MANOPLA ‘pieza de la armadura antigua, con que se guarnecía la mano’, voz hermana del cat. manyopa (cat. dial. manyofa, -ova), port. manopla, it. manòpola, de origen incierto; quizá tomados por vía semiculta del lat. vg. MANŬPŬLUS (lat. cl. manipulus) ‘haz, puñado’, que en la baja época tomó el significado de ‘toalla’, luego ‘ornamento litúrgico del antebrazo’ y finalmente ‘brazo de la armadura’.
1.ª doc.: mayopa y mayopla, invent, arag. de 1426; «manopla, armadura: manus ferrea», Nebr. Manopla está también en el Paso Honroso de Juan de Pineda (68[58a]), redactado en 1588, pero a base de un original de 1434.
Creía Diez (Wb., 203) que podia partirse del lat. vg. MANŬPŬLUS ‘haz, puñado’, que por influjo de MANUS habría tomado el sentido de ‘guante’; pero es claro que este influjo no podía bastar para tal cambio semántico: haría falta por lo menos el de un derivado de mano de sentido más próximo; por lo demás es extraño el tratamiento fonético, con ó popular pero tratamiento culto de la -P-, tratamiento que se contradice con el hecho de partir de una variante vulgar y no del lat. cl. y medieval MANIPULUS. Es, pues, natural que M-L. (REW 5306) rechazara esta etimología. Sin embargo, quizá no pueda abandonarse definitivamente. Diez llamó la atención hacia el b. lat. manipula ‘toalla’: al parecer se trata de un derivado del verbo medieval manipulare ‘manipular, manejar’; la misma explicación se extenderá al lat. eclesiástico manipulus ‘manípulo: ornamento sagrado semejante a la estola, que se sujeta sobre el alba al antebrazo’. Acaso se pasara de ahí a ‘mitón’ y luego a ‘guante’: de hecho Du C. recoge un ej. de un manivola en un texto que no puedo fechar ni localizar y otro de manumola en un documento de 1202 que creo referente a los Países Bajos; quizá este último sea errata de lectura por maniuola o manuuola: ambos parecen significar ‘guante’. Sin embargo, queda esto dudoso, y el conjunto de la etimología sigue problemático. Nótese especialmente que el cat.-arag. manyopa, de fecha tan antigua, es muy reacio a toda etimología a base de MANUPULUS.
Sería concebible un compuesto griego *χειρóπλον para ‘manopla’, puesto que óπλον ‘arma’ se aplica muchas veces a las armas defensivas, y no sería sorprendente que al latinizarlo se hubiera sustituido el gr. χειρ por su equivalente latino manus; pero tal compuesto es hipotético, tampoco explica la forma catalana, y finalmente para un nombre de arma medieval sería más natural una fuente germánica que griega.
Menos sorprendente es que no esté documentado un gót. *MUNDILÔFA, dado nuestro escaso conocimiento del idioma de Úlfilas en materia lexicográfica; sus dos componentes son bien conocidos en gótico. Según he indicado en el artículo LÚA, es seguro que los godos empleaban para ‘guante’ la voz LÔFA y su derivado *GALÔFA; el primer elemento de dicho compuesto no está atestiguado directamente en gótico, pero su existencia no es menos segura: se deduce de la del alto alem. ant. munt ‘protección’ y ‘mano’, ags. mund íd., escand. ant. mund ‘mano’, y además la confirman los nombres de persona góticos Mundila y Mundirîx; mund- es palabra muy fecunda en todos los idiomas germánicos para la formación de compuestos y derivados como mundbora, vormundschaft, mündig, etc. Un *MŬNDILÔFA ‘guante protector’ estaría, pues, en regla, tanto más cuanto que pudo ayudar a su formación la conciencia del sentido etimológico de *MUNDA ‘mano’; al pasar al romance pronto se contraería en *mon(d)lofa, cuyo extraño grupo de consonantes invitaba a una metátesis *monofla o a una asimilación *monnofa: de ahí por una parte el hispano-italiano manopla y por la otra el cat.-arag. manyopa, pues era casi forzoso que vocablo de este significado sufriera el influjo de mano cambiando en a la -o- etimológica. Queda solamente la p en lugar de f, y debo reconocer que ahí está el punto flaco de la etimología. Hay una explicación posible. En primer lugar es importante la forma dialectal cat. manyofa ‘especie de guante de lana empleado en invierno por los carreteros’ (en la Espluga de Francolí, según Griera, Tresor), de donde con sonorización manyova ‘guante de leñador’ (señalado en dos localidades del Penedés)2. Ésta podría ser la forma verdaderamente hispánica, procedente del gótico; también oc. manoufle (que el REW 5714 relaciona con el fr. moufle).
