PILOTO, probablemente tomado del it. pilota (también piloto) íd., y éste de un gr. med. *πƓƌǠτƓς ‘timonel’, derivado del gr. πƓƌóν timón.

1.ª doc.: 2.° cuarto S. XV, Díaz de Gámez.

Desde fines del S. XV los ejs. abundan, ya en el primer viaje de Colón, y en Nebr. («piloto principal: archigubernius»), y el sentido es siempre el mismo; «el capitán traya buenos pilotos savidores de aquella costa», reza el texto mencionado arriba. En las lenguas vecinas aparece también arraigado desde fecha temprana: en port., pilloto se lee ya en carta del rey Alfonso V, posterior a 1454 y anterior a 1497 (Inéd. de Hist. Port. III, 5); en catalán está ya en el Consulado de Mar, cuyo núcleo original es del S. XIII, con adiciones del XIV: «senyor de nau... qui... será noliejat per anar en algunes parts, en les qualls... no·s certificará que ell hi sapia, e lo senyor... haurá a logar pilot qui hi sapia...» (cap. 205); en Francia pilote aparece desde el S. XIV, y en Italia lo hallamos en doc. latino de Génova de 1282, en uno romance de 1397 y luego es frecuente. En los dos documentos citados aparece la variante piloto, pero la forma il pilota, que es también antigua, es seguramente la más clásica; además peddotta aparece ya en el S. XIII, pedotto al principio del XIV, y otros escriben pedota, -oto; esta formas con -d-, hoy anticuadas, tuvieron gran arraigo en el idioma antiguo, y desde Italia se propagaron al neogr. ποƌóτας, hoy muy difundido dialectalmente y que ya aparece en el S. XIII (Kahane, Byz.-Neugr. Jahrb. XV, 107).

Se discute entre dos etimologías. Un gr. med *πƓƌǠτƓς ‘timonel’, derivado del gr. πƓƌóν ‘timon’1, y un derivado italiano de piede ‘pie’, con el sentido de ‘guía terrestre que conduce los viajeros a pie’. En apoyo de esta última alegan los autores del Diz. di Mar. que el piloto tiene un oficio muy diferente y superior al del timonel, ya en el S. XIII Barberino distingue cuidadosamente entre unos y otros, argumento que puede parecer muy fuerte a un navegante moderno, pero no al lingüista, que sabe cuan pronta y fácilmente cambian de sentido las palabras, especialmente los préstamos extranjeros, al hallarse separados de su raíz; y con razón observa Maver (VRom. V, 217-9) que la diferencia entre los dos oficios era mucho menor en los veleros; agregaré que aun menos había en la rudimentaria navegación mediterránea de principios de la Edad Media. Maver y, seguramente Migliorini, se deciden, sin embargo, en favor de esta etimología, teniendo en cuenta que *πƓƌǠτƓς es palabra hipotética que en italiano nuestro vocablo ha significado también ‘guía terrestre’. Pero la falta de documentación del vocablo griego no es razón suficiente, para quien sepa cuán mal conocido es el vocabulario naval griego de la alta Edad Media, y tenga en cuenta la gran frecuencia de los derivados griegos en -ǠτƓς.

En cuanto a los fundamentos que se han aducido para probar que ‘guía terrestre’ fué el significado originario de piloto, son de los más endebles: nada firme hay en la documentación antigua alegada hasta ahora que permita probarlo2, y prescindir del sentido tradicional y medieval constante para dar preferencia a las definiciones de vocabularios dialectales modernos es adoptar un camino que conduce a tomar la etimología popular por la verdadera: desde luego esto es lo que ha ocurrido con el sic. pidòtu «guida; pilota; direttore spia» y el napol. pedòto «chi precede a piedi un; persona che va a cavallo»; era fatal que en Italia pedoto se resintiera pronto del influjo de piede que había de ayudar poderosamente a fijar la metáfora ―así como así natural en todas partes―, consistente en emplear piloto con el sentido de ‘guía terrestre’; la definición napolitana nos muestra cómo los defensores de esta etimología se la explican semánticamente, aunque podría alegarse que el hecho de ir a pie no es esencial en el guía para que le diera nombre; pero sobre todo me parece difícil de concebir en italiano un derivado en -otto para una formación de este tipo. Es más: ¿quién no ve que las formas en -ota y -oto (con -t- sencilla) han de ser las primitivas? Puesto que -otto era alteración facilísima, pero aquéllas serían inexplicables. Ahora bien, -ota, -oto, no son sufijos italianos, y tratándose de un masculino es evidente que -ota ha de ser lo primitivo. Ésta es la mejor demostración del origen griego, pues la forma de este sufijo es helénica inequívocamente.

