PILONGO, derivado de pila I; probablemente el sentido primitivo fué ‘perteneciente a la parroquia o pila’, ‘mantenido por la parroquia’, aplicado particularmente a los expósitos, y de ahí ‘flaco, macilento’.

1.ª doc.: h. 1625, Pantaleón de Ribera.

Aut. cita el pasaje de este autor: «que me pongo, / quando estoi con un cuidado, / mui maganto y mui magrujo, / y mui pilongo», y explica «el sugeto flaco, extenuado y macilento, o que está pelado»; Terr. da otro ej. en Polo de Medina (h. 1640). En Quiñones de B., pocos años más tarde, aparece como apodo, quizá aludiendo más al mal estado de la hacienda que de la salud, pues se trata de un hombre joven, pero sin recursos, que compite con un viejo rico por el amor de una Dueña (NBAE XVIII, 543). Otro uso antiguo de nuestro vocablo es el que presenta en castaña pilonga «la seca y curada, que sirve para potages» (Aut.), «la que se ha secado al humo y se guarda todo el año» (Acad.); otra denominación de la misma clase de castaña es castaña maya (Galicia), también usual en Asturias, pues Vigón define la pilonga como «mayuca cocida», nombre que aludirá a la posibilidad de comer hasta mayo estas castañas que se guardan todo el año, aunque se cojan ya en setiembre u octubre1.

Acerca del origen, Aut. y el dicc. moderno de la Acad. coinciden en relacionar con pelado, pero siendo pilongo un derivado castellano y no latino, es evidente que esto es imposible2. Más aceptable parece tomar castaña pilonga por apilada, o sea amontonada, puesto que se guarda todo el invierno; de hecho, éste es el nombre que Covarr. da a esta clase, y así viene a explicarlo semánticamente. Quizá sea esto cierto, aunque entonces se hace más difícil explicar las aplicaciones de pilongo a personas, y también sería sorprendente un derivado de pila ‘montón’, voz moderna y poco arraigada en castellano, cuando castaña pilada ya se encuentra en Nebr. y en PAlc.; esto nos muestra además que el vocablo no viene del verbo apilar, y que la a- de la forma de Covarr. se debe a confusión con la final de castaña. Todo ello me hace pensar que debemos buscar por otro lado. Según la Acad. (ya 1817), pilongo se aplica «a la persona que está bautizada en cierta y determinada pila», y en ediciones más modernas «en algunas partes aplícase al beneficio eclesiástico destinado a personas bautizadas en ciertas y determinadas pilas o parroquias»: sabido es, en efecto, que pila, por metonimia, se torna en el sentido de ‘parroquia’ o ‘circunscripción parroquial’; en La Habana, «los nacidos en Santa Clara y bautizados en su parroquia son especialmente llamados pilongos» (Ca. 19). Ahora bien, no veo necesidad de separar este pilongo del otro; tanto más cuanto que él nos proporciona una buena explicación etimológica: pilongo significa ‘hospiciano, expósito’ en Salamanca (Lamano; también pilo) y en la zona entre Plasencia y Cáceres (Espinosa, Arc. Dial. 21, n. 2), y el expósito, en efecto, es niño mantenido por la parroquia; ahora bien, es sabido cuan fácilmente se pasa de ‘bastardo, borde’ a ‘malo, de calidad inferior’: la castaña regoldana, variedad más ruin y menos gustosa, se distingue con un adjetivo que significa propiamente ‘bastarda’ (< rebordana). Y ni que decir tiene que los niños mantenidos por la parroquia no suelen estar muy gordos. No es extraño, pues, que pilongo se aplicara a una persona ‘flaca y macilenta’; pero como la castaña pilonga es seca y Nebr. la traduce por «flaccida», también se le podía aplicar este adjetivo. No es imposible, con todo, que en el caso de las castañas la explicación sea algo diferente, puesto que en la Sierra de Francia (Lamano) pilar es ‘conservar las castañas en el sequero hasta que se avellanen y queden enteramente secas’ y pilo o pilero es ‘secadero de castañas’; en rigor, estas palabras podrían ser derivados de pilo = pilongo, que a su vez viene de pila ‘parroquia’, pero también se puede partir de una aplicación traslaticia de pilar ‘majar, descascarar grano’ (V. PILA I); sea como quiera, es improbable que haya relación con PILA II (‘montón’).

A pesar de la coincidencia del pilo salmantino con el arg. pilo ‘(perro) sin pelo’ (Emilia A. de Pereyra, La Prensa, 22-III-1942), pila íd. (Carrizo) Canc. de Tucumán II, 455), y con el más conocido arg. y chil. pilón ‘falto de una oreja’3, parece tratarse de palabras diferentes, cuyo punto de partida, como demostró Lenz (Dicc. 594-5) en forma convincente, se halla en el arauc. piluntu ‘desorejado’ (derivado de pilun ‘oreja’); sin embargo, es probable que el tradicional pilongo y pilo se confundiera en América del Sur con este vocablo indígena, y que esta mezcla de palabras tuviera tanta parte como el influjo de rabón y pelón, en la apócope que sufrió la palabra indígena.

Desde luego no es PERL֊NGUS (como dice GdDD 4949a siguiendo a Caix y Körting), que hubiera dado *perluengo o a lo sumo *pelluengo.

1 Castaña pilonga es nombre muy extendido en España, hasta en el catalán de Valencia (M. Gadea, Tèrra del III, 54).―

2 En cuanto a la castaña pilonga, es muy diferente de la pelosa, que Vigón define «dromia velluda», clase de mala calidad.―

3 Muy empleado ya en 1841 con referencia al general Lamadrid, que tenía este defecto físico: A. Landa, Nuestro Pasado Histórico, 42; La Prensa, 10-VIII-1941; además Carrizo, o. c. II, 515; Rogelio Díaz, Toponimia de San Juan, s. v.; BRAE XVII, 338.