PARA, probablemente alteración del antiguo pora, compuesto de por y a; alteración facilitada po el influjo de la antigua preposición par, que se empleaba en juramentos, procedente de la lat. PER.

1.ª doc.: pora, orígenes del idioma, Cid, etc.; para, h. 1250, Setenario, p. 11.9; y h. 1290, última parte de la 1.ª Crón. Gral.

Aunque para figura una vez en el ms. de Per Abbat, tal forma sería ajena al texto original de Cid, en el cual por lo demás se halla siempre pora; lo mismo hay que decir del ej. que se señala en el Fuero de Avilés. En general, no sólo en el S. XII, sino también en el XIII se halla normalmente pora; p. ej. Berceo, Mil., 760c, 833b, 884c, S. Mill., 487 y passim; Alex., 11, 42, 203 etc.; doc. leonés de 1186 en Staaff; etc. En la Primera Crónica General la parte escrita en vida del Rey Sabio tiene pora, mientras que en los capítulos redactados en tiempo de Sancho IV ya leemos para (M. P., Antol. de Pros., 8-10). La combinación latina pro ad aparece ya en docs. portugueses de fines del S. IX1, leoneses de 932 (M. P., Oríg., 368), etc. Verdad es que se señala la fórmula per ad en docs. españoles de 956 y 969 publ. por Berganza y Flórez (Cabrera), pero estas ediciones antiguas necesitarían revisión. Tiene, pues, razón, según creo, Hanssen (BHisp. XIII 240) al decidir que el étimo del port. (y cast.) para no será PER AD, sino PRO AD, a pesar de que el cat. per a ‘para’ es aquél y no éste. Sin embargo, al cambio de pora en para además de la fonética contribuyó el influjo de la otra preposición par, que se empleaba casi generalmente en fórmulas de exclamación y juramento como par Dios, par sant Esidre [Cid, etc.]2, etc., y que según indicó M. P. (Rom. XXIX, 361) no es en manera alguna galicismo, sino prolongación autóctona de la prep. latina PER3. Además, vid. POR. El caso es que más tarde este par es sustituido asimismo por para: para tu alma en la Crónica de Corral (h. 1430, M. P., Floresta I, 231n.), para ésta en Tirso y otros autores (citas en El Vergonzoso en Palacio, ed. Cl. C. I, 300, nota). Hoy para sustituye a hacia en el uso común americano (como en portugués), uso del cual ya abundan los antecedentes medievales y clásicos: «que se fuesen para allá e que quería fablar con ellos» (Caballero Zifar, ed. Wagner, 46.9, y muchos ejs. en la obra), «El Maestre arremetió con toda furia para Albayaldos» Pérez de Hita (ed. Blanchard I, 122; otro, 32), «luego se fué para Palacio» 2.ª parte anónima del Lazarillo (Rivad. III, 99). Para qué con el valor de ‘¿por qué?’ no es raro en Lope y otros clásicos (La Corona Merecida, v. 453; El Marqués de las Navas, v. 2421); y seguramente como eco de este uso se empleó más raramente para que = porque causal (ejs. de Lope y Fr. L. de León, citas en la ed. del Cuerdo Loco, T. A. E., p. 201).

CPT.

Pardiez (deformación de par Dios, V. el artículo citado de M. P.), pardiobre (propiamente ‘por el diablo’), V. lo dicho sobre par, arriba. Parabién [S. XVII, Aut.]4; parabienero, creación ocasional de Quevedo (Aut.). Parapoco [med. S. XIV, Sem Tob, copla 52], propiamente ‘bueno para poco’.

1 N. P. Sacks, The Latinity of dated docs. in Port. Territory, 98-99.―

2 Por Dios es excepcional en el período arcaico, aunque se halla en todos los mss. en Berceo, Mil., 713b. Pero no recuerdo otros ejs.―

3 El it. perché, nombre de una composición poética que empezaba con la pregunta perché? ‘¿por qué?’, ha dado el cast. perqué.―

4 Ya se empleaba en el S. XV: hay un caso esporádico en un texto de 1461, catalán, pero refiriéndose al rey Joan Sens-Fe, que era de lengua castellana (Enc. Ling. Hisp. II, 197); otro en el valenciano Onofre Pou a. 1575 («donar el parabién: gratulari», p. 304).