GATO, del lat. tardío CATTUS íd., de origen incierto.
1.ª doc.: orígenes del idioma (gatu en doc.: de 967: Oelschl.).
Para documentación primitiva y acerca del origen, vid. Sittl,
ALLG V, 133-5; Thurneysen,
Keltorom., 62; Sainéan,
BhZRPh. I, 5-8; Sofer, 62-64; Walde-H.; Ernout-M.;
FEW II, 520. La Antigüedad no conoció el gato doméstico, y sí sólo el montés, llamado en latín
fēlēs, en griego
αƴλουρος, y a la misma especie se refieren todavía las primeras menciones de nuestra palabra, en el S. IV, a saber
cattus en Paladio y
cana1 en la Vulgata y en Vegecio (
catta como nombre de ave, en Marcial y otros, quizá sea voz independiente); h. el año 600, sin embargo,
cattus se refiere ya claramente al gato doméstico, y el español San Isidoro, algunos años más tarde (
Etym. XII, ii, 38), le busca imposibles etimologías, relacionándolo con la captura de ratones o con el verbo español
catar (por la aguda visión nocturna del gato). Todos los romances presentan formas correspondientes a
CATTUS (en la mayor parte de Francia)
2 o a
GATTUS (en el extremo Sur del mismo país, en la Península Ibérica y en Italia); de ahí procede también el ár. magrebí
quƫƫûs o
qaƫƫûs, hoy usual en Argelia y Túnez, y documentado en España (Abencuzmán, R. Martí, PAlc.; vid. Simonet, s. v.
gátho). El mismo vocablo, o variantes muy cercanas, se hallan también en bajo griego [
κάττα, S. VI;
Ɣάττος, S. VIII], eslavo, semítico, fino-turco, germánico y céltico, pero es muy dudoso que sea más antiguo en ninguna de estas familias que en latín, aunque en las dos últimas por lo menos parece serlo mucho; en céltico sus características fonéticas indican que ha de ser anterior al S. V, y un testimonio permitiría fecharlo en el S. I d. C., pero es testimonio inseguro; Thurneysen y Ernout-M. se inclinan con muchas reservas a partir del céltico, pero especialistas no menos autorizados (Pedersen) y el propio discípulo de Thurneysen, Weisgerber (
Die Spr.
d.
Festlandkelten, p. 197), lo consideran latinismo en céltico; sin embargo parece que algunos años más tarde (1935) este último había rectificado esta opinión, a juzgar por el hecho de que analiza nombres de persona renanos como
Cattonius (
CIL XIII, 3990) en el sentido de ‘gato’ (
Rhen. G.C. 192, 122) (acaso con razón, pues dada la fecundidad de
CATU- ‘combatir’ en la onomástica céltica, era fácil que ahí se formara un derivado hipocorístico con
-TT- reduplicada en el sentido de ‘animal agresivo, peleante’). Otros lingüistas (Sofer, Walde-H.), de acuerdo con los zoólogos, sospechan origen africano del animal y de su nombre, del que se hallan formas análogas en nubio y en bereber. No parece haberse prestado mucha atención a la posibilidad de que
CATT- y
KITT- (variante existente en germánico) sean primitivamente voces de creación espontánea para llamar o expulsar al animal, a pesar de que
kutz! se emplea en alemán para alejarlo, y denominaciones de creación semejante existen en muchos idiomas (cast.
micho,
miz, cat.
mixa,
marruixa, ingl.
puss, rum.
pisică, etc.).
En cuanto a acs. secundarias me limito a remitir a Sainéan, op. cit., agregando algún dato suelto: ‘hipócrita’ en el Conde Luc. (ed. Hz. Ureña, p. 184), ‘ladrón’ en Tirso y en Quevedo (vid. nota a El Vergonzoso en Palacio, ed. Castro, I, 478), ‘cerrojo’ en el Fuero de Navarra (Tilander, Fueros de Aragón, p. 526); V. además Vigón.
DERIV.
Gata [J. Ruiz; como nombre de una máquina de guerra h. 1300, Gr. Conq. de Ultr., y ya en el latín de Vegecio]; ‘oruga de la mariposa de la col’ ast., gata de fueu ‘luciérnaga’ ast. (V); de ahí la locución a gatas ‘a cuatro patas’ [h. 1550, Lope de Rueda: BDHA III, 204], y luego, quizá partiendo de la locución salir a gatas de algún sitio: ‘con dificultad’, ‘apenas’ [«tollido que anda agatas» en A. de Molina, Vocab. en l. cast. y mexicana, a. 1571, f° 113, v°, b, y «no subió a gatas ni despacio» en Quevedo, El Buscón, ed. Castro, p. 92, ya parecen contener esta ac., hoy muy viva en la Arg. y otras partes de América]. Gatada [Quevedo], comp. en otros romances BhZRPh. I, 38. Gatallón. Gatazo. Gatear [«ir sobre los pechos», Nebr.]; gateado (como nombre de un color de caballo, en la Arg., Granada, BRAE VIII, 192; A. Alonso, El Probl. de la l. en Am., 171; de una clase de piedra en Córdoba, 1737, BRAE I, 69); gateamiento. Gatera [Berceo]; gatero; gatería. Gatesco. Ast. gatilera ‘gatera’, ‘paso a modo de gatera abierto en un seto para pasarlo a hurtadillas’ (V). Gatillo ‘parte alta del pescuezo’ [G. de Alfarache], ‘percusor en las armas de fuego’ (denominaciones semejantes en dialectos franceses, BhZRPh. I, 35; FEW II, 520a y b)3; engatillar, -ado. Gatuno. Gatuñar ast. ‘rasguñar’, gatuñu ‘rasguño’ (V). Gatuperio [h. 1640, Polo de Medina], formado con la terminación de vituperio, improperio; para gatuperio, V. TIBERIO. Engatar [Covarr.], engatado.
CPT.
Gatatumba ‘simulación’ [Aut.], compuesto con tumbar, propiamente ‘voltereta’, ‘cortesía exagerada’, comp. sic. catatummulu, catambota, alem. katzenbuckel (BhZRPh. I, 44). Gatuña, también llamada uñagata y secundariamente gatuna, por influjo del adj. gatuno, comp. Ȑûnyaġâto íd. en Abenɏólɏol (a. 982).
1 En sardo se emplea CATTUS aun para la hembra (ASNSL CLXXV, 286). En otros romances ocurre lo opuesto (REW). Comp. J. Phelps, Language VII (1931), cuad. 4, y Walde-H., s. v.― ↩
2 También el derivado rumano dialectal cătu?ă, lo que podría interpretarse en el sentido de que el vocablo ya se conocía en el latín del S. I d. C., pero quizá sea préstamo posterior de un idioma vecino.― ↩
3 Cf. vco. katuerdiko íd. (Supl. Azk.2), propiamente ‘gatita perdida’. ↩