MACANA, ‘arma que empleaban los indios americanos, hecha con madera dura, en forma de espada o bien de cachiporra’, voz indígena americana, tomada por los españoles del taíno de Santo Domingo.

1.ª doc.: 1526, Fernández de Oviedo; la cita ya en su latín P. Mártir de Angleria en 1515.

Estas fechas bastan para probar que los españoles no pudieron aprender el vocablo de los indios mejicanos o peruanos, a pesar de que Lenz, Dicc., 455-8, apoyara esta última opinión con especiosas razones. El P. Las Casas asegura explícitamente que es palabra llevada a Tierra Firme desde Haití; como el uso muy eficaz de las macanas por parte de los indios haitianos impresionó a los españoles (V. el pasaje citado de Oviedo) es natural que éstos acarrearan la palabra por todo el Continente y luego la aplicaran a armas análogas empleadas por los indígenas de todas partes: vid. Friederici, Am. Wb., 357-9 (ya Cuervo, Ap., § 971, y Hz. Ureña, RFE XXII, 182, sustentan la misma opinión). Es verdad que el vocablo se explica muy naturalmente en quichua, donde -na es sufijo instrumental muy vivo y el verbo maka(n)i significa «dar, aporrear, poner las manos en otro», documentado ya en el diccionario de González de Holguín en 1608: el derivado makana ‘instrumento de aporrear’ estaría absolutamente de acuerdo con los hábitos formativos más corrientes en la lengua de los Incas1. Pero la documentación histórica anterior al descubrimiento del Perú prueba en forma concluyente que la palabra entró en castellano desde el taíno de Haití; como por otra parte es difícil creer que la semejanza con la raíz quichua sea casual, hay que suponer o que los taínos habían recibido el vocablo de los incas a través de los caribes, o que popularizándose rápidamente en el Perú la denominación makana, llevada allá por los españoles, el quichua sacara de ahí un verbo makani según el modelo de los numerosos casos de semejantes correspondencias2. La ac. argentina (extendida de ahí a otras partes) ‘mentira’, ‘necedad’, se explicará probablemente a base de la ac. obscena ‘pene’, que es también usual en la Arg. (por lo menos en Catamarca), comp. cat. carallada en el sentido de ‘necedad’, ‘cosa sin valor’, it. minchione ‘imbécil’ (de minchia ‘pene’); sin embargo, D. Alonso prefiere pasar de la idea de ‘porra’ a la de ‘lata, pesadez’ (vid. LATA) 3.

DERIV.

Macanazo. Macanero. Macanudo ‘grueso como una porra’, de donde ‘grande’, ‘excelente’ (así en Cuba, Ca., 229, y en muchas partes). Macanear ‘hacer tonterías’ arg. (falta todavía en Acad.).

1 Verdad es que el sustantivo makana no figuraría en González de Holguín según la reedición de Lobato, que utilizo, publicada en 1901; el editor agrega makaña «sable, espada de chonta» como si fuese de su cosecha. Sí figura en otros diccionarios quichuas modernos, como el de Middendorf. El de Holguín será olvido casual, o habrá indicación equivocada en Lobato.―

2 F. Ortiz, Afronegrismos, 298-9, señala makana ‘garrote, palo, palma’ en dialectos bantúes del África central, y sospecha origen negro, lo cual es imposible dada la fecha de Angleria. Por el contrario, serían los negreros u otros viajeros europeos los que llevarían esta palabra americana al África. La opinión de Leo Wiener (resumida en Ortiz, Ca., 137), según la cual sería voz de procedencia europea, no puede tomarse en serio; claro está que macana ‘manzana’ (o ¿‘pomo de la espada’?), si realmente figura en los citados documentos silenses del S. XII, debe leerse maçana, según la costumbre gráfica de la época, y nada tiene en común con la voz americana. De igual manera se explica maca por maza o porra en la Crónica de G. de Eugui (fin del S. XIV), citada por Cejador. Más documentación americana puede verse en D. Granada, BRAE IX, 363.―

3 La explicación anecdótica que trasmite A. Herrero Mayor en La Nación de B. A., 22-VI-1941, es inventada a posteriori, como suelen serlo las etimologías anecdóticas. Si realmente es de Sarmiento la frase «¿quiere dejarse de tanta macana el Sr. Diputado?» que se le atribuye como interrupción a un discurso donde se repetían incansablemente las palabras arreando a macana limpia, será porque macana ya se empleaba entonces en el sentido actual y el célebre parlamentario jugó con el vocablo.