HARINA, del lat. FARզNA íd.

1.ª doc.: farina, Berceo.

Palabra de todas las épocas y ambientes del idioma y conservada asimismo en todos los romances. El gall. fariña se ha propagado a parte del ast.: fariña en Oviedo y Villaviciosa, jariña en Llanes y Ribadesella, pero farina en Colunga y en el Occidente de la región (V), ‘harina de maíz cocida con agua’; fariña ‘harina de mandioca’, arg., tomado del port. farinha ‘harina’. En Cuba harina designa la del maíz, mientras que la del trigo se llama harina de Castilla, según observa F. Ortiz, Ca., 124.

DERIV.

Harinado; comp. ALFARNATE. Harinero (en la ac. ‘cajón donde cae la harina’ en Lagartera, prov. Toledo, Espinosa-Castellanos, RFE XXIII; acaso tenga la misma ac. arinal en invent. arag. de 1331, BRAE II, 554, en otras partes harnal según RFE XXIII). Harinoso. Harnero ‘cribo’ [farnero, J. Ruiz, 718, 723; harnero, Nebr.; 1542, D. Gracián], síncopa de harinero1; harnerero; harneruelo [1633, Lz. de Arenas, p. 5]. Enharinar. Fariño salm. ‘(tierra) de ínfima calidad’, derivado del portuguesismo fariña. Farinato, salm. Farinetas, arag. Cultismo: farináceo.

1 Comp. el gall. farnar ‘fecundarse los cereales y uvas por medio del polvillo de sus estambres’, otro derivado sincopado de FARINA, para el cual vid. G. de Diego, RFE VII, 143. Farnar figura en los diccionarios gallegos desde el de F. J. Rodríguez; el deriv. farna «época o acto de fecundarse ciertas plantas» (Vall.) y de ahí concretando farna o farnas ‘los pendones o garzotas de la caña del maíz’ (Sarm. CaG. 61v, todavía usual en Pontevedra y Orense, vid. Crespo Pozo, s. v. maíz). De ahí luego farmentos, planta gall. muy conocida que Sarm. (ib. l58v, A99r) identifica con el cenizo o ceñilgo, justificando tan atinada etimología «por la ceniza o harina que tiene la hoja en el respaldo».