JAMAR, ‘comer’, vocablo jergal, probablemente de origen gitano y procedente de la raíz sánscrita khā- íd.
Pertenece al caló español (Besses) y catalán (
BDC VII, 11ss., s. v.; ahí pronunciado con
j castellana), al habla de los gitanos del Alentejo (Coelho,
RL I, 12, con la misma pronunciación), al dialecto de la Ribera salmantina del Duero (Lamano), al lunfardo argentino; en Méjico y en Honduras es
jambar.
Jamar y
jamelar se emplean en el habla de los gitanos españoles, con
jamaranó ‘glotón’ y
jamaripén ‘glotonería’. Creo que tiene razón M. L. Wagner al derivarlos del gitano, identificándolos con la raíz sánscrita
khā- o
khāna- ‘comer’
1; creo también que anduvo acertado al buscar el mismo origen al sinónimo
jalar. Éste se emplea en caló español y catalán, en los cuales parece ser de fecha más moderna que
jamar: este último en Barcelona todavía se conoce, pero se recuerda sobre todo como cosa de los abuelos, mientras que
jalar (todavía no registrado por la Acad.) es del uso general y cotidiano (aunque rechazado por la lengua culta;
j castellana); se emplea también en Valencia y en Murcia (G. Soriano) y es vocablo del dialecto gitano español (junto con
jalelar,
jallipear y derivados), donde se explica naturalmente por la tercera persona del singular
khāla ‘él come’ de dicha raíz verbal. No creo, en cambio, que atinara dicho filólogo, en un trabajo posterior (
VKR III, 118), al identificar este
jalar con el arg., ecuat., cub. y mej.
jalar o
jalarse ‘embriagarse’, que procede del término náutico
HALAR ‘tirar de algo’, según muestra el derivado
jalón ‘trago de aguardiente’ (cat.
tirada íd., comp. cast.
beber de un tirón), y las otras acs. de
jalar en países americanos: ‘cobrar un precio muy alto por una cosa’ (
me jalaron 50 º por este reloj) en el Ecuador (Lemos,
Semánt.,
s. v.),
jalarse ‘ponerse ojeroso, desencajado’ (
fulanita tiene la cara jalá) en Cuba (
Ca., 112). Para ejs., refutación de otras etimologías y justificación de la presente, vid. M. L. Wagner,
Notes Ling.
sur l’Argot Barc., 66-67, que insiste en su idea en
Filología, Buenos Aires, III, 161 ss.