INFANTE, del lat. INFANS, -TIS, ‘incapaz de hablar’, ‘niño de mantillas, niño pequeño’, derivado de FARI ‘hablar’.

1.ª doc.: ifant(e), Cid; infante, doc. de 1198, y como femenino ya en docs. de los SS. X y XI en Oelschl. (¿formas realmente romances?).

Según demostró M. P., Cid, 720-3; Inf. de Lara, glos., s. v.; designaba al principio al mozo noble, aunque ya fuese caballero y aun casado, hasta que heredaba a su padre; esta ac. usual hasta el S. XII, y bien conocida por los Infantes de Lara o de Salas y por los de Carrión, siguió viva en boca de juglares hasta los romances viejos, pero ya en el S. XIII se reservaba esta denominación para los hijos de los reyes1. En este sentido fué vocablo común a los tres romances hispánicos, y desde España (probablemente desde el catalán) se extendió a Italia ya en el S. XIII (AGI III, 395) y XIV (Villani, vid. Zaccaria). El sentido general de ‘niño’ se halla todavía en el Cid, en la Disputa del Alma y el Cuerpo y en Berceo; después pasa a ser en este sentido vocablo culto (no en catalán, donde ha sido siempre vocablo popular y lo es todavía). La conservación de la F ha de explicarse por pertenecer el vocablo al uso de las clases altas, y no indica verdadero cultismo; en cuanto a la conservación de la i-, que es también general o predominante en catalán (ya en Lulio, Doctrina Pueril, 57 y passim), debe mirarse como debida a la prolongación de la I a causa del carácter evanescente de la N ante F2>. En la ac. ‘soldado de infantería’ [h. 1550, D. Gracián], se tomó del it. fante, que además de ‘muchacho, mozo’ significaba ‘servidor, criado’ y de ahí pasó al significado militar (de ahí también el fr. infanterie, fantassin, tomados en los SS. XV-XVI); es absolutamente inverosímil que en este sentido venga de un gót. *FANTHJA o de un longob. *FANTHJO ‘peatón’, hermano del a. alem. ant. fendo íd., pues esto no explicaría la terminación de la voz italiana (para lo cual debería recurrirse a un cruce con infante) y es hipótesis del todo innecesaria, puesto que en la Edad Media se miraba a los soldados de infantería como criados de los caballeros, comp. oc. ant. sirvent ‘soldado de a pie’ (vid. Spitzer, ZRPh. LIII, 294-5, y el propio Gamillscheg, EWFS, s. v., contra la etimología germánica ideada por Brüch, ZFSL LII, 420, ZRPh. LV, 313-7, y admitida por M-L., REW3 3185a, y Gamillscheg, R. G. II, p. 139).

DERIV.

Infanta [i(n)fant(e) como femenino es todavía general en los SS. X, XI y primera mitad del XII, aun en el Cid; infanta, doc. de 1157, Oelschl.], alguna vez infantesa; infantado, infantazgo. Infantillo; infantino, infantina. Infanzón ‘individuo correspondiente a la segunda clase de la nobleza, superior a los hidalgos e inferior a los ricoshombres’ [infanzone, doc. de 942, Oelschl.; ifançon, Cid, etc.; para el concepto exacto, vid. M. P., Cid, 718-20, y la bibliografía citada allí y en Oelschl.], del lat. vg. hispánico *INFANTIO, -ĶNIS, ‘joven noble’; infanzonado, -azgo, infanzonía.

Cultismos. Infancia [Apol., 683d; APal. 141b], del lat. infantia ‘niñez’. Infantil [1515, F. de Villegas (C. C. Smith, BHisp. LXI); Aldana, † 1578, según Terr.; pero falta Oudin, Covarr., Aut.; Acad. ya 1817], de infantīlis íd.; infantilismo, falta todavía Acad. 1939. Infantería [1605, Quijote]. Fantoche [Acad. 1925 o 1914; F. Ortiz, Ca., 1923, p. 113], tomado del fr. fantoche, y éste del it. fantoccio íd. Del lat. fari ‘hablar’ es derivado nefandus, de donde se tomó el cast. nefando [Mena (Lida, p. 449); 1499, H. Núñez]; nefandario. Prefacio [Mena (C. C. Smith); h. 1570, A. Agustín], tomado de praefatio, -onis, íd.; variante anticuada prefación. Profeta [Berceo], tomado del lat. prophēta y éste de προưƲτƓς íd., derivado de προưάναι ‘predecir, pronosticar’, y éste de ưάναι ‘decir’, hermano del lat. fari; profetizar [h. 1280, Gral. Est., 301b11; J. Ruiz; plof-, P. de Alf. XI, 366], antes profetar [Berceo]; profetizante o profetante, profetizador; profetal; profético; profetisa [Juan de Mena, Laberinto 270b]; profetismo; profecía [h. 1200, Reyes Magos; Berceo], de prophetīa y éste de προưƓτεία; provicero ‘vaticinador’ [Acad. 1884, no 1843], parece más bien alteración de un *profeciero (que de provisor como supuso la Acad.), pero ante todo hace falta asegurar la existencia del vocablo.

CPT.

Infanticida; infanticidio.

1 Es notable en este sentido el paralelismo con el scr. kumāraɅ (ya de fecha védica) ‘niño’ y ‘príncipe’, ac. ya clásica (Kalidasa, etc.), lo cual parece haberse propagado desde la India a las hablas iranias del Turquestán (saki alysānaa- ‘joven’ y ‘príncipe’), Bailey, Trans. Philol. Soc. L. 1945, 21.―

2 Comp. el cat. inflar ‘hinchar’, oc. ant. uflar (labialización de *iflar). Se trata, pues, del mismo fenómeno que convierte MĔNSA, TĔNSUS, MĔNSIS, etc., en MNSA, TNSUS, MNSIS. Los testimonios de una pronunciación breve de la i de infra, inferum y análogos son tardíos y secundarios en latín (ALLG XIV, 474). Claro está que a la larga actuó el influjo del prefijo էN-, restituyendo parcialmente la N en romance, pero sin llegar a modificar en todas partes el timbre de la I.