LIRIO, del antiguo lilio, y éste tomado del lat. līlĭum íd.

1.ª doc.: lilio, Berceo, S. Or., 28; lirio, h. 1400, Glos. del Escorial; Nebr. («blanco o açucena: lilium»).

Lilio escribe también APal. repetidamente (247b). En ambos autores podría ser latinismo artificial, por lo demás. Hoy es palabra popularizada considerablemente; Cej. VII, § 76. Formas semejantes tenemos en el port. lirio, cat. lliri (antiguo llir), oc. lir o liri, piam. liri. Estas formas no tienen relación directa con el gr. λείριον: la voz latina y la griega parecen ser procedentes con carácter independiente de una lengua mediterránea, quizá camítica, donde alternan formas con -r- y -l-(Meillet, Aperçu d’une hist. de la l. gr.2, p. 43; Niedermann, Litbl. XLV, 310; Walde-H.). Las romances se explican por disimilación, fenómeno que ya se hubiera producido en latín de no tratarse de un vocablo forastero. El nombre de lugar cat. Lillet LÏLIËTUM prueba que existieron formas no disimiladas en España. Del fr. lis (< lilius) se tomó el cast. lis [frecuente en Lope, V. la tesis W. McCready, La Heráldica en las obras de Lope de Vega, Univ. de Chicago; Calderón] como término heráldico.

DERIV.

Liliáceo.