HORA, del lat. HĶRA íd. y éste del gr. džρα ‘espacio de tiempo’, ‘división del día’, ‘hora’.

1.ª doc.: orígenes del idioma (Cid, etc.).

De uso general en todas las épocas, Cej. IV, § 15. Junto a la ac. estricta ‘cada una de las 24 partes iguales en que se divide el día solar’ se ha mantenido siempre la ac. general ‘tiempo determinado para hacer algo’ (ha llegado la hora, es hora de trabajar), pero ésta y otras acs. generales eran más frecuentes en la Edad Media: ora era corriente entonces en la ac. ‘rato’, una grant ora (Cid 1889, etc.), poca d’ora (Alex.; Apol., 137d; Berceo, S. D., 744; J. Ruiz, 134d; etc.); ‘tiempo libre para hacer algo’ («Quiero vos brevemente la razón acabar / ca non tenemos ora de luengo sermón far», Alex., 927b; Apol., 379d). Citaré sólo unas pocas locuciones compuestas: todas oras ‘siempre, a toda hora’ Alex., 650; Berceo, S. Mill.. 418; a la hora ‘entonces’, donde tenemos supervivencia de ILL HĶR (it. allora, fr. alors, cat. llavors o aleshores), figura en el Cid, 357, el Cronicón Villarense de princ. S. XIII («el día que Mahomat se movié de Meca... E Mahomath avia a la ora 40 años», BRAE VI, 207)1 y todavía la hallamos en Juan de Valdés, en la 2.ª parte anónima del Lazarillo, en Timoneda («él a la hora con mucha presteza y gran diligencia saque su aparejo», Patrañuelo, Rivad. III, 137) y en otros textos del S. XVI; otras veces toma el sentido de ‘inmediatamente’ (V. ejs. de la misma época en Aut.). Essa ora ‘al punto, en seguida’ J. Ruiz, 799c, ‘entonces’ Cid, 1355; a otra ora ‘cuando menos se piensa’, J. Ruiz, 579d; la hora de agora ‘a estas horas’, Quijote II, i (Cl. C. V, 29); a las horas que ‘cuando’, Ruiz de Alarcón2; en horas de tiende a sustituir a durante en la Argentina (andar con el estómago vacío en horas de la mañana, la fiesta se celebrará en horas de la noche, quizá aún más frecuentes en el lenguaje escrito). Gramaticalizado, y escrito actualmente ora, se ha empleado como conjunción alternativa ora... ora... [ejs. desde 1576, Aut. s. v. hora]; en lo antiguo se empleaba así en plural: «oras davan de rostros, oras de los costados», Berceo, Mil., 887c.

En las frases interrogativas para averiguar la hora del día se emplea vulgarmente en plural en la Arg. y gran parte de América, ¿qué horas son? («¿a qué horas fué que salió / usté ayer de Chascomún?», Ascasubi, S. Vega, v. 3511); para cuestiones de este tipo, vid. K. Ringenson, Quelques observations sur les formules indiquant l’heure du jour en français, en it. et en espagnol, en Studia Neophilologica VIII, 15-35.

DERIV.

Horada, a la hora ~ . Horario [Aut.].

CPT.

Ahora [aora, J. Ruiz, 290b]3; Cej. IV, § 15, del antiguo agora [1107, BHisp. LVIII, 360; Cid], general o poco menos hasta el fin de la Edad Media4, todavía usual literariamente hasta el S. XVII y en el habla rústica hasta hoy día, procedente del lat. HC HĶR ‘en esta hora’, del cual (o a lo sumo de una variante H HĶR) proceden también el port. agora5, cat. y oc. ara, fr. ore6; para los empleos sintácticos, vid. Cuervo, Dicc. I, 285-90; entre las locuciones compuestas nótese ahora bien, hoy normalmente continuativa con el sentido de ‘supuesto esto’, pero según nota Cuervo (286b) los clásicos lo emplean en el lenguaje familiar, sea para pasar a un asunto o cortar la conversación (Ruiz de Alarcón, Verdad Sospechosa, Cl. C., p. 10; Lope, El Cuerdo Loco, v. 1160; Calderón, Alcalde de Zalamea II, viii, ed. Losada, p. 130) o con carácter introductivo (Guzmán de Alfarache); en este sentido es forma villanesca ori bien (Tirso, La Prudencia en la Mujer). En unión de una determinación de tiempo ahora es contracción de ahora ha (BDHA III, 221): agora diez años (Quevedo, l. c.), ahora un año (Quiñones de B., ed. Cotarelo, 834b), uso muy vivo en América (ahora poco, Sarmiento. Páginas Selectas, 1938, p. 321; M. Fierro II, 3677; ahora cincuenta años, Cuervo, Ap., § 729). Para diminutivos populares americanos (a)horita, horitica, etc., vid. Ortiz, Ca., 174. De una repetición enfática ahora-a-esta-hora sale el gall. arestora (Castelao 101.9, 115.18).

