GILÍ, gnía., ‘tonto, memo’, del gitano español jili ‘inocente, cándido’, derivado de jil ‘fresco’, jilar ‘enfriar’, šil ‘frío’ en el gitano de otros países.

1.ª doc.: 1882-3, Rodríguez Marín, Cantos Pop. Andaluces (RH XLIX, 482).

Está también en la novela madrileña Misericordia (1897) de Pérez Galdós, en Valle Inclán, Salillas, etc.; Cej. VIII, § 38. La Acad. no le dió entrada hasta después de 1899; y en efecto es voz más jergal que familiar, aunque en ciertos ambientes andaluces y madrileños pueda llegar a penetrar en este último tipo de lenguaje. En otras partes se pronuncia gíli, de donde el cat. familiar, algo jergal, quili (a veces quílic) ‘chabacano’, ‘memo’. La etimología fué sentada firmemente por M. L. Wagner, Notes Ling. sur l’Argot Barc., 63; VKR VI, 294; RFE XXV, 167-8; Clavería, Est. Git., 250-3; contra la insatisfactoria etimología arábiga de Eguílaz (p. 113), ár. Ǥâhil, ár. Granad. gíhil, ‘bobo’, ‘modorro’. El paso semántico de ‘frío’ a ‘necio’ pudo producirse a través de ‘fresco’ > *‘nuevo’ > *‘no iniciado’ > ‘necio’, como sugiere Wagner, guiándose por su alem. frisch, pero preferiría yo ver en ello un paralelo del tránsito hispánico ‘frío’ > ‘sin gracia’ (V. FRÍO).