PALPAR, descendiente semiculto del lat. palpare ‘tocar levemente’, ‘acariciar’, ‘tentar, palpar’.

1.ª doc.: Berceo.

Con la ac. ‘tentar (con las manos para cerciorarse de lo que ven los ojos)’ en Berceo, Mil., 537, 538; con ésta y la de ‘ir a tientas’ (que ya se halla en el latín vulgarizante de la Biblia Vulgata) en APal. (336d; 37d). No está en Nebr., pero sí en Covarr., y Aut. da muchos ejs. clásicos desde la 1.ª mitad del S. XVI. Esta documentación y la formación temprana de derivados indica un grado de popularidad relativamente considerable en la época antigua, pero palpar es actualmente palabra mucho menos popular que su sinónimo: tentar (ya documentado en esta ac. desde APal., y el derivado tiento desde Berceo), y seguramente ha sido siempre así. Ello explica el tratamiento semiculto del grupo AL. Lo mismo ocurre en portugués (donde se prefiere apalpar), francés e italiano (en los cuales el término popular es tâter, tastare), mientras que en catalán y lengua de Oc palpar es voz hereditaria sin restricciones. Con este carácter pasó también el vocablo al cast. popar y port. poupar, pero con significado diferente: de ‘tocar suavemente’ se pasó a ‘tratar con miramientos’ de donde, aplicado a cosas, ‘ahorrar, economizar’ («O madre sancta caritas... / nunqua cierras tu puerta, nin popas nulla cosa, / nunqua tuerces el rostro por fazienda costosa», Berceo, S. Mill., 251c), y aplicado a personas ‘tener contemplaciones (con), mimar, consentir’ («nuestro señor envióle así a decir: ―Por tanto como has popado a tus fijos, et non los has corregido vigorosamente, así como buen padre, por esto morrán delante tus ojos a mala muerte», Castigos de D. Sancho, Rivad. LL. 90)1; hablando de enemigos popar es ‘perdonar la vida, no atacar’ («tomóle con la yra ravia de coraçón /... / non popó cavallero nin escusó peón», Alex., 1241c; Gr. Conq. de Ultr., p. 60, cap. 49; y todavía en el Criticón; para más ejs. Aut., Fcha. y Hisp. R. IX, 317); pronto tendió a anticuarse este vocablo, hecho ya consumado en tiempos de Juan de Valdés, y sólo se conservó memoria de él en el refrán quien (a) su enemigo popa, a sus manos muere (ya en J. Ruiz, 1200b), que así aislado fué mal interpretado, entendiendo unos que popar significaba ahí ‘amenazar’ («popar: intento», Nebr.) y los más ‘despreciar’ (J. de Valdés, Diál. de la L. 114.13; Covarr.; Rato; algunos dicc. gallegos, s. v. apoupar), acs. que es por lo menos dudoso que hayan existido nunca2. Más cerca de la etimología permanece popar en el sentido de ‘adular’ (Aut.; ej. de C. de Castillejo en Fcha.) y en el de ‘acariciar y halagar manoseando, como se hace con los niños’ (Aut.; gall. poupear, Vall.)3. Los glosarios y comentarios filológicos están llenos de errores en lo que se refiere a esta voz anticuada. Fuera del castellano y el portugué4 el sentido ‘tratar con miramiento’, ‘cuidar mucho’, ‘perdonar la vida’ reaparece en oc. ant. palpar, y alguna vez en el catalán medieval (1 ej. en Ag., palpar).

DERIV.

Apalpar [SS. XIV-XVII, DHist.; ast. ‘palpar’, V; gall. apalpar ‘palpar’, Sarm. CaG. 195v]. Palpable [Corbacho (C. C. Smith, BHisp. LXI); S. XVI, Aut.]. Palpación; palpamiento; palpadura. Palpón ant. («el que por no veer va palpando», APal. 336d). Palpu ast. ‘acción de palpar’ (Vigón). Palpo ‘tentáculo’ [Acad. ya 1843]. Palpitar (Mena (C. C. Smith, BHisp. LXI); 1610, Góngora, ed. Foulché I, 442; Oudin; Covarr.], tomado del lat. palpĭtare ‘agitarse’, ‘palpitar’; palpitación [APal. 447d]; palpitante; pálpito arg., urug., per. y quizá chil. ‘presentimiento, intuición, corazonada’5.

