GUASA, ‘sosería, pesadez, falta de gracia’, ‘chanza, burla’, del mismo origen incierto que guaso, que en Cuba y otras repúblicas americanas significa ‘rústico, agreste, sandio’, y en Chile es ‘campesino’; el área de la palabra indica una raíz antillana o romance, pero aun en este caso es probable que el vocablo se creara en América; el indigenismo antillano guazábara ‘alboroto guerrero’, cruzándose con bullanga, parece haber dado guasanga ‘algazara, baraúnda’, y de éste pudo extraerse guasa, que en Cuba significa ‘jolgorio, alegría ruidosa’.

1.ª doc.: guaso ‘campesino’, h. 1740, en el Perú; «rústico, agreste, sandio», Cuba, 1836 (Pichardo, ed. 1862); guasa, como sustantivo, Acad. 1869.

Juan y Ulloa (h. 1740), en la relación de su viaje al Perú y Ecuador, hablan de «aquella gente pobre, o de la Campaña, a quienes llaman guasos» y explican que son «sumamente diestros en el manejo del lazo y de la lanza, y es muy raro que yerren tiro con aquél a toda la carrera del cavallo». Friederici, Am. Wb., 282, reúne más documentación del S. XIX, referente a Chile y el Perú. Con la descripción de Juan y Ulloa coincide el dicho popular chileno «los atributos del guaso: caballo, puñal y lazo». Indudablemente el guaso es hombre de a caballo, y hoy suele mirarse a este personaje como típico de Chile, y aun como personificación de la nacionalidad chilena, en la misma medida en que el gaucho representa a la Argentina, es decir, en su elemento rural. Pero esto no prueba que el chilenismo o las cualidades ecuestres sean originarias y fundamentales del tipo de este nombre1. Ya hemos visto que la primera mención se refiere al Perú. Y el caso es que en Chile mismo y en los países vecinos se emplea guaso como mero adjetivo con sentido francamente desfavorable: ‘inculto, rudo, rústico, grosero’ en el chileno Z. Rodríguez y, como insulto, ya en Andrés Bello (2.° cuarto del S. XIX), ‘ordinario, grosero, inculto, patán’ en el Ecuador (Cevallos), ‘rústico, agreste, sandio’ en Cuba (Pichardo) y en el Perú (Ugarte), ‘ordinario y sin educación’, ‘de mala clase (aplicado a los animales)’, ‘huraño, corto de genio, encogido y no acostumbrado a la vida social’, ‘charro, de mal gusto’ en la Arg. (Garzón)2, y probablemente en otras partes de América. En España no se conoce este adjetivo, pero sí es muy popular guasa en el sentido de ‘chanza, burla’, registrado por la Acad., con tendencia a especializarse en el sentido de broma grosera y con caracteres de habitualidad, pues se dice estar de guasa, amigo de la guasa, pero serían imposibles, p. ej., dijo una guasa o le hicieron una guasa pesada; es palabra oída en todas partes, pero con cierto resabio andaluzado3 o madrileño, y desde luego no es palabra de buen tono, sin llegar a ser decididamente jergal; la otra ac. recogida por la Acad. ‘sosería, pesadez, falta de gracia’ no es generalmente conocida, aunque bien pudiera ser más antigua que la otra; el adjetivo, o sustantivo personal, correspondiente, es en España guasón. Guasa ‘chanza’ tendrá también gran extensión en América, pues Malaret lo califica de «americano» en general, el cubano F. Ortiz da guasero como equivalente de guasón (Ca. 181), y en Río Hacha (NE. de Colombia) tiene guasa el sentido de ‘mentira’ (Sundheim).

