GOMIA, ‘comilón’, ‘tarasca, monstruo popular’, descendiente semiculto del lat. arcaico y tardío gŭmĭa ‘comilón’.
1.ª doc.: 2.° cuarto del S. XV, Díaz de Gámez (Cej., Foc).
Hay en gallego un vocablo parecido, engoumado, que recogió ya Sarm. (junto con encutubiado, vid. TOTOVÍA) definiéndolo «como enfadado, de mala gana»; los diccionarios gallegos lo recogen en una ac. más material, pero que bien puede ser concreción figurada de ésta: engoumarse ‘encogerse, encorvarse’, ‘entumecerse’, engoumado ‘encogido, corcovado’ (Vall.) y engoumeado que ya registró el primer dicc. gallego, el de F. J. Rodríguez, con la definición ‘encogido, corcovado’, y Carré engoumearse ‘agazaparse, agacharse’1. Es concebible, aunque nada evidente ni mucho menos, que desde ‘codicioso’ y ‘tacaño’ se llegara a ‘enfadado’ pasando por ‘enfurruñado’ o algo análogo, pero no es proceso evidente ni aun claro, y por otra parte la extensión y popularidad limitada de gomia en iberorromance no anima mucho a aceptar esta etimología, y fonéticamente nos encontramos que una ou gallega es evolución normal de AU y no de O.
Luego, sin desechar del todo ésta, me inclino más por una etimología germánica, fuente muy productiva en Galicia, y allí a menudo con carácter original (vid. brétema, lobio, zopo, laverca, etc.). El gót. GAUMJAN forma el centro de una familia extendida por todas las lenguas germánicas, desde el alto-alemán al anglosajón y al escandinavo antiguo, desde el cual, o desde el gótico, se propagó a las lenguas bálticas: el gót. gaumjan se documenta en Úlfilas sólo en el sentido de ‘observar’, ‘prestar atención’ y aun ‘ver’, pero es fácil que tuviera la de ‘preocuparse por, preservarse de’, ‘atender’, que es la del escandinavo antiguo (geyma), del anglosajón y del bajo y alto-alemán antiguos (gîeman, gômian, goumen, cf. el germanismo letón gaūmêt ‘notar, observar, catar’; además suizo-alem. gaume ‘guardar niños’, isl. ant. gaum(r) y a. alem. ant. gouma ‘atención’, ‘acto de estar atento’; otras variantes formativas de la misma raíz germánica insisten en el matiz agravado: b. al. ant. fargumōn, ags. ofergumian ‘descuidar’, isl. guma ‘atender’ e isl. ant. gā ‘apurarse, sentir agobio’. Parece ser vocablo de base indoeuropea, pues hay equivalencias (regulares en lo fonético) bastante claras en todos los sentidos, en todas las lenguas eslavas e itálicas (Pok., IEW 453; Walde-H. I, 4652, y cf. en parte Ernout-M. s. v. fauere). En conclusión, el gót. (y aun el suevo) GAUMJAN es probable que partiendo de un sentido ‘estar preocupado, sentir agobio’ pasara a engoum(e)arse ‘sentirse fastidiado o con mala gana’.
1 Es claramente ‘encogido’ en castellano, hablando de un niño que, a fuerza de ser extremadamente estevado, tiene que arrastrarse casi en cuclillas: «un rapaz eivadiño das pernas, que andaba en crequenas, por ter os remos engoumados» (los miembros inferiores), Castelao 213.20, y V. la efigie del protagonista, pp. 213, 215, 223, trazada con la genial pluma del autor. Crespo Pozo (s. v. encoger) recogió engoumar y -mear por ‘encoger los hombros con el frío’ en el alto valle del Aria (medio camino de Orense a Pontevedra). El supuesto engueimarse ‘encogerse’ del Apéndice a Eladio Rdz., viene de ese Iglesia que da a cada paso datos inverosímiles e imposibles.― ↩
2 Por lo demás, esta raíz indoeuropea quizá tiene mayor amplitud todavía: Walde y Pokorny separan esta raíz de una idéntica (a la cual atribuyen ĝh palatal sin razón obligatoria, IEW 449) que significa ‘abrir la boca, rajarse’ y que habría dado el nombre germánico y báltico del paladar y las encías: a. alem. ant. goumo, ags. gôma (alem. gaumen, ingl. gums), esc. ant. gōmr, junto con voces como griego χά?ος, χαǢνος, ‘espacio, hueco, abismo’: en cuya separación dudo que acierten, cf. it. badare ‘prestar atención’ junto al fr. béer ‘estar muy abierto’, cat. badar la boca, la porta, etc. ‘abrir de par en par’, badar ‘andar mirando, andar distraído’. ↩