LAGARTO, de una variante *LACARTUS del lat. LACĔRTUS; probablemente se trata de una variante dialectal de esta voz latina de etimología oscura.
1.ª doc.: como nombre propio en docs. de 1095 y 1171; como nombre común, S. XIII, ms. bíblico escurialense 1-j-8 (Bol. Inst. Fil. Ch. IV, 312). Cej. VI, § 44.
Para juzgarla bien sería bueno conocer la etimología de la palabra latina, pero ésta en realidad se desconoce completamente, según ponen de relieve Ernout-M., y ni siquiera podemos asegurar si es de abolengo indoeuropeo o mediterráneo, pues no existe parentela cierta fuera del latín; es verdad que Walde-H. creen poder indicar un buen número de vocablos afines en otros idiomas indoeuropeos, correspondientes a una vaga raíz leq- ‘doblar, torcer’, ‘colear’, pero el artículo de este diccionario etimológico peca de un vicio fundamental: supone que la ac. ‘músculo’ es la originaria y ‘lagarto’ derivada de ella, lo cual es invertir a todas luces los términos naturales de la evolución semántica. No sólo porque la noción de ‘músculo’ es algo mucho menos elemental y necesario que la de ‘lagarto’, y por lo tanto es de esperar que se le den nombres figurados y secundarios, sino porque el paralelismo con musculus y con el gr. μǢς, ambos ‘ratón’ y ‘músculo’, es prueba concluyente de que se denominó el bíceps por comparación de su movimiento, al contraer el brazo, con el paso rápido del ratón o del lagarto a través de un camino. Debemos por lo tanto mantener un completo escepticismo ante el supuesto parentesco de lacertus con voces como el gr. λάξ ‘golpeando con el talón’, y en cuanto a formas más cercanas fonéticamente no quedan más que λικερτίζειν ‘saltar’ (por lo demás voz rarísima sólo citada por Hesiquio) y scr. lakuƫaɅ, laguȓaɅ, ‘porra’ (que debería ser pracritismo por *lak࿋taɅ), cuya analogía semántica es tan vega que vale más descartarlas por completo en este problema.
En resumidas cuentas el origen de LACERTUS es completamennte oscuro, y no es inverosímil que sea voz ajena al indoeuropeo. Desde el punto de vista romance es evidente que *LACARTUS3 hubo de ser variante de fecha latina, pues si el cambio de E en A se hubiese producido posteriormente, la C habría evolucionado en z romance y no en g; luego no es pertinente, a propósito de lagarto, hablar de formas como el fr. lézard, venec. lanzardo, Vincenza risardola, que se deben a alteraciones fonéticas modernas o a influjo del sufijo fr. -ard; también está claro que no puede atribuirse *LACARTUS a la analogía de este sufijo (como hicieron Diez, Wb., 186, y M-L., R. G. I, § 182), sufijo que es sólo francés y de formación muy tardía. Tampoco es comparable nuestro caso con el del dalm. lacarda (> svcr. lòkārda), nombre de pez y documentado desde 1080 como nombre de persona, aunque sea seguro que designó propiamente el lagarto, ni con el ngr. λακέρƌα ‘atún salado’, pues en estos idiomas la C latina se conserva hasta hoy con su valor oclusivo velar, aunque le siga vocal palatal, y la á dalmática puede ser evolución fonética de la E latina, en este idioma de vocalismo muy desfigurado, que decía kaina por CୱNA y Ƈant por CĔNTUM (para dichas formas balcánicas vid. Salvioni, KJRPh. VII, i, 149; Skok, ZRPh. XLVI, 403-4; LIV, 433, 477; Bertoni, Rom. XLII, 167; G. Meyer, Wiener Sitzungsber. CXXXII, iii, 37).
En cambio sería tentador relacionar nuestro lagarto con el trentino lugord, ligord, Bergamo ligurt4 y quizá Verona ligador, Vincenza ligaoro, aunque la vocal segunda de estas formas deba ser una O y no una A, pero estas formas pertenecen a una familia alto-italiana integrada entre otros por genov. lang?, venec. anguro, lomb. lingor, Como lingöri, Parma rangól, Ventimiglia ang?, langued. lingrola, que Rohlfs (ZRPh. LI, 274) deriva, al parecer con razón, de LANGURUS, LANGURIA (LANGA), documentados como nombre de una especie de lagarto en Plinio y que se creen de origen céltico; es verdad que ahí no se termina esta familia, que abarca trentino lugor, Mantua lùgar, lùgher, alto-it. ant. ligoro, Piacenza, Ferrara ligor, Bolonia, Como ligur, tosc. dial. liguro, Poschiavo ligoeur, venec. laguro, Ferrara àlgu(o)r, genov. y piam. lag?, Módena rugól, piam. de la Basilicata lav྿ru (Schuchardt, Vokal. d. Vulgärlat. III, 89; Flechia, AGI III, 160-1), pero es razonable explicar este tipo intermedio *LACŬRUS, así como el trentino lugord arriba citado, por cruces o formas de compromiso entre LACERTUS y LANGURUS. Ahora bien, ¿sería imposible ver en lagarto otro resultado de un cruce semejante? No del todo, a condición de admitir una tercera variante prerromana como *LANGARTUS o algo así. Lo más probable, de todos modos, sería entonces que todos estos vocablos, incluyendo el latino LACERTUS, no sean más que variantes de un solo tipo prerromano.
