanega’, ‘cofia’, en otros artículos de su dicc. (parece ser un mozarabismo procedente de RETE o de uno de sus derivados o compuestos). Bien puede ser que Nebr. entendiera ya ‘encajes’, pues en latín no hay denominación para esta cosa y rete puede expresarla aproximadamente. No encuentro documentación anterior de randa, que falta en todos los glosarios medievales a mi alcance. En el sentido de ‘encajes’ es voz ya bien conocida en el Siglo de Oro, registrada por Covarr., Percivale, Oudin (no C. de las Casas) y Aut., que cita ej. en B. Argensola (princ. S. XVII); Cej. V, § 26.

En catalán es ya muy frecuente en todo el S. XV, y hay un primer ej. en 1390 (Ag.); creo se puede afirmar que en este idioma randa es y ha sido vocablo más popular que en cast., aunque hoy tiene tendencia a anticuarse en muchos puntos, reemplazado por puntes; pero la vitalidad del cat. randes ha sido grandísima hasta fecha reciente y sigue siéndolo en varias partes, mientras que en cast. quizá haya sido siempre encajes la palabra más extendida, como lo es en la actualidad ―verdad es que no la tenemos documentada hasta muy adelantado el S. XVII. Evidentemente haría falta disponer de mayor documentación para resolver este punto. Un ej. algo más antiguo que el de Nebr. parece hallarse en Francisco Imperial: «una donzella / ... / non traya esperavanda, / axuaycas nin çarçillos, / nin mangas a bocadillos, / nin traye camissa randa» (Canc. de Baena, n.° 248, v. 16), lo cual más que como un adj. rando ‘guarnecido de randas’ según entiende el editor P. J. Pidal, deberá interpretarse camisa a randa ‘con randas’1.

Fuera del cast. y el cat. apenas encontramos algo análogo más que en port., donde ‘encaje’ se dice renda: ignoramos si desde la Edad Media, pero de todos modos ya era usual a princ. S. XVI, para Gil Vicente (quien lo castellaniza en rienda, ed. 1834, III, 342), y ya está en Bluteau y en Moraes, pero sin autoridades. Que el origen es el mismo que el de la voz castellana, no cabe duda, pues no es sostenible la etimología *RTէNA, derivado de RTE, propuesta por G. Viana (Apost. II, 360): el resultado fonético en port. habría sido *rédia2. Lo más probable es que randa entrara en portugués en fecha tardía y entonces, como ocurre a tantos extranjerismos, sufriera la contaminación del autóctono rede; tanto más fácil cuanto que en la pronunciación portuguesa an y en difieren mucho menos que en cast. (comp. el caso semejante de pilha < PILA II). Solidariamente con la e de renda y con el cat. arran (V. abajo) será bueno tener en cuenta una voz portuguesa y gallega que significa lo mismo que la catalana: port. rente ‘por la raíz, por el pie’: cortar a árvore rente com o chão, ya en JoƟo de Barros, S. XVI (Moraes), arrentar ‘pasar rozando’, rentear ‘trasquilar a rape una oveja’ (Castelo-Branco, en CortesƟo). En gallego tenemos arrente «trae un cilicio arrente do coyro» ‘a raíz’ (Sarm., CaG., 215r), «as peras que sacaba da chambra, de arrentes do coiro» (Castelao, 214.17), a rentes o a rente ‘pegadito, sin cosa intermedia, rozando conmigo’ ‘(segar la hierba) a raíz, sin dejar nada’ (Vall.), rente ‘junto, inmediato’ y arrentar ‘cercenar’ en Lugrís: en una palabra, exactamente los mismos matices que en el catalán arran. Algunos han querido ver ahí el lat. HAERENTE, pero ya Sarm. sugería el lat. RADENTE ‘rasante’ y realmente es probable que tuviera razón. Entonces quizá sea aceptable la conclusión provisional de que al penetrar en portugués el forastero cat.-cast. randa se orientara según la correspondencia cat.-port. arran = arrente y randa se volviera allí renda.

