MULO, del lat. MȢLUS íd.
1.ª doc.: doc. de 1042, Oelschl.
DERIV.
Mula [Cid, Apol., Calila, J. Ruiz, J. Manuel, etc.], de MȢLA íd. Cat. central y septentr. mula ‘dureza o equimosis que resulta de un roce prolongado, o de pesos que se llevan’; de un *MȢLŬLA, derivado y disimilado, saldría el gall. murlas (Santiago), murras (Pontev.), mulas y maragotas (< *muruotas) (Lugo), Sarm. CaG. 138r. Mulada. Mulante. Mular. Mulato [Góngora, poesías de 1588 y 1618, ed. Foulché I, 116; II, 290; 1602, Garcilaso el Inca; Quevedo; etc.; testimonios indirectos de la existencia del vocablo son su presencia en la trad. italiana hecha por Ramusio de un original portugués de h. 1525, y el uso por el italiano Pigafetta h. 1580; vid. Zaccaria, s. v.; Friederici, Am. Wb., 436-7], por comparación de la generación híbrida del mulato con la del mulo; sufijo -ATTUS, aplicado a las crías de animales; al principio se decía también del mestizo de europeo y moro, puramente blanco (V. los testimonios del S. XVI en Zaccaria), del de negro e indio (Garcilaso), de francés e india (Évreux, 1614), y sólo después quedó fijado para el de negro y blanco1; mulata [1602, Garcilaso]; mulatear; mulatizar; amulatado.
Mulatero ‘mozo de mulas’ [A. de Palencia 290b] o muletero. Mulero. Muleto [en docs. de Cartagena de 1275 y 1290, BHisp. LVIII, 361; Nebr.2; varios ejs. en G. de Alfarache; hoy popular, p. ej., en Cespedosa, RFE XV, 279], derivado con sufijo singular: dada la procedencia andaluza o extremeña de sus tres autoridades más antiguas, cabe sospechar origen mozárabe, con lo cual se explicaría el sufijo, lo mismo si procede de -ITTUS que de -ATTUS (con ár. t e imela) o de -զTUS (como en cabrito o mosquito, con velarización regular -îƫo > -eto)3; muleta ‘cría femenina del género mular’ ant. (Nebr.), ‘palo con un travesaño, en el que se apoya para andar el cojo’ [1570, C. de las Casas; 1616, Cervantes]4, muletilla, muletillero; muletada. Mulita m. ‘cobarde, gallina’ arg. [1850-70, Ascasubi, en Tiscornia, M. Fierro coment. 445; A. M. Vargas, La Prensa, 29-XII-1940].
1 No cabe partir del ár. muwállad ‘extranjero arabizado’, y a veces ‘mulato’ (V. MULADÍ), como quería Eguílaz, pues este vocablo se pronunciaba muélled en el árabe de España; ya Dozy, Suppl. II, 841a, rechazó de antemano esa etimología arábiga, indicando la verdadera, con el apoyo del ár. naġîl ‘mulato’, derivado de naġl ‘mulo’. Tomados del castellano son el port. mulato (ahí empleado también en el sentido de ‘mulo’, y ya en Gil Vicente), fr. mulâtre, it. mulatto, ingl. mulatto, etc.― ↩
2 «Muleto romo, de asna e cavallo», opuesto a «mulo de asno e iegua». Así, pues, la distinción se referiría al sexo de los padres y muleto equivaldría a ‘burdégano’. Pero los demás testimonios indican que el muleto no se diferenciaba del mulo en esto, sino en la edad: así unánimemente Covarr., Aut., Acad. y Sz. Sevilla; Mateo Alemán es categórico: «como la yegüezuela pariesse un muleto», donde vemos que este animal podía nacer de yegua lo mismo que de burra. Más documentación en el índice de Gillet a su ed. de Torres Naharro.― ↩
3 Esto último es muy probable, y como huella indirecta de la existencia de *MȢLզTA en la España musulmana podemos recordar el rabínico mulita ‘mula’ citado por Simonet, p. 387.― ↩
4 Para esta metáfora, comp. el fr. bayard ‘parihuela’, propiamente nombre de un caballo. ↩