1 Castellanismo en vista del tratamiento fonético ha de ser el val. popar ‘tratar con miramientos’, ‘cuidar mucho’ (Jaume Roig, 4344; S. XVII, Rondalla de Rondalles en Ag., Escrig).―

2 Parece que la fuente de esos lexicógrafos está en «O Castelo de Pambre» de López Ferreiro, novela histórica en «gallego medieval» bastante macarrónico, que gozó de prestigio (es la autoridad que cita para esta ac. el DAcG.), que, por lo demás, da la forma evidentemente castellana y no gallega apopar. Castelao emplea la gallega genuina apoupar, pero con otro sentido ‘humillar, molestar’: «chegaron a inventar cantares para apoupá-lo» (220.4). Pero esto quizá se relacione etimológicamente más bien con el nombre de la abubilla y su moñita (ave que pasa por tonta, sucia...).―

3 Acaso venga de ahí el nombre del juego de la gallina popazada que en Colunga ejecutan los muchachos «sentándose en el suelo en forma de rueda con las piernas extendidas, y agitándolas hasta tocarse unos a otros con los pies». Según Vigón en Extremadura se llama de la gallina papuja y en Cataluña de la gallina puritana; ahora bien, en el juego que en Barcelona se conoce con este nombre (más bien politana), la persona mayor o muchacho que hace de «gallina» va tocando (palpando) sucesivamente la cabeza de sus compañeros mientras pronuncia el número de huevos que pone la gallina (¿*ponitana > politana?).―

4 Del portugués se ha tomado el extremeño apoipao ‘a quien se cuida bien y con esmero’ (BRAE III, 659).―

5 Muy vivo y arraigado en toda la Arg., de donde Garzón ya da un ej. de 1904. En Chile se percibe como palabra argentina, no chilena, según informe del prof. Meza Villalobos, pues allí dicen en este sentido tincada, derivado del quichuísmo tincar ‘golpear, dar un papirote’; en efecto palpito falta en Román, aunque lo emplea el escritor chileno reciente Augusto Iglesias, vid. Malaret. En el Perú no lo da Arona, pero sí, en fecha reciente, M. A. Ugarte (Dicc. de Arequipeñismos) y Benvenutto Murrieta. Luego parece como si el vocablo se hubiese propagado desde la Arg. La duda está entre si es vieja palabra leonesa (o vulgarismo castellano anticuado), o bien si pasó desde el Brasil al Plata, sospecha bastante fundada. En portugués se emplea palpíte en el mismo sentido [1887, H. Michaëlis; Fig.; ej. del a. 1900 en Gç. Viana, Apost., 215; falta todavía en Bluteau, Moraes y aun Vieira], y el verbo intransitivo palpitar (palpita-me que chove hoje). Palpite se dice también en el Uruguay y en Córdoba (Malaret; Garzón). El verbo palpitar en este sentido lo conozco sólo en la Arg., aunque no es tan empleado como pálpito; sin embargo, he oído alguna vez yo me palpito por ‘imagino, sospecho’, y he anotado estos ejemplos, donde es más bien ‘husmear, entrever’: «―Voy a buscar el lau del viento―. Anduvimos a machetazos por la selva tupida. Sabino, deteniéndose en los breves claros del monte para palpitar el movimiento de las ramas más altas...», Enrique Amorim, La Prensa, 21-11-1943; «otros palpitaron que no sería extraño que el Dr. C. pudiera obtener una senaturía vacante», reportaje anónimo del diario mendocino «Victoria», 26-X-1940. Se ha dicho alguna vez que pálpito es italianismo argentino, probablemente a causa de la acentuación, que en efecto es diferente de la portuguesa, mas no parece ser así, pues el it. pàlpito sólo es ‘palpitación’, ‘el palpitar’ («in questo poema... la nazione riviveva i suoi fasti e risentiva il palpito profondo delle memorie e delle speranze», G. Bertoni, ARom. XXIV, 155); de hecho los italianismos argentinos suelen pertenecer a un estrato social y a un tono afectivo diferentes.