PAILA, ‘vasija grande de metal, redonda y poco profunda’, tomado del fr. ant. paele íd. (hoy poêle ‘sartén’), que viene del lat. PATĔLLA ‘especie de fuente o plato grande de metal’.
1.ª doc.: 2.ª cuarto S. XVI, D. Sánchez de Badajoz (Cej., Voc.).
Como ya indicó Lenz, al rechazar una imposible etimología quichua, se trata de un préstamo del fr. ant. paele (hoy poêle ‘sartén’), tomado como término técnico de algún oficio1. En efecto la forma paele o payele, que es la etimológica, vivió en francés hasta el S. XV (God. V, 684c; X, 253b; Littré), y no sólo designaba la sartén, sino también varias vasijas metálicas de mayor tamaño, una especie de brasero, un «bassin» o «bassinoire» («caudrons, chaudires et payelles», «poualle et chaudron», etc.), y aun un utensilio empleado para bañar a un niño (a. 1381), que debió de ser muy semejante a una paila; hoy todavía tiene poêle, junto con la más conocida, las acs. «vase à fondre l’étain», «chaudière pour l’évaporation de l’eau des salines», «chaudière à fondre le suif». El cambio de paele en paila pudo producirse en castellano, tal como Rafael en América se pronuncia vulgarmente Rafáil, o tal como el fr. ant. jaole se convirtió en el cast. jaula2; por lo demás hay ya variante fr. paile (paille documentado en 1294, God.), que es la que según Bloch hubo de servir de intermediario fonético entre el antiguo paele y el poêle actual. En latín la PATELLA servía para cocinar o servir alimentos y podía ser de metal o de loza, pero también se empleaba para otros menesteres, en especial de carácter litúrgico.
Duplicado castellano autóctono es el cast. ant. padilla ‘sartén pequeña’ (h. 1580, Argote, Aut.; Covarr.), ‘especie de horno para cocer el pan’ (Aut.), que ya se documenta en la forma padiella, en doc. de Uclés de 1223 (M. P., D. L., 313.13), padilla en el Glos. del Escorial; hoy persiste en Andalucía: «paílla: parrilla grande que tienen los hogares de los molinos de aceite para calentar el agua» (AV); y en el Oeste de Asturias payecha o payeƫɊa ‘sartén’ (M. P., Dial. Leon., § 9.1), con caída secundaria y reciente de la -d- intervocálica.
En catalán, paralelamente al castellano, el vocablo existe en dos formas, autóctona y tomada del francés: la primera, padella, se oye todavía en los Pirineos (desde S. Juan de las Abadesas hasta el Alto Pallars y Ribagorza); la segunda, paella ‘sartén’, fué adaptada aquí a la terminación autóctona -ella, pero muestra su procedencia forastera en la caída de la -d-3: es ya antigua [fin S. XIV, Eiximenis, N. Cl. VI, 26] y hoy está casi generalizada; de ahí se tomó el cast. paella [Acad. 1914 o 1899], especializado en el sentido de ‘arroz a la valenciana’, así llamado porque se hace en una sartén más o menos grande.
Del gc. padere > vco. fadera (lab. y Baigorri) «sorte de boîte en tôle percée en trous et servant à faire griller les châtaignes».
DERIV.
Pailero (cub. ‘el que hace pailas’, ‘el que hace trabajos de calderería’, Ca., 70); pailería ‘establecimiento del pailero’ (Ca., 63). Pailón [med. S. XVI, Lope de Rueda, Fcha.; G. de Alfarache, V. arriba], de ahí se tomó el argelino biliyûn «seau, baquet», baliyûn4 (Beaussier) con su derivado biliy[u]nཡî «tonnelier» (Dozy, Suppl. I, 116). El lat. PATELLA es diminutivo de PATէNA ‘fuente, cacerola’5; pertenece al mismo radical que patēre ‘extenderse, estar abierto’, de cuyo participio activo patens, -ĕntis, se tomó el cast. patente [Santillana; Mena (C. C. Smith, BHisp. LXI); princ. S. XVII, Paravicino] ‘manifiesto, perceptible’; patentar; patentizar. Representante griego de la misma raíz es πέταλον ‘cosa achatada’, ‘hoja’, de donde el cast. pétalo [Acad. S. XIX]. Sépalo pasa por resultar de una combinación culta de la voz lat. separ ‘separado’ y pétalo, lo cual no es seguro pues no coincide con la declaración de uno de los primeros naturalistas que emplearon el vocablo (Necker 1790), vid. Colón, ZRPh. LXXVIII, 82; sin embargo todavía parece menos probable que se formara sobre el gr. σχέπƓ ‘tegumento’ pues claro está que lo habrían escrito *scepalum. Asépalo.
CPT.
Polipétalo. Polisépalo. Disépalo.
1 M-L., REW 6286, parte del cat. paella, lo cual no es posible por no ser palatal la l de paila.― ↩
2 La forma primitiva paela existió en castellano: «patella es caçuela o paela para freyr», APal. 345b. Existieron también formas antiguas adaptadas parcialmente al indígena padiella: así paella en los Aranceles santanderinos del S. XIII, y paellón en inventario toledano de 1434, para los cuales vid. Castro, RFE X, 117-8. Son independientes del catalanismo moderno paella.― ↩
3 Es inadmisible la explicación que se le ha dado alguna vez como forma dialectal valenciana, pues tal fenómeno fonético es muy moderno en Valencia.― ↩
4 De aquí acaso El Polió, nombre de la derrama de una acequia (y la partida donde se encuentra) en Beniparrell, al S. de Valencia.― ↩
5 De ahí tomado el cast. pátina ‘capa que forma la humedad sobre los antiguos objetos de bronce’ [Acad. ya 1817]. Otro latinismo derivado del mismo radical es pátera, de uso solamente arqueológico en castellano. ↩