Mientras no halle más apoyo este punto de vista, será más prudente limitarse a mirar *LACARTUS como variante latina. Según nota M-L. (ZRPh. XI, 255) tal variante se explicaría por dilación vocálica, y debería remontarse, como él ya implica, hasta la época en que el latín acentuaba las palabras en su sílaba inicial5. Sea como quiera esta variante podría relacionarse con novarca por noverca y las formas ansar, passar y carcar del Appendix Probi, y sería tanto menos sorprendente hallar *LACARTUS en la Península Ibérica cuanto que ahí han predominado también estas otras variantes del Appendix. He aquí las conclusiones que me parecen más aceptables, sujetándolas a las reservas que es forzoso hacer siempre, en cuanto a los detalles, en nombres de animales como éste, tan sujetos a alteraciones caprichosas, gracias a su presencia frecuente en fórmulas y dichos infantiles.
Otras tentativas de explicación me parecen decididamente falsas como cuando G. de Diego (RFE IX, 149) habla de un cruce de LACERTUS con LUCARNA6: piensa con esto en el supuesto étimo del fr. lucarne ‘buhardilla’, que algunos han creído variante del lat. LUCERNA ‘luciérnaga’; aunque hoy ya nadie cree en esta etimología de lucarne, que choca con insuperables obstáculos históricos y fonéticos, bastará observar que el cruce sólo pudo producirse mientras LUCERNA fuese nombre de un animal o insecto, y la forma con a, lucarne, no está documentada en parte alguna con tal valor.
Castellanismo es el ingl. alligator ‘caimán’ [1593, antes alagartoes, 1579: BhZRPh. XCI, 13], tomado de la forma articulada castellana el lagarto7.
DERIV.
Lagartija [lagartixa, 1475, G. de Segovia, 51; APal. 322d, 471d; Nebr.; la pronunciación sonora lagartiȤa se documenta en 1505, PAlc., en judeoespañol8, y ya h. 1400 en el Glos. del Escorial, pero éste pertenece al dialecto aragonés, que se anticipó en la confusión de sonoras y sordas, luego será forma secundaria y debida a la mayor frecuencia del sufijo -ija -ICULA], con el mismo singular sufijo que el port. lagartixa (¿-զSSէA?, comp. lagartija en doc. portugués de 1359, Viterbo)9, que por lo tanto no tiene por qué ser castellanismo. Otras denominaciones de la lagartija10: lagartezna [S. XIII, Biblia Medieval, Levítico XI 30; 1600, Sigüenza], con sus evoluciones fonéticas lagatema (disim. de lagarterna) en Soria, Burgos, Segovia, Palencia, Valladolid, León y Zamora, legaterna en Palencia, ligaterna en Soria, Burgos, Palencia, Valladolid, Cuenca y Teruel, regaterna en Burgos, regaltena en Soria, regartena y regatenda en Cuenca, recaterna y terna en Teruel. Arag. engardajina (Peralta), Fonz engardaixeta (AORBB II, 258), relacionados con el cat. llangardaix, con deglutinación del artículo. Sangartana en la mayor parte de las tres provincias aragonesas, de conformidad con el cat. sargantana, y con la misma inicial que el navarro sangartilla (así también en el cat. del Alto Pallars occidental y partidos de Falset, Lérida y Las Borjas), nav. sarganteja, en Teruel sargantesa, en Huesca sangardixa, xangardina, singardalla, -allina ‘lagartija’ (cito según Griera), Broto sagardaixo (RLiR XI, 114), Venasque xingardaixo (Ferraz), cat. (Pobla de Segur) sangardall (Butll. del C. Excurs. de Cat. IX, 40) ‘lagarto’; en mi estudio de RFH V expliqué estas formas por una metátesis de sa *langartana, sa *langartilla, etc., con el artículo arcaico sa (IPSA) del catalán y del gascón, y como tal artículo no parece haber existido en Aragón admitía que en esta región eran catalanismos; hoy dudo de esta doctrina por dos razones: 1.° los préstamos lingüísticos son poco naturales en nombre de animal tan humilde como la lagartija, y el ej. único que daba (port. lagartixa) resulta no ser extranjerismo, como admitían todos y yo mismo creí; 2.° sabandija significa ‘lagartija’ en muchos pueblos de Navarra, Álava, Zaragoza, Soria, Burgos y Segovia (sabandilla en Pamplona, sarbandija en Filipinas, sarabandija en Murcia), y como me parece inseparable del tipo vasco sumandile, seguandilla, sogandilla, sugangilla, zugangille, etc., creo que tenemos ahí una denominación prerromana *SAVANDզLIA (SEV-), que cruzándose con el romance *langartana, -illa, daría sin dificultad sangartana, sangartilla, etc.
