LIMAZA, del dialectal limaz, y éste del lat. LզMAX, -CIS, f., con cambio de terminación por influjo del género del vocablo.

1.ª doc.: 1505, PAlc.

En la 1.ª ed. de Nebr. se lee «limaga a [léase o] bavaza o bavaso [léase bavosa]: limax». Es posible que sea errata por limaza, que es como enmendaron tácitamente PAlc. y Oudin al reproducir el encabezamiento de este artículo; de todos modos, aunque es enmienda posible, dado que el orden alfabético en Nebr. no es absolutamente riguroso, no puede considerarse segura, puesto que el vocablo va entre lima y limando (lo cual no correspondería a limaza; nótese que el vocablo no podía tener -ç- sino -z-, como escribe PAlc.). Falta limaza en Covarr., y debió ser voz más bien local ya en el S. XVIII, puesto que Aut. dice «lo mismo que babaza, gusano; es voz latina y la trahe Nebrixa en su vocabulario y el P. Alcalá». Cej. VII, § 76.

Hoy sus variantes tienen considerable extensión dialectal: limaco en el Alto Aragón (BDC XXIV, s. v.; Cej. VII, § 76), en Lerín (Navarra, com. de A. Alonso), en Bilbao (Arriaga) y en Álava (Baráibar), lumiaco y llumiaco en Santander (M. P., Dial. Leon., § 6), en Asturias llimaz m. en Colunga y Valle de San Jorge, llimiagu en Oviedo y Villaviciosa (datos de Vigón), ƫɊumiau y ƫɊimiau en el Oeste (Munthe), llimaco en el límite de Galicia (Acevedo-F.), limacha en Viveiro (gall. NE., Sarm. CaG. 90v), lumáchega, lamáchega, lumigacha (RL VII, 217), o limigòcha (Vall.) en gallego. Más variantes dialectales (necesitadas de comprobación), en GdDD 3881 y 3883.

Por lo demás en gallego-port., y aun en el Bierzo y Sanabria, reina lesma, lesmia (ambos en Sarm. CaG. 184v, 90u, A21r) o lesminha, el plural femenino lezmes o lézmezes en Mestre Giraldo (a. 1318: RL XIII, 336), gall. y minhoto lismo ‘saliva viscosa de los moluscos’, todo lo cual parece venir de una variante dialectal itálica *LMEX, -զCIS, con metátesis lemze > lezme1; quizá tengan el mismo origen el rum. melc o melciu (> búlg. melƇov) y aun Meuse lemchon ~ melçon citados por Sainéan (Sources Indig. II, 105).

Otras formas romances con cambio de sufijo son el cat. llimac (comp. el nav.-arag. limaco), gasc. limac, Bethmale lumac (BhZRPh. LXXXV, § 121), rosell. llimauc, langued. limauco, Lot, Tarn, Hérault, Aveyron milhauco2. Es innecesario e inverosímil el artículo *LIMACEUS del REW; el it. ant. y dial. limaccia, fr. limace, se explican por influjo del género femenino de LIMAX (con acción secundaria de -ACEA) y las demás formas continúan pura y simplemente LIMCEM.

DERIV.

Limazo. Lumaquela [Acad. 1899], tomado del it. lumachella íd., propiamente ‘caracol pequeño’.

1 El vocablo está representado en eslavo, y con fuertes variantes de sufijo, en báltico y germánico, pero el gr. λεƗμαξ, que en este sentido sólo se halla en Hesiquio, difícilmente podrá mirarse como la fuente del vocablo latino, sino como latinismo griego, contra lo que opinan Walde-H. y Ernout-M. basándose en argumentos falaces (el it. lumaca no representa un acusativo griego, sino variante morfológica romance, como el cast. limaza, y seguramente tardía, pues de un plural le lumace o lumaci se podía sacar analógicamente un singular lumaca, como había maraca junto a le man(i)ce). Sea como quiera el vocablo parece tener EI originario, V. los citados diccionarios etimológicos, que también sugieren sea secundaria la cantidad larga de la A; siendo esto así, una variante osco-umbra LËMÀC- se latinizaría parcialmente en *LMէCEM, única forma que puede explicar la gallego-portuguesa; a no ser que se trate de una voz hispanocéltica, con lo cual la < EI sería normal, y también la i de lismo sería explicable. Para la explicación de lézmezes, V. güérmeces < V֊MէCES, aquí, s. v. GORMAR. Para documentación de lesma y variantes, V. Cornu, GGr. I, § 305; Schneider, VKR XI, 119, 141, 273, comp. 210-11. Desde luego la explicación que M-L. quisiera admitir para lesme (*lem(a)zinha > lezminha y de ahí lezme derivado regresivo) es absolutamente imposible, pues la a no se sincopa nunca en portugués. Para todo esto V. mi reseña de Ernout-M. en VRom. XIII, 370.―

2 Para éstos me cuesta creer, por razones de continuidad geográfica, en la etimología céltica MIL- o MEL- sugerida por Jud, VRom. VI, 257-8.