HIELO, del lat. GĔLŬ íd.

1.ª doc.: yelo, Berceo, Mil. 778.

También Alex. (1965d, gielo O, jelo P), Conde Luc., etc. De uso general en todas las épocas. Casi sólo se ha conservado como forma popular en castellano; el it. gelo es cultismo, el port. gelo se revela como tal por la conservación de la -l- (comp. gear ‘helar’ y gall. lazo < GLACIU), y si bien gel es popular y antiguo en catalán y en lengua de Oc, en ambos idiomas tiene menos arraigo y popularidad que su concurrente glaç; para descendientes populares de GLACIES en hablas españolas, vid. s. v. GLACIAL; mejor se ha conservado GELARE, que ha dejado descendencia en todos los romances de Occidente.

La misma raíz que el itálico GELU y GELARE aparece muy desarrollada en las lenguas germánicas, donde es común a todas ellas y en las más variadas formas; es posible, aunque muy incierto, que desde el gótico o el suevo quedaran huellas en Galicia de la forma verbal primitiva KAL- (de donde ya derivó la participial KALD- común a todos los dialectos) atestiguada por algunos de los dialectos germánicos más arcaicos: escand. ant. kala y ags. calan ‘tener frío, helar’, ags. ciele (< *kali) ‘frío’, ingl. chill; se podría suponer un gót. o suevo *KALIST- o *KALISK- que explicaría el gall. orient. calistro: ‘el frío cuando es intenso’ («fay un calistro que mata», como voz de tierra adentro en Sarm. CaG. 217r), ‘aire fino y frío, cierzo’ hoy en Lemos (recogido, creo, por Cesáreo Saco para el Apéndice a Eladio Rdz.) y por otra parte caliscar ‘tener mucho frío’, calisqueiro ‘friolento’ (Eladio Rdz.); sería palabra de romanización tardía, trasmitida quizá por los nobles godos de los SS. VIII-IX cuando se agolparon refugiados en Galicia o cuando dominaron allí a los suevos (y por ello se habría conservado la -L-): es pues etimología bastante insegura, pero no hay otra. Calistro recuerda curiosamente el mall. celistre ‘viento muy frío y penetrante’, pero es casual, pues éste se explicará como variante del cat. celístia ‘la noche estrellada’ < CAELESTIA (SIGNA), con repercusión de líquida y paso de ‘influjo de los astros’ a ‘frío, tiempo malo’, cf. la historia semántica paralela del gall.-port. sieiro SIDERUM; el que puede ser hermano de celistre es el gall. xistra ‘viento helado’ (Eladio Rdz.). La -r- de calistro estará en conexión con la de xistra.

DERIV.

Helar [elar, Berceo, Signos 6; etc.], del lat. GĔLARE íd.1; helable; helada [Berceo; gelada, Alex. 612a, O y P]; heladero, ‘el que hace o vende helados’, cub. (F. Ortiz, Ca., 83), chil., arg.; heladera ‘nevera’ arg., cub.; heladería arg., chil., colomb., etc. Heladizo. Helado. Ast. axeláu ‘helado’ (V). Helador; heladura. Helamiento. Helante. Helero. Helor [< cat. geló(r) GELATIONE], murc., almer. Deshelar [Nebr.], deshelamiento [íd.], deshielo. Congelar [Corbacho, A. de la Torre (C. C. Smith, BHisp. LXI); 1499, Comendador Griego; 1525, Rob. de Nola, p. 135], tomado de congelare íd.; congelable; congelación [h. 1440, A. de la Torre (C. C. Smith)]; congelador; congelamiento; congelante; congelativo. Jalea [xelea, 1555, Laguna, en Aut. s. v. cola de pescado; jalea, Covarr., s. v. jalea, xalea y cidra], del fr. gelée [1393] ‘gelatina’, y de ahí ‘jalea’ (FEW IV, 88b). Gelatina [1525, Rob. de Nola, p. 71, donde también se le da los nombres de hiladea y gelabea; Aut.; jaletina, Acad. ya 1817 y 1843, con influjo de jalea], tomado del it. gelatina; del dalmático galatina, ‘gelatina para la conservación de pescado’, variante fonética del anterior, procede el fr. ant. galatine ‘jalea comestible’, fr. galantine ‘plato de carne que se sirve frío con jalea’, y también el cast. gualatina [Rob. de Nola, p. 148, a. 1525], que designa un plato algo diferente2. Gélido, tomado del lat. gelidus íd.

1 La alternancia vocálica entre el radical átono (h)el- y el tónico hiel- se ha conservado bien, por lo general. Sin embargo, Nebr. admite ielada como sinónimo de ielo (h4), y en la Arg. es vulgar la conjugación hela. También ielada en los mss. I, S, O y R de Berceo, S. Mill. 66b (contra elada en A).―

2 FEW IV, 89b. Probablemente la u fué al principio puramente gráfica. Desde luego no puede venir del gr. Ɣάλα, Ɣάλακτος ‘leche’, según quisiera la Acad.