NOS, del lat. NĶS íd.
1.ª doc.: orígenes del idioma (Glosas, Cid, etc.).
Como pronombre átono aparece desde el período clásico una variante vulgar y sobre todo rústica mos, debida al influjo de me y de la desinencia de la 1.ª persona plural de los verbos1. En América, desde la Arg. (Ascasubi, S. Vega, s. v. 12357) y Chile hasta Cuba (A. F. Padrón, Bol. de Filol. de Montevideo III, 165) y Nuevo Méjico (Espinosa, Homen. a M. P. I, 304; BDHA I, 157), lo vulgar es los (loh) con el valor de nos (los vamos, los casaremos los dos, etc.), explicable por disimilación ante la m de la desinencia en los reflexivos (y en combinaciones como nos mata, nos vendrá, etc.).
DERIV.
Nuestro [Glosas, Cid, etc.], de N֊STER, N֊STRA, N֊STRUM, íd.; variante relajada o popular nue(s)so (Yúçuf, 8; hoy usual en Zamora, Fz. Duro; etc.; V. vueso por vuestro); variante vulgar muestro (en Sta. Teresa: M. P., La Lengua de Colón, 133; etc.), con influjo de mos por nos, y la más corriente (combinación de las dos anteriores) mueso [Lope, Peribáñez, ed. Losada, I, v, 98; I, xvi, 112; La Corona Merecida, v. 678; Tirso, La Prudencia; muesama en el Auto del Finamiento de Jacob: Rouanet, I, 205-6]. Nostras, tomado del lat. nostras, -ātis, ‘de nuestra tierra’.
CPT.
Nosotros [J. Ruiz, 43a; J. Manuel; V. arriba; al principio sirve para dar énfasis a la oposición entre la persona a quien se habla, y el grupo al cual pertenece el hablante, como en fr. nous autres, y como quizá todavía en J. Ruiz; nós con el valor del moderno nosotros todavía se emplea hoy en Asturias y la Montaña: feciémoslo nos, fúise con nos, probes de nos, Vigón]. El gallego del S. XIV todavía distingue a la francesa entre nos (o vos) y nosoutros (vosoutros): «eu e el Rey Peleus yremos primeyrament con toda nossa gente... Et vosoutros verredes en vossa az, ca vos coverrá de sofrer mays que nos... Et faredes 3 azes de vosoutros os que ficardes... et quando Laomedon, Rey de Troya, vos vir assy estar gisados sen contenda, sseyrá a vos con quantos tover» Crón. Troyana, f° 10 r°. V. la nota de Gili Gaya, RFE XXX, 108-117, sobre nosotros y vosotros (en cast. y lenguas vecinas), de la que resulta que hay ya algunos ejs. en Calila y Dimna (pero no en otros textos del S. XIII, sí en muchos del XIV), aunque al principio con cierta intención de excluir enfáticamente las demás personas; Spitzer agrega útiles paralelos y precisiones semánticas, RFE XXXI, 170-5.
Connusco ant. ‘con nosotros’ [Cid; Berceo, S. Lor., 42c; Oelschl.; 1.ª Crón. Gral. 401a7; J. Ruiz, 1255; Nebr.; todavía Lz. de Yanguas, RFE IV, 23] o conusco [Alex. 918; Rim. de Palacio, 147], mediante la adición de un con pleonástico se sacó de nusco íd., empleado en portugués (y, según Nebr., también en castellano, donde es muy raro); nusco es alteración mal explicada del lat. vg. NĶSCUM (lat. cl. NĶBզSCUM) íd.2.
Nostramo, nuestramo (V. arriba, muesama).
1 «La Arguello y la Gallega somos, ábranos: que mos morimos de frío», Ilustre Fregona, Cl. C., 27.7; «¡Válamos Dios!», La Señora Cornelia, ed. Hz. Ureña, 188. «¡Valgamos Dios!», Tirso, La Prudencia en la Mujer, ed. Losada, III, ix, p. 256. «Mos an profetizado», Rojas Zorrilla, La Viña de Nabot, vid. nota al v. 191, en la ed. Castro.― ↩
2 La forma connosco se halla alguna vez en castellano: 1.ª Crón. Gral., 666a32; Alex., 1458; doc. de Villalón, de 1233, Staaff 13.30. En gallego-portugués es frecuente (desde las Ctgs. y satíricos coetáneos como G. Pérez Conde, vid. los glos. de Mettmann y R. Lapa), como lo es vosco (desde Martín Soárez h. 1230-40, y Ctgs. etc.) y se halla en poetas de Portugal, como Estevan da Guarda (princ. S. XIV, R. Lapa 126.7), aunque hay más documentación gallega (como suele ocurrir en esas fechas; pero sigue siendo viva hoy en Galicia: «durmir conosco», «anda sempre conosco» Castelao 194.26, 252.1, 85.26); y lo notable es que allí, donde sería muy fácil explicar la forma con u, ñusco y vusco son al parecer mucho más raros (si es que son genuinos: los raros casos en los manuscritos de las Ctgs. pueden deberse a copistas castellanos). Un connuesco procedente del clásico (CUM) NĶBզSCUM (> noisco > nuesco) se halla en doc. de Burgos de 1295, M. P., D. L., 203.36; recuerdo haber leído paralelamente convuesco en la misma colección, creo en la segunda mitad. Para la segunda persona se hallan también las formas convosco (Sahagún 1236, 1293, Staaff 16.24, 73.4) y más a menudo convusco (p. ej. Palencia, 1239, ibid. 18.4), port. vosco y vusco. La forma más extendida (con)nusco, (con)vusco, no es fácil de explicar, pues postular un lat. *NȢSCUM es arbitrario. Cierto que mego, tego, sego (.>MୱCUM, etc.) se cambiaron en (con)migo, (con)-tigo, (con)sigo, pero aquí se ve en seguida la causa del cambio en el influjo de para mí, a ti, de sí, etc., mientras que el de para nos y análogos justamente había de oponerse al cambio de nosco en nusco. Tampoco cabe decir que el cambio de mego en (con)migo influyó en el de nosco en (con)nusco, pues si tal influjo hubiera actuado el resultado sólo podía ser un *connisco. En portugués