MORAGA o MAURACA, del ár. múɅraqa ‘holocausto, combustión’, derivado de Ʌáraq ‘quemar’.
1.ª doc.: Aut.; Acad. 1817 (no 1783).
Ni Dozy ni Engelmann estudiaron este vocablo, pero la Acad. (ya 1914) lo trae del ár. múɅraqa «holocausto, combustión». Así es, en efecto. Se trata de un derivado del verbo Ʌáraq, el más corriente para decir ‘quemar’ en el árabe de todas partes y de todas las épocas (también en los hispanos R. Martí y R Alc.); el sustantivo en cuestión aparece traducido «holocaustum» en los diccionarios clásicos y en el egipcio de Bocthor, ‘fuego artificial’ en los argelinos Hélot y Beaussier, ‘deseo ardiente’ y ‘cantueso’ en este último; casi podemos decir que lo tenemos documentado en España, puesto que R. Martí recoge el masculino múɅraq entre los nombres de acción del verbo Ʌáraq «conburere». Sabido es que en palabras de tal estructura el árabe vulgar hispánico ponía el acento en la a postónica, de suerte que la evolución moɅráqa > moraga, o bien mauraca (con vocalización del Ʌ en u, comp. carácter > caráuter, etc.), no presenta dificultad alguna.
Amoragar no viene de *AMBURICARE. ‘quemar’ (así GdDD 491a); tampoco Alto Aller morguezu [< -gazu, con la metafonía ahí normal] ‘trocitos de leña menuda y desperdicios de madera que se echan en el fuego’ (Rdz. Cast., 253) ni se relaciona con tal derivado latino ni con moraga, sino con AMURCA (vid.).
1 En cuanto al verbo gall. amoregar que Vall. define «mordiscar o romper con los dientes la cáscara de las castañas, cuando se quieren asar, para que no revienten estallando y saltando de entre el rescoldo o brasas que las cubren», que G. de Diego, Contrib., p. 68, hacía venir de *EMORDICARE, carece de interés. En efecto, parece que F. J. Rodríguez dió entrada a este verbo en su diccionario por una mala lectura de un amoxegar utilizado por Sarmiento; de aquí lo han tomado los lexicógrafos gallegos, quienes son los responsables del significado, que ellos mismos han ideado de este falso verbo gallego (vid. J. L. Pensado, Contr. crít. lexicogr. gall. 71-72). ↩