IRRITAR, ‘excitar, causar ira’, tomado del lat. ĭrrītare íd.
Irritadísimo figura ya en Luis de Babia (1604);
irritar está en la segunda parte del
Quijote, y en Ruiz de Alarcón (1628, 1634), pero es ajeno a APal., Nebr., C. de las Casas (que traduce el it.
irritare por «escitar, provocar»), Percivale y Covarr. En el S. XVII se hallan otros ejs., y desde entonces se ha hecho palabra muy popular; ast.
enritar (V). Previamente había existido una variante hereditaria
erridar (J. Ruiz, 485) o
enridar (SS. XIV y XV), en el sentido de ‘azuzar el perro’, ‘incitar, excitar’, V. ejs. en Cej., V, § 115, y
Voc.
1 De
enridar por cruce con
azuzar parece resultar el antiguo
ENRIZAR (véase).