PÚBLICO, tomado del lat. pūblĭcus ‘oficial, público’.

1.ª doc.: pupligo, doc. de 954; la carrera publica, doc. de 1175.

Además puplicu en 1042, publigo 1030, según Oelschl. y M. P., Oríg., 256, quien advierte que públigo y póbligo vivieron en el S. XIII; la forma público ya aparece varias veces en J. Ruiz, y es la normal desde APal. (88b, 295b), Nebr., etc. Las formas con -p- no son meras ultracorrecciones, pues así éstas como póbligo se deben a la natural; etimología popular que relacionaba con el lat. populus, por más que etimológicamente las dos voces latinas no parecen realmente emparentadas. Rezagos de esas alteraciones sobreviven hasta muy tarde, pues todavía el Dr. Pero Díaz de Toledo, al comentar los Proverbios de Santillana, habla de «la injuria que el malfechor fizo a la cosa púplica» (ed. Sevilla 1530, f° xv, r°, 2). Existió también una trasposición púlvego, de donde quizá Sepúlveda (antes Sepúlvega)1, no rigurosamente comparable con la trasposición estrictamente castellana que ejemplifican olvidar y tolva, pues también la encontramos en cat. preliterario (ipsa strada pulvega, doc. de 1150, Miret, El més antic text lit. cat., 14) y púlvego en gall.-port. Antiguo2; para la extensión de *PULBICUS y *PLUBICUS, vid. Aebischer, ZRPh, LVIL 57-68.

DERIV.

Pública. Publicano, de publicanus íd. Publicidad [h. 1570, Sta. Teresa]. Publicista. Publicar [Conde Luc., J. Ruiz; apublicar, 1295, DHist.], de publicare íd.; publicación [Gz. Manrique (C. C. Smith, BHisp. LXI); Nebr.]; publicador; publicata.

1 Si es que es realmente SEPTEM PUBLICA (de PUBLICUM ‘heredad pública’), y no uno de los numerosos nombres ibéricos en -BEDA, -BIDA, ‘camino’ (Idubeda, Úbeda, etc.), o de los célticos en -BRէGA, no menos copiosos.―

2 De esta variante pulbicus o pólvego, en la forma verbal publicare (polv-) quizá derive el gall. (no portugués) apouvigar ‘azotar’, ‘abatir (hablando de la fuerza de los vientos)’, ‘abrumar’, que Lugrís, Gram. Gall., pp. 118 y 134 recomienda emplear en vez de los «castellanismos» azoutar y abater, y que se empleaba ya a mediados del S. XIX por el decano de los poetas gallegos Fco. Añón: «viñas, hortas, devesas e soutos / qu’apouvigan os ventos do Sul» (DAcG.), «apouvigado pola morriña das paisaxes, que acababa de deixar», «E Pedro, apouvigado, respondía...: eu qué sei!» (Castelao 195.28, 233.17): podría tratarse del castigo medieval del paseo público azotando al reo por la ciudad, no sin reminiscencia del clásico publicare pecunias ‘confiscar los bienes’, y cf. las demás prolongaciones populares en dialectos italianos que registra el REW 6804, 6805. Mucho menos convincente me parece la idea de un cruce de apoupar (dudoso con tal sentido, vid. POPAR) con atafegar ‘ensordecer’.