La variante manopla se extendería desde Italia, como término de armería, y en Cataluña se cruzaría con el autóctono manyofa, -ova, dando la forma intermedia manyopa. El italiano manòpola puede explicarse por un cruce con manipulus ‘ornamento sagrado del antebrazo’ y ‘pomo de la espada’3, o quizá más bien por una forma longobarda *MUNDILOPA Al imprimir este artículo, y a pesar de las fuertes apariencias en que ae apoya la etimología germánica, deseo observar que ya no me parece convincente. Es indudable, en efecto, que manípulo, partiendo del ornamento eclesiástico del antebrazo, llegó a designar los brazos de la armadura: «as espadas... se tornaron vermelhas com sangue, e coria pelos manipulos delas lorigas ataa os cotovelos», 3.° Livro das Linhagens (2.ª mitad del S. XIV), PMH, Script. I, 187, lín. 42; «desmalloule o manípulo da loriga» Crón. Troyana en gall. del S. XIV (I, 318.9) traduciendo el fr. ant. manicles. Parece, pues, que una variante *manupula pudo llegar desde ahí a ‘guante de hierro’ dando el cast. manopla. La antigua procedencia eclesiástica del vocablo explicaría el tratamiento semiculto, y explicaría también la preferencia otorgada a la forma del latín tardío manupulum en lugar de la clásica manipulum. Sólo la forma cat. manyopa y sus variantes manyofa5 (-ova) siguen causando cierto escrúpulo (pues para mirarlas como resultado de un «cambio de sufijo» falta la condición de que -opa, -ofa, -ova, sean terminaciones frecuentes). En conclusión habrá que mantener el caso en estudio y no perder de vista la posibilidad del étimo germánico, mas por ahora es más verosímil el origen latino.
1 El fr. med. manople, -opole, documentado solamente en dos traductores del S. XVI y en dos diccionarios del XVII (God. V, 152) es italianismo evidente. Hay que separarlo de manuple ‘manípulo’ (ya en el Mystère de St. Didier), con el cual lo confunde God. Un cast. manópola aparece también en Minsheu (1623).― ↩
2 Ag.; manyora en Griera es evidente error de lectura, por la semejanza de la r manuscrita con la v.― ↩
3 Así en un inventario aragonés de 1374: «una spada... con bollones e smaltes, pesantes entramas las ditas pieças, con el maniplo de la spada, 7 marcos 6 onças» (BRAE II, 345).― ↩
4 El longobardo cambia la -b- alemana en -p-. Sin embargo, la relación entre un longob. *LOPA y el escand. lôfi, luffe, ags. glôf, no es la misma que entre el longob. rapan ‘cuervo’ (Rappiczo nombre propio, Gamillscheg, R. G. II, p. 221) y el escand. hrafn, ags. hræfn , o entre longob. wapjan ‘tejer’ (Guapparo, en R. G., l. c.) y el escand. vefja, ags. wefan, o entre longob. lopôn ‘alabar’ (Lopi) y el escand. lofa, ags. lofian, pues en estas palabras tenemos -༠- germánica (de la cual la f no es más que una notación aproximada) mientras que LOFA tenía una verdadera -f- en gótico y en germánico común, procedente de P indoeuropea. Pero esta -f- es poco frecuente en posición intervocálica, y está sujeta al cambio en -༠- (longob. -p-) por «grammatischer Wechsel» (hefan y heban ‘levantar’ alternan en alto alemán, etc.). Para casos de «grammatischer Wechsel» en longobardo, donde f alterna con p, vid. Bruckner, Die Sprache der Langobarden, p. 150. También cabría un caso de ultracorrección en un idioma como el longobardo que se hallaba en el proceso de cambiar la p germánica en f con arreglo a la segunda Lautverschiebung (Gamillscheg, p. 218). En resumen, sería muy concebible la existencia de un longob. *LOPA.― ↩
5 Esta forma quizá se encuentre ya en el Tirant lo Blanc (h. 1490), donde dice que la Princesa llevaba «sobre los seus daurats cabells, una manyosa tota plena de batents d’or e esmaltats» (ed. Riquer 1155. 13, íd. en las eds. Aguiló y Capdevila). Nadie explica ni sabe qué es una manyosa; debería comprobarse si en lugar de la s no hay una f o una s larga en la edición príncipe. ↩