GUADAFIONES, ‘maniotas, trabas con que se atan las caballerías’, ‘ataduras de las manos’, ‘cuerdecitas con que se atan las velas a la verga correspondiente’, del mismo origen incierto que el cat. badafions (botafions), it. matafioni ‘estas cuerdecitas’, quizá de un gót. *WAITHAFÂHJÔ, -ÔNS, ‘maniota’, compuesto de *WAITHO ‘pasto, pastizal’ y FÂHAN ‘coger’.
1.ª doc.: Nebr.: «guadafiones: manicae lineae» (es decir ‘manillas de cuerda’).
Otra etimología, que me parece más digna de crédito, fué publicada por G. Alessio (ZRPh. LIX, 242-4): gót. *WAIDAFÂHJÔ, propiamente ‘la que coge para apacentar, para dejar pacer’, comp. el it. pastoie ‘maniotas de caballería’, derivado de PASTUM; la citada palabra gótica sería compuesta de FÂHAN ‘coger’ y *WAIDA (O más bien *WAIDÔ) ‘pasto’, ‘pastura’, deducible del a. alem. ant. weida íd., raíz común a todos los idiomas germánicos. No hay mucho que objetar a esta etimología. La verdad es que no puedo indicar compuestos góticos formados con esta terminación, pero el vocabulario gótico nos es conocido muy imperfectamente, y es tipo formativo muy extendido en los idiomas germánicos; se esperaría más bien un masculino *WAIDAFÂHJA, -ANS, pero además de que el femenino correspondiente no es inconcebible (como hay arbjô ‘heredera’ junto a arbja ‘heredero’), también es posible que un masculino gót. *WAIDAFÂHJAN- se latinizara en -ION para darle una terminación más común en latín. Por otra parte, el cat. badafió, que es tan antiguo, difícilmente puede venir de una -D- originaria, que entre vocales cae siempre en este idioma; pero nada puede asegurarse en un germanismo, de fecha más reciente que los vocablos de origen latino, y además debemos sospechar que la base gótica fuese en realidad *WAITHAFÂHJO, cuya -TH- pudo pasar a -T- romance y después sonorizarse: creo que esto es muy probable en vista de la variante botafió, matafione, matafiol, tan extendida, donde la -T- originaria pudo conservarse; y, en efecto, al a. alem. ant. weida, neerl. ant. weitha, ags. wâth, correspondería más bien -TH-que -D- en gótico. En cuanto a la reducción de -AI- a -A- es de rigor en los germanismos (comp. aquí GANAR), y la de -AHJO a -ión no podemos tampoco extrañarla; las formas con m- inicial se explican fácilmente por dilación consonántica, y el tránsito semántico de ‘maniota de caballería’ a ‘cabo de cuerda para atar la vela’ no presenta dificultad. El único escrúpulo grave lo suscita la b- inicial de muchas de las formas catalanas, occitanas, italianas y parte de las españolas; pero esta dificultad existirá en cualquier etimología que se proponga, y desde luego sería más grave si el vocablo procediera del árabe, pues en un germanismo es más fácil admitir que entrara en fecha lo bastante temprana para que su W- sufriera el mismo tratamiento que la V- latina. En conclusión, la etimología de Alessio, sin estar exenta de ciertas dificultades, debe considerarse posible, y una vez hechas las rectificaciones que he sugerido, puede adoptarse sin escrúpulo.
1 Oudin: «gantelets selon aucuns, et selon d’autres des manottes».― ↩
2 Es decir: cuerdas para atar los presos y para hacer guadafiones. Los editores no entienden el vocablo e imprimen abadafions o traducen ‘esteras’, sin fundamento alguno (claro está que nada tiene que ver con el prov. badafo ‘espliego’, como supone Moliné).― ↩
3 Una forma como ésta pasaría a Cataluña dando la variante botafil, que me señalan en L’Escala (Ampurdán). La palabra mactafelon de los Péages de Tarascon, que Ant. Thomas quería identificar con nuestro vocablo (Levy, s. v.), es improbable que tenga algo que ver con él: la carga de mactafelon figura allí con carga de vernice ‘barniz’ y otros artículos comerciales importados de Ultramar. Será el cat. matafaluga, cast. matalahuva ‘comino’. ↩