MÍSTICO, ‘embarcación costanera de tres palos con velas latinas, que se usó en el Mediterráneo’, palabra de historia mal estudiada, quizá de un ár. *mísƫaɅ o *másƫaɅ, aunque lo único que se ha documentado en este idioma es musáƫƫaɅ ‘barca armada’.

1.ª doc.: Acad. ya 1843, no 1817.

Fr. mistic o mistique [Jal, 1848], ingl. mistico [1801], port. místico [Fig.], cat. místic (Amades, BDC XII, 48, grabado p. 95) o mèstec1, genov. mistegu, it. mìstico [Jal, 1848; Guglielmotti, 1889], ngr. μίστικο, turco mistiko. Según indicaron Gustav Meyer, M. L. Wagner (ZRPh. XL, 548) y los Kahane (Journal of the Amer. Or. Soc. LXII, 249-50), el vocablo turco viene del griego, y éste del italiano. Hoy este tipo de embarcación está en desuso (Amades, Kahane), pero a princ. del S. XIX desempeñó importante papel en la guerra greco-turca. El resto de la historia del vocablo no está precisado. Es posible que venga del árabe, como indicó Engelmann, pero el vocablo árabe, según probó Dozy (Gloss. 314-5; Suppl. I, 652a), no es mísƫaɅ, sino musáƫƫaɅ, definido «barca armata» en R. Martí (p. 186); con la misma vocalización se halla en diplomas arábigos de Sicilia, y así habrá que leer en Almacarí de Marruecos (1631) y en el egipcio Makrizí (princ. S. XV). Parece tratarse de un derivado, bien formado, de ƫɅ ‘puente o cubierta de una embarcación’; en efecto, según la descripción de Jal, la popa del místico «se prolonge par deux ailes, que réunissent des traverses, sur lesquelles est établie une sorte de clairevoie»: a esta especie de entarimado puede referirse el nombre arábigo. Pero las formas romances y egeas no pueden venir de este ár. musáƫƫaɅ; para que la etimología pudiera confirmarse sería menester una variante arábiga *mísƫaɅ o *másƫaɅ, posible en principio según las normas formativas del árabe, pero no documentada con referencia al mar; la raíz s-ƫ-Ʌ es bien viva en árabe vulgar (Dozy, Beaussier), y un vocablo mísƫaɅ existe de hecho, con acs. no alejadas de la que buscamos: «locus in planitiem patens, in quo dactyli siccantur» (algunos vocalizan másƫaɅ en esta ac.), «lignum quo tabernaculum fulcitur», «lignum transversum super duo vitis fulcimina, quo vitis capreoli expanduntur», «storea ex foliis palmae silvestris contexta», que Freytag documenta en el Qamûs y en el ?auharí (comp. Devic, 50b). Pero lo que inspira desconfianza es que en vocablos de esta estructura el árabe vulgar de España solía trasladar el acento a la última sílaba. Queda, pues, la duda de si místico se parece sólo casualmente a esta voz árabe, y acaso se trate de una aplicación figurada del adjetivo grecolatino místico; metáforas más atrevidas se registran en el lenguaje fantasioso de los marinos (comp. FLECHASTE, etc., y por otra parte el cat. místic ‘pálido, enclenque’). A pesar de todo, si existe un cat. ant. mèstec será probable que éste venga del árabe y que la palabra mediterránea internacional sea alteración de esta voz catalana.

1 Ya Engelmann cita esta forma, que sería importante, pues podría ser la originaria, pero nadie la documenta, y falta en los diccionarios. Sólo Ag. la trae, pero remitiendo a místic, que fué olvidado en el lugar correspondiente. El dato procede de la ed. de Almacarí por Gayangos, libro 8, cap. 4 (tomo II, p. 527), quien dice en una nota que la nave catalana cuya captura por el rey moro de Mallorca fué causa de la conquista de la isla por Jaime I, en otra parte se afirma que era un mésƫeɅ, en catalán mestech, de donde el cast. místico. ¿Figurará mestech en una crónica catalana? Sin embargo, no está en Desclot, en cuyo cap. 14 se narra el episodio; en el pasaje correspondiente de Zurita (III, 1) donde se explica lo mismo, no figura la palabra en cuestión. Este episodio no figura en las Crónicas de Jaime I ni de Muntaner.