La etimología germánica indicada para randa por Diez (Wb., 263) y aceptada por M-L. (REW 7042), Gamillscheg (RFE XIX, 146; R. G. I, p. 368) y demás etimologistas, no es imposible. Sin embargo, fuerza es reconocer que presenta graves dificultades. No tanto desde el punto de vista germánico, como desde el romance e hispánico. Aquí me propongo tomar sobre todo este último. Atendiendo a la existencia del a. alem. ant. rant m. ‘borde del escudo’, ‘guarnición de metal que llevaba el escudo en su centro’ (hoy rand ‘borde’), b. alem. ant. rand, fris. ant. y ags. rond ‘borde del escudo’, escand. ant. r྿nd f. ‘borde’, ‘canto’, ‘borde del escudo’, tendríamos derecho a suponer que *RANDS o quizá más bien *RANDÔ o *RANDA existiera en gótico con el sentido de ‘borde’. El área de la familia romance, que además de las lenguas hispánicas abarca sólo la lengua de Oc y el italiano3, parece indicar, en efecto, que el vocablo vendría del gótico.

En Italia tenemos acepciones más próximas que en Espana al significado germánico, pues el it. randa tenía en varios autores antiguos, desde el S. XIII, las acs. ‘orla, margen, extremidad’, y la persistencia del mismo en bastantes dialectos modernos (vid. Gamillscheg) y en la propia lengua literaria, en varias acs. técnicas, podría indicar carácter autóctono del vocablo. En lengua de Oc hay ya varios testimonios desde el S. XII, y aunque la documentación antigua no presenta un cuadro bien claro, no hay duda de que allí randa ha significado ‘cabo, extremidad’ y también ‘seto, cercado’ (rouergat rando en Mistral, y randal, -alme, ya medieval), de ahí la locución a randa ‘completamente’ y derivados modernos como (ar)randà ‘arrasar una medida’, rando ‘rasero’, randelo, randisso ‘cercado’, etc., que revelan verdadera vitalidad de este grupo occitano; hacia el Sur se prolonga todo esto con el cat. arranar ‘arrasar’, ‘rapar’ y arran ‘muy cerca’, ‘al ras’, ‘al rape’.

Claro que desde la ac. germ. ‘borde’ se podía llegar a la it. y occitana ‘extremidad, margen, cercado’; también es concebible que de ‘extremidad, borde’ se pasara a ‘encaje’, puesto que los encajes se ponen tantas veces en el borde u orla de la prendas de ropa; denominaciones como la cast. puntillas, cat. puntes, alem. spitzen, aluden a lo mismo, y más claro es todavía el neerl. kant ‘encajes’, propiamente ‘canto, borde’. Pero hay algunos detalles oscuros y aun algo inquietantes. Por lo pronto sería más fácil que una ac. tan especial y técnica se hubiera originado en un país donde randa tuviera la ac. básica ‘extremidad, borde’, lo cual, junto con la fecha tardía del vocablo y su procedencia forastera en port., apoya la afirmación de Gamillscheg de que en cast. ha de ser un préstamo.

Pero el caso es que la ac. ‘encajes’ no se encuentra fuera de la Península Ibérica, y el único romance donde coexiste este sentido con el de ‘extremidad’, a saber el catalán, presenta otro problema. En el sentido básico ahí tenemos la reducción fonética ND > n (arranar, arran), mientras que no hay tal en randa ‘encaje’. No sería del todo inconcebible que un vocablo tomado del gótico en fecha muy tardía, hacia el S. VII, p. ej., hubiese llegado tarde al cat. para participar en la asimilación -ND- > n; entonces habría que admitir que el tránsito de ‘borde’ a ‘encaje’ ya se hubiese producido en el gótico tardío y que el cast. sólo hubiese heredado esta ac. secundaria. Sin embargo, esto parece muy dudoso. Y es posible que la ac. ‘encajes’ se desarrollara en cat., al tomar en préstamo el oc. randa.

