Dozy, Suppl. I, 498b; Neuvonen, 186-7. Es posible que ya contenga este vocablo el apodo o nombre propio «Fray Domingo Ribadán» en doc. leonés de 1235 (Staaff, 85.57). Es ya frecuente en el S. XIII y sigue siéndolo en docs. de siglos posteriores: Madrid 1302 (M. P., D. L., 290.6), Toledo 1457, Granada 1533 (Klein, The Mesta, pp. 376 y 365). Rodrigo de Reynosa (fin S. XV): «no verás quien branca vea / ni verás ya rabadán, / pulido ni mejorado, / que, mi fe, su descuydado / y su afán / es de aver de buscar pan» (Philol. Q. XXI, 31). Tiene gran extensión en iberorromance: cat. rabadà, port. rabadão (p. ej. en el Alentejo, RL II, 36). Dialectalmente: repatán (rapatán) en el Alto Aragón (RLiR XI, 74-75; ZRPh. LV, 596), «no quiere al robadán quien no quiere a su can» refrán chileno, aunque poco usado en aquel país (Cannobbio, Refranes Chilenos, p. 102). Es probable que así la o de esta forma como la de rabadón en Alex. se expliquen por la pronunciación velar de la a arábiga en contacto con sonidos enfáticos como r, ȓ y ’.

En lo tocante al sentido de nuestro vocablo, así en Cataluña como en Aragón rabadá(n) designa un auxiliar del pastor, un zagal, muchas veces de corta edad. Por el contrario, asegura la Acad. que es el mayoral que manda a los zagales y pastores, pero Aut. da claramente a entender que ésta es sólo ac. supuesta y etimológica, agregando «comúnmente se entiende por el que, con subordinación al mayoral gobierna un hato de ganado, y manda sobre el zagal y el pastor»; aun de esto último cabe dudar si jamás fué cierto. En todo caso debería suprimirse la primera ac. de la Acad., pues además de no fundarse en datos españoles, procede en realidad de una mala interpretación de la etimología arábiga. Es verdad que rabb vale ‘señor’ o ‘dueño’ en árabe; pero en árabe vulgar se empleaba rabb, igual que sus sinónimos ȝū y sâɅib, como mero exponente gramatical, con el valor sustantivador ‘el de, el hombre de’: rábba? al-Ʌásan ‘mujer hermosa’ (propiamente ‘dueña de hermosura’), rabb Ƿann ‘el que cree algo’ (‘dueño de una opinión’), vid. Dozy, Lettre à M. Fleischer, p. 65, y l. c. Así que rabb aȓ-ȓaȐn es sencillamente ‘el de los carneros’, y no hay pruebas de que jamás designara un personaje mucho más elevado que el humilde rabadán de nuestros días. De una diferenciación de la dd doble, quizá con carácter dialectal leonés, resulta la variante rebaldán registrada en una égloga del S. XVI (Kohler, 7 sp. dram. Eklogen, p. 361). Comp. ALDRÁN.