MALANDRÍN, tomado del it. malandrino ‘salteador’ o del cat. ant. malandrí ‘bellaco, rufián’, que parecen haber significado primitivamente ‘pordiosero leproso’, derivados del lat. MALANDRէA ‘especie de lepra’, que es alteración del gr. μελάνƌρυον ‘corazón del roble’ (por el color oscuro, común a las dos cosas), y éste contracción de μέλαν ƌρυóς ‘lo negro del roble’.

1.ª doc.: 1605, Quijote.

Según Clemencín (ed. del Quijote II, 60) ya aparecería en libros españoles de caballerías, lo cual no puedo confirmar ni desmentir. Para ejs. castellanos, vid. Terlingen, 310-11. En catalán malandrí aparece ya a fines del S. XIV, al parecer con el sentido de ‘rufián’, ‘bellaco’: «Sàpies que com un jove de Sibília enterrogàs un malandrí, on havia presa tan gran ganyada [‘cicatriz’] que portava per la cara, respòs lo malandrí que lla on ell no fugia, ans estava ferm de cara», a. 1381-6, Eiximenis (Dotzèn del Crestià, N. Cl. VI, 76); «lo bacallar [‘bellaco’] o escaltrit, malendrí, tafur e alcavot o en altra manera viciós», íd. (Doctrina Compendiosa, p. 90). Pero el vocablo se ha conservado mejor, y es probable que haya tenido siempre mayor vitalidad, en italiano, donde tiene generalmente la ac. ‘salteador, ladrón de caminos’, y aparece ya en Giovanni Villani, 1.ª mitad del S. XIV; además Du C. reúne varios testimonios en bajo latín referentes a Italia, ya a principios del S. XIV (1310, 1326, etc.); la variante malandrenus, mera alteración fonética, está ya en un escritor veneciano de 1280. Del italiano pasó el vocablo al fr. malandrin, documentado desde 1611, y ya una vez, pero con referencia a Italia, h. el a. 1400. Junto a malandrino conoció el italiano malandro adj. ‘maleante’ (en el toscano Sacchetti, 2.ª mitad del S. XIV), y dialectalmente se halla malandra ‘prostituta’ en Como, balandra íd. en Milán (Sainéan, Sources Indig. I, 400-1)1. Es probable, sin embargo, que el vocablo haya tenido raíces autóctonas en el Sur de Francia, donde no sólo se cita malandrín con referencia a hechos del tiempo de Carlos V (Mistral) ―puede ser italianismo― y malandron ‘malandrín’ aparece ya un par de veces h. el a. 1600 (Nostredame, Chron. de Provence, Rom. XXXIII, 570), sino que malandrous ‘valetudinario, enfermizo’ ya se documenta en Marsella en 1362 (en la forma francesa latinizada malandreusus, Du C). Indudablemente el sentido originario no fué precisamente ‘salteador’ o ‘vagabundo’, pues de buen principio lo hemos visto aplicado a gente maleante de varia ralea, y esta ac. ‘enfermizo’ (asegurada por el contexto: malandreusis et pestilentibus) nos coloca en la buena pista etimológica, arriba indicada y ya vista por Du G. Los vocablos para ‘pordiosero’ pasan fácilmente a ‘vagabundo’, ‘bandido’, testigo GALLOFO y tantos más; y el pordiosero se presenta muchas veces como atacado de lepra y otras enfermedades semejantes. La etimología de oc. malandrous y del lat. MALANDRIA la indicó ya Schuchardt, ZRPh. XIV, 178-9; malandre, como mal del caballo, y en el sentido de ‘achaque de las personas’, sigue siendo palabra usual en francés [S. XIV], oc. malandro «maladie de langueur, de consomption», «affection chronique», it. malandre pl. ‘mal de la piel en los equinos’; en latín malandria es ‘rozadura en el pescuezo del caballo’ y también ‘especie de lepra (en el hombre)’, malandriosus ‘atacado de este mal’ se registra desde el S. IV: se trata en último término del gr. μέλαν ƌρυóς ‘lo negro del roble, su corazón’ (Homero)2.

Diez, Wb. 188; Caix, ZRPh. I, 422; Horning, ZRPh. XXIX, 530; Gamillscheg, EWFS, s. v., y otros se empeñaron en buscar a malandrino una etimología, diferente, que Horning formula brevemente: malandrin < mal + landrin ‘buen andarín’, éste derivado de oc. landrà ‘vagabundear’, fr. dial. élandrer, landorer ‘entretenerse, roncear’, it. antic. landra ‘mujer de mala vida’, los cuales a su vez vendrían de un a. alem. med. lenderen, neerl. slenteren, alem. schlendern ‘estar desocupado, vagabundear’, etimología esta última admitida aun por M-L. (REW 4885a) y otros (V. allí la bibliografía). Pero ya Bertoni (L’Elemento It. nella L. It., p. 145) puso reparos desde el punto de vista italiano, y Bloch (s. v. malandrin) prefiere contentarse con un «origen desconocido». En realidad la forma lenderen sin s- es rara en germánico (ni siquiera la menciona Kluge, s. v. schlendern)3, y lo único algo antiguo en esta familia lingüística parece ser el radical slent-, alterado en alto alemán por un fenómeno fonético local (vid. Kluge): luego esta familia germánica no sirve como base de las voces romances. En éstas las formas con l- inicial (o sl-, él-) son modernas y dialectales: lo antiguo es malandrino, malandro y análogos. Luego se impone considerar que no sólo malandrino no está compuesto con mal-, sino que, por el contrario, fueron los hablantes dialectales los que vieron ahí arbitrariamente un prefijo mal-y crearon los secundarios landrino, landrin, landra, élandrer (y, con influjo de il s’endort, fr. lendorer, lendore)4, por un fenómeno de derivación retrógrada.

1 En portugués, donde es voz importada, como en castellano, se halla malandrim desde principios del S. XVII (Bluteau); hoy también se hallan malandro, malandraço (de donde no creo sea «contracción» madraço, según se dice en VKR X, 89), pero estas formas más bien parecen regresiones operadas en portugués, pues no aparecen hasta diccionarios recientes (faltan en Bluteau, Moraes y Vieira).―

2 Más tarde μελάνƌρυος se aplica a una especie de escabeche de atún; también pasa al latín con este sentido; y APal. 128d, no sé con qué fundamento, afirma hablando de este pescado: «manera de salsa quel vulgo llama malandrea».―

3 Las raras formas italianas como venec. slandrona ‘prostituta’, contienen el prefijo italiano peyorativo s- (DIS-).―

4 Éste ya se halla en Rabelais (IV, cap. 41, ed. Plattard, p. 154), en una lista de nombres o apodos de cocineros, todos ellos peyorativos.