En este idioma, si no la nueva ac., existía, en efecto, el punto de arranque de la misma. Examinando los ejs. reunidos por Levy del oc. ant. randar no cabe dudar que éste significaba ‘adornar’ (hablando de mujeres, de armas, etc.), y aun hay uno al que Levy supone con ciertas dudas el sentido de ‘adornar con encajes’, lo cual me parece improbable dada la inexistencia de esta ac. en las hablas modernas. De todos modos es un hecho que el gascón arrande, rande, tiene la ac. «ourlet», «reprise de couture» (en Lomagne, vid. Palay) y luego «raie, trait, ligne». Estando así las cosas, bastaría que desde el Sur de Francia se introdujera en la Cataluña medieval algún procedimiento nuevo de hacer encajes, para que al mismo tiempo se produjera el cambio semántico de ‘orla’, ‘adorno’ en ‘puntillas’. Lo probable es, pues, que randa sea un occitanismo así en cat. como en cast.; en cast. quizá directo, o más bien tomado por conducto del cat. Así llegamos a la conclusión muy probable de que nuestra familia léxica no es autóctona en Castilla y sólo parcialmente lo es en Cataluña.

En cuanto al origen último del oc. randa, cat. arran, etc., el problema es también dudoso. Hoy se duda gravemente del origen germánico, desde que Jud (VRom. II, 16; ARom. VI, 192) llamó la atención acerca del galo RANDA ‘frontera, límite’ (cuya existencia se comprueba, entre otras cosas, por el nombre de lugar EKVORANDA, fr. Ingrande, etc.)4. Observa Wartburg (Mél. Haust, 424) que el área primitiva del vocablo no desdice de un origen galo; por otra parte entre el sentido tan estrecho de la voz germánica ‘borde del escudo’ y el del oc. randa ‘seto, cercado’ hay un mundo de diferencia. A reserva del estudio más completo que podemos esperar de Jud o de Wartburg, y del más detenido que puedo hacer en mi DECat., me inclino por el origen céltico.

El supuesto de Pascual Meneu (Rev. de Aragón V, 468) de que randa sea arabismo es inaceptable por no existir en árabe fuera de España y Marruecos (Vid. Dozy, Suppl. I, 561b) y carecer totalmente de raíz en este idioma.

DERIV.

Randado [Corbacho 129.15; Quijote, Fcha.]. Randera. El ast. randar ‘escardar segunda vez el maíz, el trigo y otras plantas’ (V) es muy dudoso que proceda de randa ni de su étimo céltico o germánico (¿quizá de REITERARE disimilado en *REITENARE?). Puede, en cambio, haber enlace entre esta voz asturiana y el grupo gallego randar ‘cansar’, randear ‘columpiar’5, randeira ‘guindaste de cocina para colgar’ (Vall.): mucho dudo que nada de esto tenga que ver con el germ. o célt. RANDAborde’, como se ha asegurado. Comp. lo dicho s. v. reiterar.

1 Cierta importancia para la antigüedad del cast. randa puede tener el mozár. ránda ‘encaje’, documentado en PAlc. y en escritura granadina (S. XVI o quizá ya XV o XIV), y hoy persistente en el árabe de Marruecos; vid Simonet. Pero también podría venir del cat. No tiene valor el artículo randal ‘tela hecha en forma de randa’ de Aut., y sólo fundado en la frase «un gambax branco fecho de un randal» que los académicos extrajeron de la ed. de la Crón. Gral. por Ocampo. Se trata de una corruptela en vez de rançal (ed. M. P., cap. 956).―

2 Es demasiado audaz suponer una metátesis ya latina *RENէTA como hace G. Viana. Así como así la formación del supuesto *RETէNA es ya inverosímil desde el punto de vista latino, si se parte de RETINERE (¿regresión de RETINACULUM?). Mejor, V. arriba. Tampoco cabe partir del verbo rendar y derivar éste de RETE con una n inexplicable, como quiere Coelho.―

3 No parece encontrarse el fr. ant. rande que cita M-L., y randon tiene otro origen (V. DE RONDÓN).―

4 Cf. BARANDA y DECat. barana.―

5 También arrandear en los mejores poetas, en F. Añón, etc. (DAcG.), y en la hermosa estrofa que realza Castelao «perder a unidade que encerra / o meu corpo mortal, e liberdado, / antre o ensoño vivir arrandeado / na brétema sotil da miña terra» (273.3). Para documentación de los simples randear, randar, randeiro (y quizá randa ‘pillete’) ver F. J. Rdz., Lugrís, apéndice a Eladio Rdz., Crespo s. v. columpiar. Por un cruce con éste: carrandear ‘andar como los patos, tambaleando’ (DAcG., y cf. Vall.).