INVIERNO, del antiguo y popular ivierno y éste del lat. vg. HզBĔRNUM íd., abreviación del lat. TEMPUS HIBERNUM ‘estación invernal’.

1.ª doc.: ivierno, Cid; invierno, J. Ruiz, 1297d.

La forma etimológica es general y frecuente en Berceo (Mil., 713d, etc.), es también la del Apol., aparece todavía en APal. (192d, pero ynvierno 4 veces ibid. y 193b), Nebr. (ivierno, s. v. envernar; pero invierno, s. v.), Juan de Valdés y en el andaluz Mateo Alemán; hoy sigue siendo popular en muchas partes: Andalucía (Castro, RFE V, 198), Nuevo Méjico (Espinosa, Studies, p. 272), zona andina del Ecuador (Lemos, Barbar. Fon., p. 40), Chile (G. Maturana, AUCh. XCII, ii, p. 45 y glos.), etc.

DERIV.

Invernar [ynvernar, APal. 373b; inv-, h. 1515, Woodbr.; Nebr., f° f8r° y h5r°, prefiere envernar a invernar; íd. en ast., V], del lat. HIBERNARE; invernador (‘empleado de las grandes fincas argentinas encargado de encerrar el ganado por la noche y llevarlo al pastoreo al salir el sol’, Borcosque, A través de la Cordillera, p. 117, comp. el Cerro de la Invernada en los Andes sanjuaninos); invernada [J. Ruiz, 1304a; APal. 75d]; invernadero [Nebr., env-]; invernal1 [Nebr.], antes enverniego [íd.], hoy también invernizo (especialmente sandía i.); también se ha escrito cultamente hibernal, hibernizo. Ast. envernia ‘acción de invernar’, dar ganado a envernia ‘darlo en comuña durante el invierno’ (V). Invernáculo [Acad. ya 1817], tomado del lat. hibernaculum. Hiemal, tomado del lat. hiemalis, derivado de hiems ‘invierno’, del cual hibernas era derivado indoeuropeo.

1 Como el cast. invernal ya se documenta en 1495 y el it. invernale sólo una vez aparece en 1562 y Tommaseo lo documenta sólo desde el S. XIX (como observa Migliorini, Cos’è un Vocab., 83), quizá sea hispanismo en italiano.