Los pormenores de la trasmisión del vocablo no están averiguados con seguridad. El cambio de -D- en -l- quizá se deba a la pronunciación fricativa de la delta griega, sin correspondencia en Italia: como sucede en estos casos, se echa mano de un sonido autóctono que tenga algo en común con el fonema griego desacostumbrado, en este caso la l por ser continua y dental, y el caso de pòlizza < απóƌειξις, justamente procedente de Italia, es buena prueba de que podía ocurrir así; pudieron ayudar además los it. ant. pileggiare ‘navegar’ y pileggio «passaggio di mare», pero éstos a su vez son de etimología incierta (¿quizá *PELAGIARE O *PELAGIZARE?); en cuanto a la i, es así como suena la Ɠ griega desde fines de la Edad Antigua, de suerte que lo que falta explicar es más bien la e de pedota, seguramente debida a un influjo temprano de piede (tanto más seguro cuanto que el de πóƌι es el que explica el neogr. ποƌóτας). Acerca de la trasmisión, lo único probable es que se hizo desde Italia (comp. NAUCHEL), pues allí es donde se produce la lucha entre las varias formas del radical y de la terminación, y los demás países sólo reciben la forma triunfante; la hipótesis de una trasmisión de la forma en -l- desde Castilla, admitida por Zaccaria y el Diz. di Mar., sólo se basaba en un conocimiento imperfecto de la documentación; y la procedencia siciliana aceptada por Vidos no se apoya en nada firme.

DERIV.

Pilotaje [1508, Woodbr.; Aut.]. Pilotar o pilotear. Pilotín.

CPT.

Pailebot o pailebote [Acad. 1884, no 1843], del ingl. pilot’s boat ‘barco del piloto’ (en Vizcaya la corrupción vasca fallebot: Arriaga).

1 Los primeros en proponer esta idea parecen haber sido Breusing, Niederdeutsches Jahrbuch V, y Claussen, RF XV, 855. Después la adoptaron Körting, M-L. (REW 6360), Gamillscheg (EWFS), Rohlfs (EWUG 1688), Vidos y Wartburg (Bloch2). Bloch permanecía indeciso. V. sobre todo la documentación reunida por Vidos, Parole Marin., 533-5, y Terlingen 240-1.―

2 Cierto autor califica de buon pedota terrestre al que sabe hallar el camino con la ayuda de la brújula y del astrolabio: claro está que esto es figurado e implica precisamente que pedota a secas es el de mar; Boccaccio dice que los israelitas al cruzar a pie el Mar Rojo tuvieron por pedoto una nube, uso no menos metafórico y además relativo a un mar. Sólo queda G. Villani, quien emplea una vez pedotto en su sentido ordinario, y otra vez habla de pedotti di mare; pero habría que conocer bien el texto (citado muy brevemente por Tommaseo) para saber si aquí esta determinación da a entender que hubiera pedotti di terra, o si está reclamada por otras circunstancias del contexto sin relación con este punto. Aun si aquello fuera cierto, como hay muchas docenas de ejs. antiguos en que el vocablo, sin agregado alguno, designa lo que hoy entendemos por piloto, claro está que este caso suelto no probaría nada, tanto más cuanto que era muy natural que la etimología popular piede influyera pronto en Italia.