RALEA, voz común al cast. con el port. relé: como el significado antiguo era ‘presa de una ave de rapiña’, probablemente se tomó del fr. ant. ralée ‘ida’ en el sentido de ‘acto de capturar una presa’, derivado de aler y raler ‘ir’, que se aplicaban a la acción de lanzarse el ave de rapiña sobre su víctima; después pasó a significar esta víctima, luego ‘raza de aves preferida por cada ave de rapiña’ y finalmente ‘clase en general’.

1.ª doc.: 1325, Juan Manuel.

En su Libro de la Caza escribe «desque el falconero entendiere que el falcón torna a él cada quel llama, si acaesce que por aventura alguna vez tira con alguna ralea e después torna a las vozes, no le enpesçe, ante es bueno; pero non lo deve omne lançar adrede a ninguna ralea, salvo ende a la picaça» (ed. Baist, 28.25 y 27). También lo emplea con frecuencia López de Ayala en su obra semejante: «los açores... son buenos para tomar raleas traynas para fazer a los falcones, así como garças, gruas et otras», «el falconero... deve traer sus pequeñas linjaveras de lienço bien fechas, do acorra a meter et a esconder et cobrar el ánade o la rralea quel falcón tomare, porque la non vea» (cap. 41 y 47; ed. Gayangos, pp. 144, 164; otros dos pasajes parecidos en Cej., Voc.). En el Libro de Cetrería de Evangelista (S. XV): «el neblí... allende de muchas raleas, tiene muy grande omezillo con los lavancos y con las garças»; y en la Profecía del mismo autor: «los ynquisidores... tornarán a jurar por el syglo de su padre que asy no passe, myntiendo, trabucando, faziendo del çielo çebolla; vernán los labradores con sus collares colorados: e como la çebolla sea de su rralea, desque la vean tan grande como el cielo asirle han de las porretas...» (ZRPh. I, 232, 245). En el último ej. parece como si ya ralea estuviera por ampliar su significado y dejar de ser exclusivamente un término de cetreros y cazadores, pero todavía no tenemos por qué creer que ya hubiese tomado su ac. general moderna ‘especie, calidad’, pues como la cebolla es comida habitual de los labradores, era natural que jocosamente se le diera el nombre de ralea o presa de esta buena gente. Creo que todavía tiene el mismo sentido en Fernández de Oviedo (h. 1535): «en un desierto tan estéril de tantas diversidades e raleas de aves» (cita de Cej., Voc.), «ralea del halcón» (cita de Fcha.).

El primer lexicógrafo que recoge el vocablo es Nebr., quien nos muestra su transición al significado moderno, pero con aplicación todavía a achaques de caza: «ralea: genus praedae». Ya pronto entonces tomó un sentido general, pues PAlc. (1505) lo toma ya en la ac. genérica ‘clase, especie (de cualquier cosa)’ al traducirlo con los dos vocablos arábigos Ǥins y Ɋinf; Percivale (1591) «a race, streene or bread of horses», Oudin «hombre de ruyn ralea: homme de meschante race: métaphore prise des oiseaux; on use à Paris de ce mot acabit, entre le commun peuple», pero también «ralea: race ou sorte de gibbier et d’oiseaux»; y Covarr.: «es término de cetrería, vale en las aves lo que en los cavallos dezimos raça; hombre de ruin ralea, hombre de ruin casta; hasta ahora no he alcançado su etimología: entiendo ser vocablo arábigo». Aut. pone ya como básica la ac. «raza, naturaleza y calidad de alguna cosa» y cita ejs. de la misma en Argote de Molina («unos llamados guanacos, que son de la misma ralea que los carneros») y en Villaviciosa, pero todavía conoce el sentido de cetrería, que define «el ave o páxaro a que es más inclinado el halcón, gavilán o azor: y assí se dice que la ralea del halcón son las palomas, del azor las perdices, del gavilán los páxaros pequeños; pero la industria del azor [o sea la técnica venatoria] inclina estas aves de rapiña a perseguir otras aves, y assí las hace raleas» tras lo cual cita ej. de Zúñiga (1565) «me satisface más para solo perdices el prima1 mediano: mas si lo quieres para raleas bien es que sea grande, pues ha de matar prisiones grandes a vueltas de otras». En el Quijote se ha alcanzado ya el término de la evolución y el vocablo sólo tiene, como hoy, el significado de ‘casta, especie’: «gente soez y de baxa ralea» (I, xv, 52), «mala usança de los de vuestra ralea» (I, iv, 13), «con otros impossibles desta ralea» (II, xxxviii, 147). Se nota ya la preferencia por el matiz peyorativo cuando se aplica a personas, muy natural por tratarse de un término propio en realidad de animales.

