INFIERNO, del lat. INFĔRNUM ‘estancia de los dioses infernales’, ‘Infierno’, derivado de INFĔRUS ‘inferior, subterráneo’.

1.ª doc.: Cid.

Frecuente y popular en todas las épocas (Berceo, J. Manuel, J. Ruiz, 293c, 294d, etc.), y común a todos los romances de Occidente. En latín clásico solía decirse inferna en plural; en escritores eclesiásticos se halla infernus o infernum. Para el tratamiento de la I- y de la -F- es aplicable lo dicho acerca de INFANTE.

DERIV.

Infernal [Berceo], del lat. tardío infernalis íd.; inferno íd., poético. Infernar. Infernáculo [Aut.]. Infernillo [Acad. 1925], popularmente infiernillo.

Inferior [Corbacho (C. C. Smith, BHisp. LXI); APal. 15b, 80d, 99b; 1570, C. de las Casas; h. 1580, Fr. L. de Granada, y frecuente desde entonces], tomado del lat. inferĭor, -ōris, ‘que se halla más abajo’, comparativo de infĕrus; inferioridad [1594, Bern. de Mendoza].

Ínfimo [Mena (C. C. Smith); 1499, H. Núñez, y ejs. en el S. XVI], tomado del lat. infĭmus ‘lo que está más abajo de todo, lo más humilde’, superlativo del mismo.

CPT.

Imoscapo, compuesto de scapus ‘tronco, tallo’ con imus, otro superlativo de inferus.