Lenz (Dicc., 385) derivó guaso del quich. wásu «hombre rústico, tosco, grosero», y su opinión fué aceptada sin reservas por Friederici y por Spitzer (Litbl. XLII, 309, donde huasoc es errata). Pero es muy sospechosa una etimología quichua en palabra de significado moral, y la extensión geográfica a las Antillas y a España es poco menos que del todo incompatible con un origen quichua; ahora bien, en este idioma aborigen parece ser palabra de introducción moderna, a juzgar por su ausencia en el rico dicc. de Gz. de Holguín (1608) y en Fr. D. de Sto. Tomás; la forma vacilante que le dan los léxicos modernos (wasu en Middendorf, pero waso o wanso ‘rudo, torpe’, ‘brusco’, en Lira) es indicio elocuente de que es el quichua el que lo ha tomado del castellano. Ahora bien, en las Antillas tenemos otras palabras en guas-; aparte de que guasa es nombre de un pez en Cuba, de un árbol en Puerto Rico y nombre propio de ríos en Cuba y en Santo Domingo, vocablo al que todo el mundo está de acuerdo en atribuir origen antillano, hay varias palabras del radical mencionado que significan ‘bulla, alboroto’: guasanga es ‘algazara, bulla, baraúnda, vocerío’ en Cuba, Colombia, Honduras, Guatemala, Méjico y Andalucía4, guasábalo es ‘rana pequeña muy chillona’ en Cuba (Pichardo) y guazábara es vieja palabra de los cronistas de Indias, documentada desde Pedro Mártir de Angleria (a. 1515), con muchos ejs. en el S. XVI, por lo general en el sentido de ‘ataque de los indios’, ‘refriega, pelea’, pero el bogotano Rodríguez Fresle (citado por Bachiller y Morales, Cuba Prim., 288), dice en 1636 que en realidad no designa la refriega, sino el grito de guerra; de conformidad con ello, Bachiller define ‘alboroto, somatén’, y Friederici agrega sin precisar que algunos conquistadores hablan de gritería de guazábara en el sentido de ‘algazara guerrera’; a algo de ello parece referirse en su estilo algo confuso Pedro Mártir en la frase «guazzavara in pugna tesseram5 inclamitant, et una vibrant missilia»; sea de ello lo que quiera, y aunque la identificación etimológica de guazábara con algazara, propuesta por M. L. Wagner (RFE XV, 296-7)6 y aceptada por Friederici, no puede sostenerse por evidentes razones fonéticas e históricas7, el hecho de que el vocablo designaba primitivamente el alboroto guerrero parece claro, y lo confirma la identidad palmaria con guasábalo ‘rana chillona’8.

¿Hay que deducir de ahí una raíz antillana guas- ‘bulla, griterío’? No parece ser buena idea, pues es cosa averiguada que la sílaba gua-, tan frecuente en las Antillas, era un elemento prefijado, fuese artículo o más bien demostrativo, según el testimonio de Angleria9, y es aceptable la idea de Cuervo (Ap., § 940) de que el moderno guasanga resulte de un cruce de los sinónimos guazábara y bullanga. De todos modos, aunque una raíz guas- ‘bulla’ no tenga carácter primitivo10, la coexistencia de estos varios sinónimos con tal elemento común podía darle realidad en la mente popular, y con tal base pudo crearse el nuevo vocablo guasa; sobre todo guasanga terminaba en un sufijo frecuente, y eliminándolo resultaba lo mismo. De ahí, pues, guasa ‘chanza ruidosa’, que por serlo era grosera y ordinaria; y de esto a crear guaso ‘patán, rústico’ no había más que un paso. La propagación desde las Antillas hacia Chile es el camino ordinario que siguieron centenares de indianismos, y que en España guasa procede de América por Andalucía parecen indicarlo varios indicios ya señalados, y ante todo la cronología.

Desde luego esto no es más que una hipótesis por confirmar. Pero el hecho de que guasa sea en Cuba precisamente ‘alboroto, jolgorio, alegría ruidosa’ (según testimonio de F. Ortiz, Glos. de Afronegrismos, s. v.) le confiere mucha probabilidad. Lo seguro hasta ahora es la interdependencia de guasa y guaso, y es sumamente probable que el origen deba hallarse en las Antillas, a no estar en la propia España. En nota me refiero a otras pistas, improbables11.

DERIV.

Guasábara. Guasanga. Guasearse. Guasería. Guaso. Guasón. Para estas palabras, derivadas de guasa o relacionadas, V. arriba.

1 Vicuña Mackenna (V. el diccionario de Zor. Rodríguez), partiendo de las últimas, derivaba del quich. wása ‘espalda’, porque los indios, al verle siempre en el lomo del caballo, le habrían dado este nombre. Pero aunque wása se aplique también al lomo de los animales (Lira), ni este derivado es verosímil en general, ni la cualidad era característica del guaso frente al indio, sino de aquél frente al ciudadano o al europeo, de suerte que no es verosímil que una denominación de este tipo la hubieran inventado los indios, que cuando empezaron a existir guasos en Chile ya eran tan de a caballo como estos mismos.―

