HIEL, del lat. FĔL, FELLIS, n., íd.
1.ª doc.: fiel, Berceo.
También en J. Ruiz, 1065
b, 1436
b, 1548
d. El género femenino, que parece haber sido general en castellano [Berceo,
Duelo, 40
b; APal. 46
b, 83
d], es también el del rum.
fiere, friul.
fel y el de la mayor parte de los dialectos del Norte de Italia
1; en los demás romances es masculino, incluyendo el portugués y el catalán (contra lo que afirma M-L.). Siendo neutro en latín, el acusativo
FEL es idéntico al nominativo, por lo tanto, es natural que el romance parta del radical
FEL y no de
FELL- de los casos oblicuos. Nótese la locución adjetiva
sin hiel, que toma modernamente varias acs. figuradas
2.
DERIV.
Ahelear [1589, J. de Pineda; ajelear en Salamanca, alear en Segovia y Burgos, G. de Diego, Contrib. § 246; ahielar, Fr. J. de los Ángeles; otros han dicho enhelar o helear]. Rehelear; reheleo. V. HELERA.
1 M-L., Rom. Gramm. II, § 377. Excede levemente de los límites del italiano, penetrando en los dialectos francoprovenzales de Aosta y del Bessans (FEW III, 445a).― ↩
2 P. ej. ‘excelente’ en el argentino J. B. Lagomarsino, La Nación de B. A., 21-VI-1942. ↩