MACACO, tomado del port. macaco ‘especie de mono’, procedente al parecer de una lengua de Angola.

1.ª doc.: Padre Isla, † 1781 (Pagés); Acad. 1884, no 1843.

Friederici, Am. Wb. 356; F. Ortiz, Glos. de Afronegrismos, 282-96. El vocablo aparece por primera vez en 1555 en Martín de Azpilcueta, navarro, que fué durante dieciséis años profesor de la Universidad de Coímbra; en autores portugueses se cita también en las Noticias do Brasil de SimƟo de Vasconcellos, en 1668; el naturalista Marcgraf en su Historia Natural del Brasil, h. 1643, describe el macaco extensamente asegurando que es originario de Angola y que «in Congo vocatur macaco» (vid. Bluteau, s. v.); según Ortiz ma-cwkw significa ‘mono’ en lenguas del Zambese, ma-ncanca en el Luañgua, etc. (V. un resumen de su explicación en Nascentes). Los portugueses debieron aprender el vocablo en la costa de Angola durante sus primeros viajes de princ. S. XVI, y de allí lo difundieron a Portugal, el Norte de África (makâka en hablas árabes magrebíes: Simonet, s. v.)1 y el Brasil, donde hoy es popular y está bien arraigado aun en idiomas indígenas (contra la posibilidad de que proceda de éstos, V. las notas de Friederici y Ortiz). Secundariamente ‘desgraciado’ en portugués, ‘feo, deforme’ en Cuba y Chile (Lenz, Dicc., 455), «ruin, afeminado, mujeriego» en Bilbao (Arriaga), etc.

DERIV.

Macaca. Para el hond. macaco ‘cierta moneda’, V. MACUCO.

1 El parecido con el hispanoárabe maqaqûn ‘garañón’ (R. Martí) será casual.