GUIÑAPO ‘andrajo’ parece resultar de una metátesis de gañipo (como se dice todavía en Asturias y en caló), bajo el influjo de HARAPO; gañipo se tomó del fr. dial. ganipe, guenipe, íd., que en el S. XVI pasó a la lengua literaria en el sentido secundario de ‘mujerzuela’; guenipe, lo mismo que sus sinónimos fr. nippe y guenille, procede del neerl. med. cnippe ‘recorte’, ‘desecho de lana’, derivado de cnippen ‘recortar’.

1.ª doc.: Quevedo, como adjetivo aplicado al andrajoso; Aut. en el sentido corriente.

Vocablo de uso bastante general, de matiz aun más peyorativo que el de harapo; en la lengua común presenta cierta tendencia al uso figurado (aquel hombre estaba hecho un guiñapo), pero localmente se le ha dado también el valor de ‘trapo’: en las montañas de Almería se dice guiñapero en lugar de ‘trapero’. No tengo noticia de estudios etimológicos1, pero el origen me parece claro. En asturiano se dice todavía gañipu «andrajo roto, inservible», gañipos «añicos; el traje hecho guiñapos» (R) y de la difusión de esta variante en otras partes de España son testimonio indirecto el argot catalán ganyips ‘comida, alimentos’, ganyipea ‘acción de comer’, y caló cast. gañipeo, gañipén ‘rancho’2, aunque tengan significado secundario. Ésta será la forma primitiva, cambiada en guiñapo por una metátesis apoyada en el influjo de harapo y trapo y aun tal vez en el de la familia de guiñar (comp. cat. guinyat ‘estropeado, fracasado’). Pero gañipo viene del fr. ganipe «guenille, torchon», hoy vivo en el Poitou (Favre), pero antes más generalizado, pues con el sentido figurado de ‘mujerzuela’ pasó guenipe en el S. XVI al francés común, y cruzándose con el sinónimo haillon formó el saintongeois guenillon, de donde se extrajo luego el fr. guenille ‘harapo’ [1611]. El origen de guenipe y guenille ha parecido difícil a algunos (Bloch lo declara desconocido); aunque puede concederse a M-L. (REW3 4724) que no ha existido el escand. ant. *gnîpa (o *knîpa) ‘recortar’, del cual quiere partir Gamillscheg (EWFS), creo que no andaba descaminado este filólogo al fijarse en esta familia germánica, pues no hay inconveniente en tomar como punto de partida el neerl. med. cnip(pe) ‘recorte’, cuyo diminutivo cnippel(e)s vale ‘desecho de lana’, derivados ambos del neerl, med. y mod. knippen ‘recortar’, ‘poner en aprieto’ (alem. kneipen, kneifen, ingl. nip ‘pellizcar’). Esta voz neerlandesa, al penetrar en los dialectos franceses, se adaptó, parte en guenipe (gan-), parte en nippe ‘trapo’ [1605], para evitar el grupo extranjero kn-. De ahí resultaron también, con varios cambios de sufijo, Anjou gani(c)elles «loques, nippes» (Verrier), Haut-Maine y Bourbon guenas ‘andrajo’, guener ‘convertir un traje en harapos’. En el ast. hacerse gañitos ‘hacerse pedazos lo que se rompe’ habrá actuado el influjo de AÑICOS.

DERIV.

Guiñaposo. Guiñapiento. Guiñapero (V. arriba).

1 Salvo el de M. L. Wagner, ZRPh. LXIII, 333, quien sugirió, brevemente y con duda, la relación de guiñapo con el francés guenipe y desde luego con el asturiano gañipu.―

2 M. L. Wagner, Notes linguistiques sur l’argot barcelonais, p. 60, quiere partir del git. jallipí ‘apetito, hambre’, jallipén ‘comida’, que presentan dificultad fonética. Que el sufijo sea gitano no prueba que lo sea el radical. Puede haber influjo de estas palabras gitanas, pero no será esto lo primario.