Lagarta. Lagartear; lagarteo. Lagartero; lagartera; port. y gall. lagarteiro ‘astuto, artero, engañador’ («vella lagarteira que non se avén coa pobreza» Castelao 278.23). Lagartijo; lagartijero. Alagartado o lagartado.
1 Así en el Maresme, Priorato, Terra Alta, etc. La n catalana, que reaparece en la forma arag. langarto, de la Sierra de Guara (RLiR XI, 104), se explicará por el influjo de sangartana (o del preliterario *langartana) ‘lagartija’, donde se debe a propagación de la otra nasal.― ↩
2 Variante de FARDACHO, para la cual V. mi artículo y además, RFH V, 14n. , estudio que deberá consultarse para otros pormenores, especialmente los relativos a las formas aragonesas y catalanas (pp. 1-20).― ↩
3 Pisani, Paideia XI, 315, se adhiere a mi tesis de que *LACARTUS es variante pre-latina de LACERTUS, voz preindoeuropea. *LACARTUS sería la forma primitiva (degradada en latín según las leyes del vocalismo medial de este dialecto itálico), y el osco la habría trasmitido a España.― ↩
4 Flechia cita además un grisón lucard que no hallo en otras fuentes; Vieli trae luschard como sobreselvano (= it. lucerto), Pallioppi lintscherna o lütscherna como engadinés. Junto al cat. lluert (Tarragona, Rosellón), prov. luzert, it. lucerto, sobreselv. luschard, de *LUCERTUS, debió existir esta variante también en algunas hablas aragonesas y mozárabes: de ahí el colectivo arag. Lo-certales (o Los-certales), cuya equivalencia mozár. loƇertale > loƇortale se cambiaría en El Xortal en varios lugares de la toponimia valenciana, nombre de tierras secas y rocallosas (Moixent, cerca del trifinio con Énguera y Font de la Figuera; otro hacia Benissa, etc.).― ↩
5 Lausberg (ASNSL CXCIV, 370) parece preferir hablar de «labilidad de las vocales» en las palabras prelatinas, antes que hablar de intensidad inicial latina, y envía a Litbl. LVIII, 1937, 341.― ↩
6 Atribuye su idea a Schuchardt, pero nada hay de esto en el pasaje citado de este autor.― ↩
7 Para variantes de lagarto, V. el artículo de Griera (AORBB I, 36), el mío citado, y abajo, a propósito de lagartija. Nada de notable en Colunga llargatu (Vigón).― ↩
8 GartiȤa pronunciado con Ȥ por los judíos de Constantinopla, Salónica y Karafería, Crews, VRom. XII, 196.― ↩
9 Desde luego no puede ser -ISCIA, como admite O. J. Tallgren-Tuulio, siendo forma de Castilla. Por otro lado, también me parece difícil partir de -զXA, que más bien habría pasado a -issa, a juzgar por hito FզCTUM, frito FRICTUM (dixo puede deber su x al apoyo que le prestaban duxo, traxo, cinxo, tanxo, etc.). El cat. pixar, cast. pija, de *PզSSIARE, muestran, en cambio, que en -SS?- la S ya estaría algo palatalizada antes de consumarse del todo la trasposición de la yod. Comp. cat. lla(n)gardaix, aunque ahí la terminación se explica mejor por un cruce; cat. (es)farditxa ‘lagartija’; y el ast. brixu ‘rama delgada’, si es que viene de *a(r)b(o)rixu. A los testimonios antiguos de la pronunciación secundaria sonora debe agregarse la rima llagartijas: sabandijas: armandijas en el salmantino Lucas Fernández (ed. 1514, p. 32).― ↩
10 Llagartesa en el Este y Centro de Asturias, llargatesa en Colunga (V), llargat(e)ixa en Coaña y Franco, chagartesa en Lena, chagana y llargata (V) en el Oeste de la región. ↩