A deshora [a deshoras, Berceo, S. Dom., 291c, ms. E, 200, 653; adesora, J. Manuel Libro de la Caza, 27.25; con el mismo significado antiguo castellano se encuentra a desora en el gall. de las Ctgas.: «logo perdeu a fala / ca Deus... ll’a tolíeu a desora, como se dissesse ‘cala’» (163.14, 151.26, 322.18, etc.)], significaba siempre ‘de repente, súbitamente’ (así todavía, no sólo en Nebrija ―«a desoras: subito, repente, de improviso»― y en Alonso de Salaya, 3.r cuarto del S. XVI, Farsa, vv. 238 y 515, sino muchas veces en el Quijote, por ejemplo «oyeron muchas voces y un gran rumor de gente en el palacio, y a deshora entró Sancho en la sala, todo asustado...» II, xxxii, Cl. C. VI, 280), aunque en fecha reciente la coincidencia con el sustantivo deshora ‘hora inoportuna’ (ejs. del S. XVII en Aut.) hizo que el adverbio a deshora tomara el valor de ‘intempestivamente’ (así ya Acad. 1843); pero esta locución no era derivada de hora con el prefijo des-, sino contracción de a de so hora (adessoora en la 1.ª Crón. Gral., 232a19), refuerzo de a so hora, tal como aparece en Calila y Dimna7 y en la propia Crón. Gral.8, comp. el cat. ant. sus ara ‘inmediatamente’ [hoy suara ‘hace un momento’), de sus ‘sobre’9; deshorar ast. ‘impacientar’ (V).

Encara arag. ‘aún’, tomado del cat. encara íd., para el cual vid. mi DECat.

Enhorabuena [ejs. de h. 1600, Mariana, etc., en Aut.; norabuena, Pícara Justina]; enhoramala [íd.; noramala, Quijote, Pícara Justina]. Horóscopo [Lope], tomado del lat. horoscŏpus y éste del gr. ƻροσκóπος, compuesto con σκοπεƗν ‘mirar, examinar’.

1 Escrito allora en Berceo, S. Mill. 235.―

2 «Y el caso fué que, a las horas / que fué a ver Jacinta bella / a Lucrecia, ya con ella / estavan las matadoras», La Verdad Sospechosa, Cl. C., 71.―

3 Como bisílabo en un miembro átono del verso: «con algo de lo ageno aora resplandeçer». Por lo demás en este pasaje sólo tenemos el ms. S, y en los demás pasajes J. Ruiz emplea agora, aun en 1678d, donde Janer imprimía ahora.―