2 Como Lenz da a entender que en la Arg. es chilenismo, interesa este ej. de guasada en Guiraldes, nada sospechoso de chilenismo: «me hice familiar de la peluquería, donde se oyen las noticias de más actualidad... no había requiebro ni guasada que no hallara un lugar en mi cabeza, de modo que fuí una especie de archivo que los mayores se entretenían en revolver con algún puyazo, para oírme largar el brulote» (D. S. Sombra, ed. Espasa, p. 14). Personalmente he oído aplicar guaso a los hombres de las Lagunas de Rosario, región apartada y arcaica en la provincia argentina de Mendoza. Como sustantivo en el sentido chileno parece ser expresión vieja en el mismo país, pues son conocidos en la historia argentina, hacia el año 1850, los «Guasos de Guevara», soldados rurales que actuaron en la provincia de Córdoba (A. Herrera, La Nación de B. A., 9-VI-1940). Pero el empleo actual como adjetivo puede confirmarse copiosamente: así en B. Lynch (La Nación, 1-I-1940) y en E. Wernicke (La Prensa, 28-I-1940), ambos con referencia a la provincia de Buenos Aires; J. H. Figueroa Aráoz (La Nación, 10-VIII-1941) pone en boca de mujeres estrujadas por la muchedumbre la frase «¡Guaso! ¡No rempuje!».―

3 Nótese guasearse ‘burlarse, chancearse’ en un texto folklórico andaluz de h. 1880 en RH XLIX, 465.―

4 Pichardo dice que es algazara con relación a pleito o contienda, Batres define ‘riña, pelotera’, Sundheim ‘bulla, pleito’, pero los ejs. citados por G. Icazbalceta incluyen solamente la idea de ‘griterío’; Toro Gisbert, BRAE VIII, 491, señala ej. andaluz.―

5 Tessera en el sentido de ‘señal u orden de guerra’. El sentido parece ser ‘en el combate lanzan la guazábara como señal de guerra, y al mismo tiempo disparan los dardos’, aunque los casos flexivos de tessera y guazzavara están intercambiados. Es verdad que más allá define dos veces el mismo vocablo con los sinónimos certamen inimicum y pugna.―

6 La forma alguazávara que Wagner toma por base está citada por Friederici sin documentación (pudo existir por cruce con algazara); lo único que éste documenta es la aguazávara, aglutinación minoritaria y sin importancia.―

7 El propio Friederici reconoce que guazábara no se aplica jamás a las luchas entre españoles y negros o a las intestinas entre españoles, sino únicamente a los indios.―

8 Parece emparentado con guazábara el venez. garizapa «vocerío de chiquillos... comadres» (Picón Febres). Habla también de guasavara Carrizo, en el Canc. Pop. de Jujuy (V. índice alfabético).―

9 Vid. Bachiller y Morales, Cuba Prim., pp. 139, 271, y la bibliografía reunida por Friederici, p. 264.―

10 Martínez Moles cita además guasamayeteo «zambra, alboroto, bullanga», en el Centro de Cuba.―

11 Desguazar ‘desbaratar un buque’ se ha hecho vocablo de uso general, como tantos términos náuticos, en Asturias (esguazar ‘despedazar’), Cuba (desguazar ‘despedazar con violencia’) y Santo Domingo (deguasao ‘maltrecho’); son palabras de fecha moderna, por lo que sabemos (V. ESGUAZAR). ¿Se sacaría de ahí guaso ‘desbaratado’ > ‘mal vestido, rústico’ o ‘de mala calidad, ordinario’? No me parece convincente desde el punto de vista semántico; por lo demás, el guaso chileno justamente va trajeado con cuidado, y muchas veces con riqueza y primor. La Academia relaciona guasa con el fr. se gausser ‘burlarse’, de origen totalmente desconocido (gausseté «moquerie» ya se halla en el S. XIV: Godefroy, s. v., y FEW IV, 82b), pero debería ser préstamo moderno, con lo cual se hace imposible relacionar el ua castellano con la o francesa, y aun ni si fuese antiguo podría justificarse el cambio de au en ua. Otros vocablos americanos de inicial común pueden ser meros homónimos: huaza ‘amuleto’ en Santiago del Estero (Argentina), O. di Lullo, La Prensa de B. A., 23-XI-1941; guasancho ‘de espinazo cóncavo (animal)’ en Salta (Arg.), según Dávalos, vid. además Carrizo en sus Cancioneros de Tucumán y de Jujuy; Inchauspe, Voces y Costumbres del Campo Arg., en La Prensa, 14-XI-1943; «cuando ya no sirva para nada; cuando ya esté guasancho y viejo», en el tucumano Fausto Burgos, La Prensa, 13-IX-1942; creo es derivado quichua de wásan ‘espaldar’.