Una historia parecida observamos en portugués: «e assi lhes acontece que tomando muitas vezes outras aves ou grandes relés (ou per topadas d’árvores), ou per outras cajo?s, lhes quebrƟ as pernas» en el Livro de Citraria de Francisco de Mendanha, pasaje copiado del Livro de Falcoaria de Pero Menino (med S. XIV), menos las cinco palabras que he puesto entre paréntesis, vid. Tilander, RFE XXIII, 260. Diogo Fernandes Ferreira (1612) define «ralé he aquella ave ou passaro ao qual he mais inclinado o falcƟo, gaviƟo ou assor: o falcƟo ás pombas, o assor á perdiz, o gaviƟo aos pássaros pequenos, e a indústria do homem os faz passar avante»; Bluteau reproduce esta definición cambiando las últimas palabras por las siguientes más claras (y que nos explican las de Aut.): «a indústria do caçador os inclina a outra caça». En port. hubo la misma evolución semántica que en cast.; originariamente es ‘presa de una ave de rapiña’: «acostumar as aves de rapina a tƟo diversas relés» en Severim de Faria (1624), «achando ralé a que se haja de lançar» en F. Ferreira; más tarde es ‘especie de caza preferida por cada ave de rapiña’: «a sua principal relé he apanhar cƟes e gatos» en Frei JoƟo dos Santos (1609), y figuradamente «as moças da câmara, que sƟo gente da nossa ralé» ‘de las que enamoramos, que nos dedicamos a conquistar’ en Ferreira de Vasconcelos (h. 1550); finalmente «casta, companhia, laya»: «nƟo he dos peyores da sua relé» Rodrigues Lobo, «para os lisonjeyros, para os mentirosos e para outra gente desta relé» en Antonio Vieira; V. las citas en Bluteau, Moraes y D. Vieira. Sabido es que el port. reduce -ea a , y el cambio de ralé en relé es explicable como el de rabaño en rebaño, rancor en rencor, rancón en rencón (RINCÓN); análogamente ast. occid. rellé, rallé y rellía ‘casta’ (de mala rallé, Acevedo-Fz.), con -ll- por la tendencia asturiana a la ll- inicial, habiéndose tomado el vocablo por un derivado en re-.

Resulta, pues, bien sentado, como ya reconocieron todos los lexicógrafos, que ralea es término originario de la cetrería; pero conviene subrayar que al principio no era ‘especie de caza preferida por cada ave de rapiña’, sino simplemente ‘presa cualquiera de una ave de esta clase’, como resulta bien claro de los testimonios de Juan Manuel, López de Ayala («cuando tu falcón tomare ralea, así como corneja, sisón, paloma», 8), Pero Menino y Francisco de Mendanha.

Casi no se ha estudiado la etimología. Diez se limita a declararla desconocida (Wb., 480); M-L. (REW) y Körting ni siquiera mencionan el vocablo; D. Vieira y Fig. relacionan con el port. mod. réles ‘vil, ordinario’, pero esta palabra a su vez es de origen ignorado2; Nascentes dice que Levindo Lafayette lo derivó del ár. rahhlin ‘nómada’: quiere decir rāɅilîn plural de Ʌil ‘viajero, trashumante’, aunque éste en realidad hace el plural ruɅɅâl; pero importa poco, pues salta a la vista que nada de esto tiene que ver con ralea. La conjetura de Covarr. de que sea de origen arábigo parece atractiva a primera vista para quien recuerde tarea, zalea, atarjea, etc., pero es imposible, pues en árabe no existe nada análogo3.

Finalmente la Acad. dice que ralea deriva de ralear ‘hacerse rala una cosa’, ‘no granar enteramente los racimos de las vides’, verbo al cual atribuye además (ya en la ed. de 1817) la ac. «en algunas partes, descubrir uno con su porte su mala inclinación y ralea». ¡Que lástima que no se precisen estas «partes»! Es evidente que se trata de una ac. poco conocida, y se necesitaría tener mucha fe en la Acad. para no sospechar que hay aquí una ac. supuesta ex profeso para esta etimología. Sea como quiera, y aunque podamos imaginar que partiendo del hecho de que una clase de vid ralease, se podía hablar de la ralea de una vid en el sentido de su mala calidad, lo cierto es que esto es una hipótesis bastante forzada, y rotundamente desmentida por la historia del vocablo, que nada envolvió de peyorativo en su principio, ni parece haberse aplicado jamás a viñas, y muy rara y modernamente a plantas en general.

