MARMOTA, tomado del fr. marmotte íd., que parece ser alteración de *mormont (sobreselv. y lomb. murmont, a. alem. ant. murmunto), procedente del lat. MUS MONTIS ‘rata de montaña’, por influjo de marmotter ‘mascullar, murmurar’.
Este diccionario dice que es animal común en los Alpes de Saboya y Delfinado, y supone se tomara del italiano. Quizá tuviera ya cierto curso en castellano a princ. S. XVII, pues Oudin dice
«marmota, selon aucuns le rat liron, et selon d’autres un marmot ou guenon», pero Percivale (1591) sólo admite la definición última: «
marmota: a munkie, a marmoset». Desde luego es palabra tomada del francés, donde se halla desde h. 1200, y de donde se tomó asimismo el it.
marmotta. Aunque la marmota produce una especie de ronroneo como el del gato, no es de creer que sea mero derivado del fr.
marmotter ‘mascullar, murmurar’ (voz onomatopéyica), en vista de las numerosas variantes como
marmitaine, en texto borgoñón de princ. S. XIV (
ZRPh. XL, 486),
marmo(
n)
taine S. XVI, b. lat.
mormotana (S. XIV), así como el a. alem. ant.
murmuntîn o
murmunto, que recuerdan demasiado la denominación registrada por el galorromano Polemio Silvio (S. V.),
mormontana, para que no tengan que ver con ella, y, sin embargo, son inseparables del fr. mod.
marmotte. Como además hay sobreselv. y lomb.
murmont, que equivale a
MȢREM MONTIS ‘rata de montaña’, de ahí vendrá también
marmotte, aunque influído por
marmotter por etimología popular, tal como el alem.
murmuntîn se convirtió en
murmeltier por influjo de
murmeln ‘murmurar’; por otra parte el
mormontana de Polemio, con sus descendientes
marmitaine, etc., vendrá de
MUREM MONTANUM, comp. engad.
muntanella ‘marmota’. Diez,
Wb., 205; Jud,
Bull,
du Gloss.
des Pat.
de la Su.
Rom. XI, 41; A. Bos,
Rom. XXII, 550-2; Jeanroy,
Rom. XXIII, 236-40; Sainéan,
BhZRPh. I, 68-69, 91;
Sources Indig. II, 47; Kluge, s. v.
murmeltier;
REW 5776
b; Gamillscheg,
EWFS; Bloch. En la ac. ‘gorro de estambre de colores que usan los niños pequeños’, usual en Zamora (Fz. Duro) y en Colunga (Vigón), vendrá del fr.
marmot ‘niñito’, para cuyo origen, V.
MARMOSETE.
Siendo palabra y animal de origen francés no hay que pensar en un ár. marbûȓa ‘acurrucada, tumbada’, como quisiera Asín, Al-And. IX, 34.