MANTEL, del lat. MANTLE ‘toalla’.

1.ª doc.: doc. de 908 (Oelschl.).

Es frecuente en docs. arcaicos, p. ej. uno de 934 (Esp. Sagr. XL, apend. 22), otro de 1076 («una muta de manteles leteratos nobos cum suas fazalelias», M. P., Oríg., 184), etc. Está también en el Apol., J. Manuel, J. Ruiz, etc.1. Para APal. era palabra menos vulgar que tovaja: «gausape: manteles que se ponen en las mesas o con que el conbidado se limpia a la mesa... y en vulgar se dize tovaja» (176d; análogo: 264b). Empleado en todas las épocas, pero en esta forma es sólo castellano y portugués antiguo (Viterbo).

De la misma etimología, pero llegado probablemente por conducto del árabe es el cast. mandil. En español se halla por primera vez en un inventario aragonés de 1331 («un mandil derredor del leyto; otro mandil para banyo», BRAE II, 551); la ac. ‘cortina de cama’ está también en dos inventarios de la misma procedencia, de 1362 y 1378; significa además ‘trapo, toalla, esp. la empleada para el caballo’ (así en portugués ya en 1318, RL XIII, 348; en castellano figura ya en el Lazarillo, Aut., y hoy en Andalucía y la Arg., BRAE IX, 534); y ‘delantal’ (Covarr.; así hoy en Tras os Montes, RL III, 63)2. En catalán coexisten manil y mandil, con las dos acs. ‘delantal’ y ‘paño de limpieza’, ambos por lo menos desde el S. XIV (manil, Ordenanzas de Pedro el Ceremonioso, a. 1344)3 o el XV4; hoy es palabra de Valencia y Ribera del Ebro (Excursions II, 289), pero al menos antiguamente debió emplearse también en el Norte5. También hallamos mandil, y desde el S. XIII, en lengua de Oc, aunque la forma mandilh en que se emplea en Gascuña (Millardet, Recueil d’anc. textes land., glos.) revela importación tardía (si fuese antiguo sería manieu o a lo sumo mandieu). En francés tiene evidentemente carácter importado (vid. God. V), y en italiano, aunque está extendido dialectalmente desde Génova hasta Calabria, se nota su ausencia en el idioma literario (vid. Rohlfs, EWUG, 1327). Podría dudarse de si el vocablo llegó al romance por conducto del griego o del árabe6: ambos idiomas pueden explicar el cambio de NT en nd y de en i; en griego lo hallamos efectivamente no sólo en Hesiquio, sino en otros autores de baja época (ThLL VIII, 332.30ss.; Walde-H.), y la variante latina mantile, documentada en algún gramático, quizá sea ya debida a una reacción de la pronunciación griega. A propósito de mandil y de este lat. tardío MANTILE, esta última es la base que parecen suponer las formas de la palabra vasca que significa ‘sábana’: guip. maindira, mandira, a.-nav., guip. maindire, a.-nav. maindere, a.-nav. (Elcano) maindre, salacenco mandre, ronc. mantre (Michelena, BSVAP XII, 368). También en árabe tiene arraigo considerable y general, pues no es menos vivo en el árabe de Oriente (Damasco, p. ej.) que en el de Occidente, se halla ya en el glosario de Leiden que, aunque español, tiene criterio purista y es del S. XI, está en las Mil y Una Noches y en autores antiguos, como el egipcio Makrizí (h. 1400), y el lexicógrafo persa Fairuzabadí (S. XIV) no sólo registra el sustantivo mandîl, sino también el verbo nádal ‘enjugar’, sacado regresivamente de aquél por la lengua árabe (Dozy, Suppl. II, 653; Freytag; Simonet, s. v.). Esto no prueba que el vocablo sea propiamente árabe, como se ha dicho, pero tampoco es posible admitir que los árabes lo tomaran del romance hispánico. Cabe dudar de si pasaría del latín al árabe de Oriente directamente o por conducto del griego. Y también si en romance es helenismo o arabismo. Contra esta última posibilidad podría alegarse el cat. manil, puesto que nd no suele simplificarse en los arabismos7, así como la antigüedad en el Sur de Francia y la gran extensión en Italia; pero ninguno de los tres argumentos es decisivo: la vacilación entre manil y mandil indica una adaptación tardía al consonantismo catalán (favorecida por la etimología popular MANUS, comp. cat. eixugamà, sinónimo de manil), ya hemos visto cómo por lo menos en Gascuña es voz importada, y es muy posible que la carencia de testimonios antiguos en Italia tenga un significado.

El nav. mandarra ‘delantal’ (Iribarren) quizá venga de una base vasca dialectal procedente de MANTLE>: quizá *mandere(a) > *mandar(a). Pero también podría ser equivalente vasco de avantal (vid. DELANTE).

DERIV.

Mantelería.

Mandilada; mandilandín; mandilandinga; mandilejo; mandilete; mandilón.

1 El sentido suele ser el moderno, a veces el latino. En Alex., 1899, parece ser lo mismo que ‘bandera’ o ‘enseña’: «cuemo venién los griegos de sanna cargados / yvan pora ellos a manteles echados; / cuemo de tal non eran los de Poro usados / fueron se acogiendo...», donde interesa la variante de P mantillos.―

2 La ac. ‘criado de rufianes y mujeres públicas’ [1609, J. Hidalgo] puede salir de ahí, o quizá más bien vendrá de la idea de ‘paño higiénico’ como nombre sarcástico.―

3 «Lo matí sia-li torcat lo dors e los membres ab frigol e ab menil», Manescalia p. p. Batllori, AORBB V, 206. Probablemente manill en las Cost. de Tortosa, S. XIII, p. 378 («albarda y estrigol e manill») es ya lo mismo.―

4 «Vench quasi nua... / duya sens pus / sobre la pell / un mandil vell, / antich, spletat», Spill, v. 13184.―

5 Alguna vez mantil por cruce con mantell (M. Gadea, Térra del I, 309, hablando del de los masones).―

6 M-L., que había admitido esto último en Litbl. XII, 59, vuelve al griego en REW 5325.―

7 Sin embargo, creo que hay alguna excepción entre los arabismos más arcaicos. El nombre del Racó de l’Aufinac, grandiosa quebrada en el término del Pratdip, partido de Falset, vendrá del ár. al-ȟandaq ‘barranco’, pues es zona reconquistada ya en el S. XI.