Para la etimología debemos partir evidentemente de la ac. más antigua ‘presa’; y con sólo suponer que al principio significase ‘captura, acto de capturar’, tenemos un origen convincente. A nadie llamará la atención que tratándose de un vocablo en -ea y de un término de halconería, partamos del francés antiguo. Ahí ‘lanzar el halcón’ se decía 1aissier aler: «se le heron se desconfist... oste donques le chaperon a ton faucon, et se il le veut et s’embat, si le lesse aler au debateïs», «qui treuve les gros oisiaux dedans un estanc... l’en doit lessier aler et voler du falcon hautain et... il doit oster le chaperon a son faucon nouvel, et se il bat pour aler a l’autre, il le doit lessier aler... et se il prenent l’oisel, donne li a mengier enmi la poiterine», Livre du Roi Modus, ed. Tilander, I, pp. 194, 191, y muchos más ejs., que pueden verse en el glos. de esta ed. Ahora bien, el derivado raler era sinónimo de aler en francés antiguo, como sigue siéndolo en muchas hablas modernas: lo mismo que hoy vulgarmente entre entrer y rentrer, no había muy a menudo la menor diferencia entre aquellos dos verbos: vid. FEW I, 86b, y God. VI, 570; p. ej. «Par Yozaphas sommes trahi, / car s’il s’en fuit, ralés aprés, / sel ramenés en son palés» Gui de Cambrai, «ansemble furent, jusqu’a Deu s’en ralerent» Saint Alexis, «que le cas de la... mort de vostre seul frere germain... soit en vostre memoire infichée, et nous sommes certains qu’aussi y est elle, et qu’elle n’en est mie rallée» Monstrelet. Y no era nada raro que raler se empleara también como voz cinegética; así hablando de la percha que en combinación con una red funciona en una trampa, y se dispara para coger al pájaro, dice el Livre du Roi Modus «qu’elle s’en puisse bien raler radement», ‘dispararse bruscamente’ (I, p. 280), y Benoist en la Chronique des Ducs de Normandie: «od ses compaignons plusors, / od motes e od veneors / rala en la forest chacier». A la verdad no puedo señalar el sustantivo ralée en el sentido de ‘acto de capturar a un pájaro (el ave de rapiña)’ y deberemos esperar a que nuestro especialista en la materia, el Sr. Gunnar Tilander, intervenga en el asunto para acabar de sacarnos las dudas; pero si alée ‘ida’ es comunísimo en francés medieval (vid. Tobler), y si aler y raler son sinónimos, ambos se aplican a la caza, y sobre todo aquél designa precisamente el acto de lanzarse el halcón sobre su presa («se il bat pour aler» 1. c., p. 191), dicho se está que ralée se aplicaría también al acto de hacerlo así. Como suele suceder al pasar de un idioma a otro, los cetreros hispanos al oír este vocablo a sus maestros franceses, le alterarían muy levemente el sentido, aplicándolo, ya no al acto de capturar, sino a la propia presa o captura, al ave capturada4.

No se trataría, según sugiere Spitzer en MLN LXXII, 1957, 588, 589, del fr. raler ‘ir’, sino del fr. rallie «cri que l’on pousse pour arrêter les chiens», que se habría aplicado también al halcón, con la antigua variante fonética aleier = alier. El port. réles vendría del fr. med. relais «ce qui est laissé, ce qui reste», aplicado a la tierra abandonada.

DERIV.

Raleón.

1 ‘Halcón hembra’ según la Acad.―

2 Réles es palabra moderna, que falta todavía en Bluteau, Moraes, CortesƟo; y es ella más bien la que, por lo menos en parte, deberá su origen a relé ‘ralea, mala especie’. Creo en efecto que se debe a un cruce de RAHEZ ‘vil’ (quizá en forma tomada del cast., puesto que no conozco variantes port. de refez sin -f- intervocálica) con relé.―

3 Empieza por no haber raíces que principien en r-l- (ni en r-r-, l-r- o l-l-). Nada parecido encuentro en PAlc., R. Martí, Lerchundi, Bocthor, Gasselin, Ben Sedira (s. v. presa, ralea, casta, especie, clase, género; genus, venatio, praeda; gibier, proie, sorte, genre, etc.).―

4 También sería posible creer que ralée no fuese la acción de lanzarse sobre la presa, sino la de volver con ella, lo cual daría otra explicación del prefijo re-. Había pensado antes en relacionar ralea con el catalanismo port. raléo «pƟo pequeno que dƟo aos pobres os religiosos bernardos de Alcobaça» (Monte Carmelo, en RL V, 139), releu ‘resto, sobrante’ en Viterbo y en los Padres de Mérida (RL XVII, 66), tomado del cat. relleu ‘sobras de comida’ (derivado de RELEVARE); comp. ralea, que Fig. define «camada inferior da sociedade». Pero creo que es parecido casual. Tampoco tiene que ver con el and. ralo ‘persona caridelantera, respondona’ (AV), que parece derivar de ralo ‘tejido trasparente’, de donde ‘el que deja ver lo que piensa’ (comp. raído ‘desvergonzado’), ni con el port. antic. ralear «remoer, raivar» (en Gil Vicente, cita en Viterbo2), es decir, ‘importunar’.