QUINCHA, ‘tejido o trama de junco con que se afianza un techo o pared de paja, totora, cañas, etc.’, arg., chil., per., ecuat., colomb.: parece ser voz quichua.
Está también en el P. Cobo (1653) y en Juan y Ulloa (1740), siempre con referencia al Perú; Cobo dice que así llaman «los naturales del Perú» lo que en el Caribe se llama
bahareque (Friederici,
Am.
Wb., 536-7). Este autor, Lenz (
Dicc. 667-8) y Lizondo Borda están de acuerdo en que es voz quichua. Y de hecho no sólo se encuentra
kencha ‘cerco de palos, estacada...’ en Middendorf (1890) y
kíncha ‘tabique, pared de cañas y de barro, o sólo de palos y cañas, empalizada’ en Lira (1941), sino ya en Torres Rubio (1619) y en Gz. de Holguín (1608): «
quencha: cañizo, seto, barrera»
1; es palabra productiva en el idioma, donde ha formado
quenchaykuni ‘cercar’ (Gz. de Holguín),
kinchay ‘empalizar’,
kinchakk ‘empalizador’,
kinchau ‘cancel’; sin embargo; aunque
-Ƈa es sufijo formativo en quichua (comp.
VIZCACHA), no veo que este vocablo tenga raíz en este idioma; claro que puede haberse perdido. El conjunto de los datos produce el efecto de una voz indígena del Perú, sobre todo teniendo en cuenta que parece tratarse de un viejo sistema de construcción local. Pero conviene advertir que esta conclusión no está completamente asegurada, pues el vocablo puede ser europeo aun siendo americana la cosa, y ya corrían hispanismos en quichua en tiempo de Holguín (p. ej.
CARPA, V. este artículo). Ahora bien,
quinchoso existe en portugués con el sentido de ‘campo cercado de pared’, usual sobre todo en el Minho y en el Alentejo; es alteración de
conchoso, documentado h. 1500 y en el S. XVI, alteración explicable fonéticamente y por influjo de
quinta,
quintal; la terminación originaria fué
conchouso, documentado así en Ferreira de Vasconcelos (med. S. XVI): hubo luego influjo del sufijo
-oso. Está fuera de dudas que esta palabra es romance y sin relación con América, pues como demostró C. Michaëlis (
Homen.
a M.
P. III, 465;
RL XI, 48-49) se trata del lat.
CONCLAUSUS ‘cerrado’. Ahora bien,
quincha se emplea también en el Brasil, por lo menos en el Sur, «teto de palha», «cobertura de palha para carros». No es inconcebible que
quincha ‘cerca’ se extrajera en Portugal de
quinchoso y que en América sea una de tantas voces de origen occidental hispánico; V. mi artículo en
RFH VI, 139ss. Entonces el quich.
quencha sería adaptación de la voz castellana a la fonética indígena.
Desde luego esto no es más que una posibilidad, bastante incierta por lo que sabemos hasta ahora; la falta de documentación de quincha en Portugal y su temprana presencia en el Perú parecen indicar más bien que el parecido entre el americanismo y el port. quinchoso sea casual. Pero convendrá no perder de vista que esto no es seguro y reservar el caso para el estudio de quichuistas especializados cuando los haya con buena preparación técnica en Lingüística2.