PÓRFIDO, alteración semiculta del gr. πóρưυρος ‘de color de púrpura’ (derivado de πορưύρƓ ‘púrpura’).
Después lo registra ya Nebr. («
pórfido,
piedra preciosa: porphyrites») y es usual en los clásicos, según
Aut., donde se cita la variante
pórphyro en Laguna (1555). Asegura Terlingen, 139, que se tomó del it.; aunque los italianismos son raros todavía en el S. XV, esto no es imposible en nuestro caso, tratándose de un material de construcción noble, empleado sobre todo en basílicas, etc. (comp. el caso de
LASTRA); en it. se registra desde Dante, y también se refiere a Florencia en el S. XIV Sozómeno al emplear
porfidus en bajo latín (Du C.). De todos modos es posible también que hubiera puntos de entrada varios, ya que
porfire y
porfie se registran en francés desde los SS. XII y XIII; hoy fr.
porphyre, ingl.
porphyry [¿S. XIV?]. El hecho de que en latín sólo se registre el derivado
porphyrītes (que no pudo dar
pórfido), lo cual parece suponer un préstamo directo del griego medieval, es algo favorable a la entrada por conducto italiano.