GOLA, del lat. GŬLAl> ‘garganta’: es palabra de origen forastero, y de procedencias diversas, en castellano.

1.ª doc.: Alex., 2214a, 2215a, en el sentido de ‘gula’1.

El mismo valor parece tener en el habla rústica de un pescador badajoceño en Sánchez de Badajoz (2.° cuarto del S. XVI: Recopil. I, 60). En esta ac. se especializó el latinismo gula, ya en h. 1251 (Calila 44.809) y frecuente en J. Ruiz (219c, 294a, 1168a, etc.); APal., 64b, 86b, 107b; y en todas las épocas2. En cuanto a gola, en el sentido de ‘garganta, parte del cuerpo humano’, es voz rara: la emplea el autor de la Pícara Justina (1605), leonés que gusta de emplear vocablos raros y dialectales, y figura una vez en el Quijote, pero formando parte de la fantástica jerga caballeresca de la Trifaldi (junto con los italianismos finta y segar ‘cortar’), luego ahí será italianismo con humos de arcaísmo; será también italianismo en Villegas (Fcha.); invent. arag. de 1400, VRom. X, 161. Autóctonos son varios derivados que pueden verse abajo. Por lo demás, gola sólo aparece en sentidos secundarios, en los cuales será catalanismo o voz de origen galorromance o italiano. ‘Pieza de la armadura que cubría la garganta’ [1591, Percivale; Quijote I, ii, 6; Covarr.]; ‘insignia de infantería que se pone cerca del cuello’ [Aut.]; ‘armadura del cuello postiza que usan algunos eclesiásticos’ [íd.]; ‘entrada desde la plaza a un baluarte fortificado’ [1705, Casani]; ‘cimacio, en Arquitectura’ [Aut.], etc. Genuino puede ser el ast. gola ‘defecto de la madera conocido con el nombre de entrecorteza’, ‘la porción de una finca en que abunda más la tierra vegetal’ (V). Otro duplicado es gules [1603, Salazar de Mendoza], tomado del fr. gueules ‘color rojo’, plural de gueule ‘garganta’, que tomó aquel valor por la costumbre de emplear trozos de piel de la garganta de la marta, teñidos de rojo, para adornar el cuello de los mantos (FEW IV, 321, n. 2); carece de fundamento histórico la explicación tradicional por el persa ghul ‘rosa’; la transcripción de la vocal mixta francesa eu por u (pron. ü) es normal en el Sur de Francia, donde es ésta la única vocal mixta existente, y por lo tanto el fonema más parecido al francés: del Sur de Francia se tomó el vocablo castellano (también se dijo goles: Acad.).

DERIV.

Golerón o golarón ‘gorguera de la armadura’, arag. ant. [1369, VRom. X, 161], cat. goleró. Golilla ‘cuello, garganta’ [Berceo, Mil., 155, golliella, forma que quizá se relacione con degollar, engullir, gollizo, gollete, etc.; goliella, Alex. 907], ‘adorno que circunda el cuello’ [1680, Aut.]3, m. ‘ministro togado que la usa’ [1605, Pícara Justina]; golillero; engolillado. Goloso [Berceo, Mil. 681; J. Ruiz; Glos. de h. 1400; APal., 56b, etc.; Nebr.; y frecuente y popular en todas las épocas]4; golosa; golosear [Nebr.]; golosía, ant., ‘gula’ [1251, Calila, ed. Rivad., 44; Danza de la Muerte]; golosina [J. Ruiz, 291a; Glosarios de h. 1400; APal., 193d; Nebr.; etc.]; golosinar, engolosinar o golosinear, en lugar de lo cual se ha dicho también golosmear5, por cruce con GAZMIAR 6, también golismar (así hoy en Murcia: RFE VII, 389, y ya en autos del S. XVI: Fcha.), y hoy gulusmear [Moratín], donde hay nuevo cruce con husmear; en lugar de goloso se emplea dialectalmente golimbro (Badajoz), golimbrón (Santander, Andalucía). Goliardo ‘clérigo que llevaba vida irregular’ [fin del S. XIV, Crón. de Eugui, 107; Acad. después de 1899; comp. M. P., Poes. Jugl., 38n.2], tomado del fr. ant. gouliard íd. [S. XIII], debido a un cruce del b. lat. Golias ‘el gigante Goliat’, ‘el demonio’, con GŬLA: los goliardos se llaman gens Goliae, familia Goliae, en escritores del S. IX (Jarcho, Speculum III, 523-79) y XIII (FEW IV, 320b), V. además Crescini, Atti dell’Ist. Veneto LXXIX (1919) 1079-1131, LXXXV (1925) 1065-88; Sainéan, Sources Indig. II, 362-3; goliardesco. Engolado. Ast. esgoláse ‘bajar por un lugar escarpado o dejarse caer de un sitio elevado’ (propiamente romperse la garganta), esgoladeru ‘lugar alto y escarpado del cual sólo se puede bajar con peligro de derrumbarse’, y de ahí luego engoláse ‘encaramarse’, desengolar ‘bajar del lugar en que se está encaramado’ (V). Semigola. De gula proceden los raros guloso y gulosidad.

CPT.

Regolaje ‘buen humor’ [regolax, L. Fernández, Gillet HispR. XXVI, 290; Acad. 1914, no 1884], voz rara, que sólo en apariencia y secundariamente es derivado de gola; en realidad se trata de un préstamo del fr. ant. rigolage (God. VII, 196b) ‘broma, buen humor’ (comp. cat. ant. rigolatge sólo en Jaume Roig, «fiu convidar / tots a sopar / e rigolatge / los de paratge / qui junt havíem», v. 1655), derivado de rigoler ‘bromear’ [S. XIII], que aunque figura en los dicc. etimológicos como voz de origen desconocido (el cruce que propone Gamillscheg no basta fonéticamente; comp. Sainéan, Sources Indig. I, 222), me parece claramente ser un compuesto parasintético de rire y goler, derivado de gole ‘garganta’, comp. fr. ant. goulee «cris, paroles grossières», hoy gueulée, geuler7 «crier fort, dire des sottises» (dial. goler, gouler), bagouler «railler grossièrement», FEW IV, 312-3 (para la e cast., comp. oc. mod. regoulado «rigolade», con influjo secundario de RE-).

1 Junto a glotonía; el contexto parece indicar que gola es la pasión por lo dulce y los buenos bocados, y glotonía el vicio de comer en exceso o tragonería.―

2 En el sentido de ‘garganta’ emplean gula Calila (68.265) y el murciano Diego de Funes (1623); en el secundario de ‘bodegón’, en calidad de voz andaluza, Suárez de Figueroa (1617).―

3 Datos sobre la historia de esta prenda de vestir en Morel-Fatio, BHisp. VI, 114.―

4 Cocinero goloso ‘que sabe excitar el apetito’, en Cervantes, Casamiento Engañoso, Cl. C. II, 183; ‘cicatero’ en Canarias (BRAE VII, 336).―

5 Aut. atribuye esta forma al Lazarillo, pero Foulché-Delbosc (p. 19) y Butler, en sus reproducciones de la ed. príncipe (1554) imprimen golosinar, y así hacen en general las ediciones modernas. También según Aut. figura golosmear en J. de Torres (1596).―

6 El mismo cruce ha dado los riojanos golmajo ‘goloso’, golmajear ‘golosinear’, golmajería ‘golosina’.―

7 Cf. lo que dice ahora Wartburg, RLiR XXIV, 288, que por lo demás no es muy claro ni muy nuevo.