4 Afirmaba Cornu (Rom. XIII, 303) que ahora era ya corriente en esta época, pero lo hacía basándose en ediciones defectuosas. Contra lo que él afirma, en Alex., 2485a, ambos manuscritos traen agora; en S. Dom., 134c, sólo figura en el ms. V (S. XVIII); del Duelo de Berceo no tenemos edición aceptable, etc.; lo mismo ocurre con los ejs. medievales citados por Cuervo, el DHist., BKKR y Oelschl. Los Glosarios de h. 1400, APal. (174d, 285d, 312d), la Celestina, Nebr. y aun Covarr. no conocen todavía otra forma que agora, que es también la empleada por Juan de Valdés en un pasaje en que hace hincapié en la forma del vocablo («agora: convertid la g en c y aspirad la a y la o y diréis hac hora», Diál. de la L., 183.8) todavía la prefieren Oudin y Ruiz de Alarcón a su variante y hay ejs. de Lope, etc.; por otra parte, si bien agora figura en Góngora y en Cervantes (Coloquio de los Perros, Cl. C., p. 222; varios en el Quijote), ahora es ya más frecuente en estos autores, y tiene razón Serge Denis en su diccionario de Alarcón al decir que aquella forma iba quedando relegada al lenguaje de tono elevado, aunque también al habla más popular y rústica, pues ya Quevedo se burla de su empleo en su Cuento de Cuentos, hablando de las vulgaridades rústicas («son infinitas las veces que pudiendo escoger usamos lo peor», Cl. C., p. 169) y sin embargo aun en su Buscón (p. 55) se lee agora diez años; Aut. reconoce que muchos escriben agora o aora, pero «ahora es más propio»; sabido es que agora fué empleado todavía por poetas arcaizantes del S. XIX. Hoy agora sigue vivaz en el habla rústica de muchas partes de España, de la Arg. (sobre todo el Oeste y el Norte) y de otras partes de América: lo he oído yo mismo en el campo mendocino, lo cita O. di Lullo en Santiago del Estero (La Prensa de B. A., 12-V-1940), Miguel A. Camino en el Neuquén (Nuevas Chacayaleras, 34), etc., pero aunque el gauchesco del Este argentino lo empleó en sus orígenes, áura es ya la forma general en el Martín Fierro y otras composiciones posteriores (Tiscornia, BDHA III, 7, 197).―

5 La variante òra en portugués tiene empleo más amplio que el disyuntivo, y no es simplemente HORA; también en gall. òra, partícula exhortativo-irónica: òra ‘¡vaya, hombre!’, òra estrévete, que verás! ‘atrévete y...’ (Vall.). Son contracción de ahora, variante de agora. Además un cpto. gall. òrasme ‘además de esto’, ‘en cuanto a, tocante a’ y empleado también como muletilla para continuar el discurso (Vall.): parece sea resultado de una reducción coloquial de ora-mais, -meis (cf. emais ‘y también’) tal vez con trasposición de la -s- o con -s adverbial ante la m.―

6 Cornu, l. c., prefería AD HĶRAM suponiendo que la -g- hispano-portuguesa pudo ser antihiática, lo cual en principio no es imposible, pero está en desacuerdo con la historia del vocablo en español, V. aquí la nota. Por lo demás, los ejemplos latinos de AD HORAM citados por Cornu (Rom. VII, 358-9) me parecen significar más bien ‘a la hora’ o ‘al mismo tiempo’, comp. una opinión análoga en FEW IV, 480, n. 66. Para el uso de H ante consonante, vid. Lindsay, Glotta II, 300. La forma ara del catalán y occitano se produjo por una contracción de ara en pronunciación proclítica: esporádicamente se desarrolló ara también en castellano (cita de arabién en el Soldado Píndaro de Céspedes, DHist.) y hoy es vulgar en Andalucía, la Arg., etc. En francés preliterario ara pasó a aȮra, que es la forma supuesta por la o de ore. El carácter gramatical y proclítico del vocablo fué causa del precoz desgaste del mismo y de las tempranas contracciones que registramos en catalán, francés, etc. Max Leop. Wagner, en su Morfología sarda, ha explicado el oc.-cat. ara por una acentuación ya latina HORA, lo cual, como se ve por los hechos castellanos ahí citados, desde luego no es forzoso.―

7 P. ej., ed. Rivad., p. 45: «la muerte non viene sino a so hora et sin sospecha, que non ha plazo sabido».―

8 «Estava un día cantando en el teatro, et tremió la tierra assoora et estremecióse el teatro todo» traduciendo repente del original de Suetonio (M. P., Antol. de Pros., 13).―

9 También existió sus horas en castellano: es frecuente en el Yúçuf, y los mss. H y V del S. Dom. ponen a sos oras en lugar de a deshoras del ms. E, forma ultracorregida por la equivalencia del posesivo sos = sus. Hanssen, Notas a la Vida de S. Domingo, en AUCh., 1907, p. 29, propone contracción de adiesso ‘ahora’ y hora, lo cual no está de acuerdo con la forma a so hora. Véase además Sobre un Compendio de Gram. Cast. Anteclásica, del mismo autor, AUCh., 1908, pp. 18-19; Tallgren, Neuph. Mitteil., 1912, 22, y DHist. s. v. asohora. Primitivamente a dessora debió tener ss sorda, pero ya en tiempo de Nebr. el influjo del sustantivo deshora había actuado, pues este autor escribe adesoras con una sola s.