LAPSO, tomado del lat. lapsus, -ūs, ‘deslizamiento, caída’, ‘acto de correr o deslizarse’, derivado de labi ‘deslizarse, caer’.

1.ª doc.: 1554, N. Recopil. II, x, 12 (Aut.): «lapso y transcurso de treinta días».

Falta en los diccionarios del Siglo de Oro, y es ajeno al léxico de Góngora y del Quijote, pero Aut. cita ej. en texto literario de la primera mitad del S. XVII. Después se ha afirmado en el idioma culto1.

DERIV.

Labe [1626, F. de Navarrete], tomado de labes ‘caída’, ‘ruina’, ‘mancha’; labeo. De LABES por vía popular procede el napol. lavཙ (comp. cat. (a)llau ‘alud’, del mismo origen), de donde it. lava, y de ahí el cast. lava ‘materias en fusión que salen de los volcanes formando arroyos encendidos’. Lábil [Acad. 1925], de labĭlis íd.

Colapso, tomado de collapsus, -ūs, ‘caída, hundimiento’, derivado de collabi ‘hundirse’, que a su vez lo es de labi.

Ilapso, de illapsus, de formación paralela.

Prolapso.

Relapso [1595, Guardiola, Aut.], de relapsus, -a, -um, ‘que ha vuelto a caer’.

1 Acerca de si es correcta la expresión lapso de tiempo, vid. BRAE XI, 203-9. ↩